Garantizados, servicios sanitarios y alimentos

Venezolanos reconocen beneficios de la política social de Chávez

JOSEFINA QUINTERO

Caracas, 30 de junio. En esta capital no hay pobreza, pero sí necesidad. Las personas tienen garantizadas la comida y los servicios de salud, "pero son flojas. Por eso hay delincuencia, malandrines. Les gustan las cosas fáciles", reconocen caraqueños que durante años han vivido en los cerros, a quienes la gente pudiente de esta ciudad llama "marginales".

Mediante las Cocinas Comunitarias o Módulos Ortogonales de salud, instalados en las zonas altas de la ciudad, donde se registra la población de bajos recursos, los habitantes del lugar son dotados de servicios básicos, lo cual, de acuerdo con ellos, los retira de la pobreza extrema.

Muchos de ellos, con orgullo, se dicen chavistas y fanáticos del mandatario venezolano. "Así que si tú no estás con nosotros, estás en nuestra contra", advirtió Paulina Carreño, habitante del conjunto habitacional localizado en calle Colombia y Aguadillo, en el barrio 23 de enero.

Desde hace cuatro años los servicios de salud y la comida gratuita llegaron a barrios y cerros, como el de San Agustín y 23 de enero, ubicados en las zonas centro y oeste de esta capital. En las áreas marginadas durante décadas, manifestaron los habitantes, también se construyen escuelas bolivarianas, porque "de lo que se trata es cambiar la ideología para crear una sociedad colectiva y que el individualismo desaparezca".

El Modulo Ortogonal del barrio 23 de febrero, que opera mediante un convenio con médicos cubanos como parte del programa Misión Milagro, es el primer nivel en la atención sanitaria a la población venezolana, explicó Asalia Mercedes Silva, enfermera.

Los padecimientos, añadió, son principalmente presión arterial, diabetes, cutáneos, resfriados y diarreas, "pero también hay dengue, que puede ser el hemorrágico, y enfermedades fuertes. Según la valoración, si no pueden atenderse aquí, los mandamos a clínicas u hospitales".

En días tranquilos el número de personas atendidas es de 30, "pero ha habido hasta 60". Al igual que dicho módulos están las Cocinas Comunitarias de la Misión Alimentaria, que opera desde hace cuatros años Janet María Carballo.

La invitación llegó del gobierno bolivariano, y atiende personas de bajos recursos, madres en riesgo e indigentes.

Cinco personas preparan los alimentos en la Casa Alimentaria del barrio La Charneca, en el cerro de San Agustín. Estas formaron una cooperativa, reciben un pago del gobierno por 180 mil bolívares y la dueña de la vivienda, Janet María Carballo, obtiene 60 más por gastos de luz.

Asimismo están las escuelas bolivarianas, que mantienen horarios largos. Aquí los niños desayunan, almuerzan y meriendan. Pero lo importante y la diferencia con "las otras" es que a través de las escuelas, indicó Fernando Pererira, se trata de ideología, de crear una colectividad.