Promueven el uso del condón para evitar contagios
Brujos sudafricanos recomiendan antirretrovirales a seropositivos
Mtubatuba, Sudafrica, 30 de junio. Tryphina Ngwenya desenrolla un preservativo rosa por sobre una varita mágica de madera normalmente usada para evocar espíritus ancestrales, desatando una cascada de risas entre su público de curanderos tradicionales sudafricanos.
"Como ven es fácil, no hay nada venenoso ni peligroso en los preservativos", dijo al grupo de aproximadamente 80 "sangomas", como se conoce a los curanderos tradicionales, cubiertos con batas de color brillantes, pieles de animales y collares.
Ngwenya ha reclutado a los sangomas, a veces llamados hechiceros, como soldados de infantería en la lucha contra el VIH, que ha infectado a aproximadamente uno de cada tres adultos en la muy tradicional esquina de la Sudáfrica rural.
Ella está enseñando sobre conciencia y prevención acerca del sida.
Muchos de los curanderos alguna vez creyeron que el VIH era una maldición del mundo de los espíritus y que los pacientes habían sido embrujados. Algunos afirmaban poder curar el sida y muchos que no han sido capacitados siguen afirmándolo.
Pero mientras ellos aún recetan raíces y hierbas para las dolencias y mascullan encantamientos para disipar a los malos espíritus, los sangomas ahora también entregan preservativos, mandan a los pacientes a clínicas para que se hagan los exámenes y los instan a tomar las drogas antirretrovirales que prolongan la vida.
"Antes, ni siquiera sabía qué era esto del animal VIH, pero la capacitación le ha aportado sofisticación a mi trabajo", dijo Miriam Tembe, quien durante 25 años ha estado consultando a los espíritus en busca de consejos para del tratamiento de pacientes.
La capacitación la ayudó: "Solía usar una cuchilla para cinco personas, solía matar gente", agregó. "Ahora les enseño cómo protegerse".
El proyecto que vincula a los médicos tradicionales con los modernos sistemas de salud está siendo dirigido por la Fundación Africana de Medicina e Investigación (FAMI, la que dice que más de dos tercios de las personas en el área rural consultan sangomas antes de acudir a una clínica.
En las comunidades rurales los sangomas son venerados, se confía en ellos y juegan múltiples roles como guías espirituales, curanderos y consejeros.
En su mayoría mujeres, aunque no siempre, pueden ofrecer consejos a una joven pareja sobre su vida sexual, asesorarlos acerca de los ritos fúnebres apropiados o preparar un tratamiento para un dolor de muela, todo en un día.
FAMI quiere que los sangomas sigan proveyendo auxilio espiritual y asistencia médica básica y que también usen su influencia y autoridad para promocionar los exámenes de VIH y la medicina moderna en las zonas donde muchas personas no confían en los hospitales, clínicas ni en las drogas.
"Los curanderos tradicionales son tan importantes en estas comunidades. La gente confía en ellos más de lo que confía en las enfermeras", dijo Ivy Mdletshe, una enfermera que trabaja en el centro de exámenes de VIH de FAMI.