Detener la matanza, pide la ONU a jefe militar
Ataque aéreo de la OTAN mata a unos 120 civiles y rebeldes afganos
Kabul, 30 de junio. Unos 120 civiles e integrantes de la milicia fundamentalista islámica de los talibanes murieron ayer cuando la aldea de Hiderabed, en la provincia de Helmand, al sur de Afganistán, fue bombardeada por la aviación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Algunos reportes indican que más de la mitad de las víctimas eran simples ciudadanos.
El mando de las fuerzas de la OTAN en el país invadido admitió que "algunos civiles" murieron a causa de los misiles lanzados por fuerzas de la coalición, pero negó que la cifra sea tan alta como se reporta.
"Nos esforzamos continuamente por mantener el número de muertes civiles lo más bajo posible", dijo a la prensa la portavoz militar María Carl.
Los habitantes de Hiderabed, sin embargo, afirmaron que hubo que enterrar "un montón de cuerpos" destrozados por los proyectiles. Mohammed Khan, residente de la zona, declaró que siete miembros de su familia, incluyendo a su hermano y cinco de sus sobrinos, murieron en el ataque.
El jefe policial de Helmand, Mohammed Hussein, contó que el bombardeo fue la respuesta de la OTAN al intento talibán de atacar un convoy militar. Los autores huyeron a Hiderabed, y fue entonces cuando comenzaron a caer los misiles.
John Thomas, mayor de la fuerza aérea estadunidense, confirmó que después de una larga escaramuza con los autores del ataque al convoy, las tropas de la OTAN pidieron apoyo aéreo. Los aviones respondieron al llamado y destruyeron "todas las posiciones enemigas."
El militar reconoció que, "después de que las tropas revisaron la zona, hubo reportes de algunas posibles muertes" de personas no beligerantes, y que "algunos restos que podrían ser de civiles fueron encontrados en las trincheras junto con los cuerpos de los combatientes enemigos".
En los últimos días, varios militares británicos se han quejado de que el comandante en jefe de la OTAN en Afganistán, Dan McNeill, es favorable al uso masivo de la fuerza aérea, táctica que provoca muchas bajas entre la población civil.
"Cada muerte civil provoca que haya cinco talibanes más, así que estas tácticas pueden ser contraproducentes", dijo un oficial británico que estuvo en Helmand.
Confirmando lo anterior, un reporte de Naciones Unidas (ONU) y de organizaciones no gubernamentales que trabajan en Afganistán muestra que el número de civiles muertos por fuerzas internacionales en lo que va del año es ligeramente superior a los fallecidos por ataques de los talibanes.
La primera mitad de 2007 vio también cómo, al mismo tiempo, las acciones de los integristas resurgían y, en algunos casos, se volvían más violentas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, que ayer visitó Afganistán en un viaje sorpresa, habló del tema con McNeill en la conversación que sostuvieron durante la estancia del diplomático en el país, y le manifestó su preocupación al respecto.