La Cepal plantea considerar la estructura demográfica
AL debe ajustar régimen de pensiones al desarrollo de las finanzas públicas
Dada la histórica desigualdad que existe entre los habitantes de los países de América Latina y la vulnerabilidad de las economías de la región frente a la creciente liberalización, los gobiernos locales deben adaptar una "estrategia permanente de conciliación" que les permita ir modificando sus respectivos sistemas de pensiones, adaptándolos al desarrollo de sus finanzas públicas, mercado de trabajo, estructuras demográficas y de las familias, advirtió la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
El objetivo es establecer un pacto de cohesión social que permita conciliar los derechos con la de las finanzas públicas para que el nuevo modelo de pensiones incluya "criterios de universalidad y solidaridad en forma permanente, de modo que bajo prestaciones mínimas pero socialmente aceptadas, su financiamiento y la forma de administrarlo no deje a personas subaseguradas o no aseguradas", recomendó el organismo regional en una investigación.
"El principal desafío es incluir en forma eficiente en el diseño de los sistemas de pensiones el financiamiento solidario para combinar esquemas contributivos y no contributivos bajo la lógica de la seguridad social", pero para logarlo Cepal consideró que se requieren importantes acuerdos políticos y sociales de grandes dimensiones.
La Cepal hizo notar que pese a los cambios en los sistemas de pensiones llevados a cabo en algunos países de la región para enfrentar el envejecimiento de su población, como han hecho las naciones de Sudamérica y México, y en los que se ha preferido adoptar el esquema de ahorro individual, los resultados dejan bastante que desear y "reproducen las desigualdades del mercado de trabajo".
La teoría sobre la que se basa el esquema de ahorros individuales, referente a que todos los trabajadores deben ahorrar durante la fase activa de su ciclo de vida, queda cuestionada por la realidad de los países latinoamericanos, donde una alta proporción de la población vive en pobreza con trabajos inestables, precarios y esporádicos que limitan su capacidad de ahorro a largo plazo.
"De modo que al final, sólo accederán a beneficios dignos aquellos con capacidad de emplearse en forma estable y con algunos ingresos. Como la gran mayoría no está en esa situación, este diseño dejará un alto porcentaje (en particular mujeres y personas de bajos ingresos) sin pensiones dignas", indica el estudio de la Cepal, titulado Brecha del estado de bienestar y reformas a los sistemas de pensiones de América Latina y el Caribe, a cargo de Andras Uthoff.
Las reformas en los sistemas de pensiones no sólo han tendido a olvidar el componente solidario y distributivo, sino que además se les ha exigido el cumplimiento de condiciones económicas, como son las de contribuir a la solvencia del sector público, generar ahorro financiero, ayudar al desarrollo de capitales y ser de bajo costo para mejorar la competitividad de la mano de obra.
Sin embargo, la investigación de Cepal arroja que las reformas realizadas en América Latina no representan "una garantía de mayor acumulación de capital físico" y tampoco han generado incentivos suficientes para aumentar la cobertura poblacional, sino que por el contrario los cambios han implicado grandes demandas de ahorro público y existe una gran diferencia entre trabajadores afiliados y cotizantes en los nuevos sistemas.
Los sistemas de pensiones tienen una cobertura muy baja porque excluyen a una gran parte de los trabajadores y sus familiares de las prestaciones contra los riesgos de invalidez, vejez y muerte, como consecuencia de que el mercado de trabajo latinoamericano está compuesto por sectores de subsistencia, de baja productividad y un acceso inestable a las relaciones comerciales y financieras, por sus empleos precarios, niveles de bajo ingreso y alta incidencia de la pobreza, concluye la investigación.