Recuerdan al pintor Jesús Urbieta a 10 años de su muerte
Ganador de “todos los premios”, el pintor Jesús Urbieta es recordado a los 10 años de su fallecimiento, ocurrido el 21 de marzo de 1997, seis días antes de cumplir 38 años, con una exposición homenaje, donde su obra se alterna con la de colegas, que en muchos casos hicieron trabajos ex profeso. Mientras algunos recuerdan ciertas piezas del artista juchiteco, otros dan su propia interpretación.
Jesús Urbieta y sus amigos, muestra integrada por pintura, acuarela y barro del homenajeado, así como obra de alrededor de otros 20 artistas, se puede visitar en la que fue su galería, la Oscar Román, ubicada en Julio Verne 14, Polanco.
En vida Urbieta recibió el Primer Premio de Adquisición en el noveno Encuentro Nacional de Arte Joven en Aguascalientes, el Premio MARCO de Monterrey, la Bienal Tamayo, el galardón Gran Paleta de Oro en el XXVI Festival Internacional de Pintura del Castillo-Museo Grimaldi en Cagnes-Sur Mer, Francia (1994), entre otros.
¿Qué ha pasado con la obra de Jesús Urbieta en estos 10 años? De acuerdo con Oscar Román, su obra goza de un mercado y sus precios han subido. De hecho, “hemos estado muy sorprendidos porque en las recientes subastas, tanto en Sotheby’s como en Christie’s, los precios se han elevado. La gente sabía de la carrera de Jesús, y ésta es una muestra muy grande de todo lo que él pudo cosechar en vida”.
Apenas un detalle
Para Román la presente exposición “apenas es un detalle para no dejar pasar estos primeros 10 años”, porque “ya hay proyectos culturales de las instituciones”. Por su parte, el galerista ha seguido trabajando a fin de tener “almacenadas las imágenes de muchas de las obras, saber dónde están, para que en algún momento se haga una exposición más extensa de su obra”.
Siente que cuando se haga otra muestra donde “la gente recuerde lo genial que fue”, afianzará una posición que ya tiene como uno de los grandes artistas oaxaqueños.
–¿Cómo galerista eres fiel a tus artistas?
–Trato de darles continuidad. Me he dado cuenta de que en México no existe la memoria por alguna razón mala, porque si somos lo que somos, es gracias a ese bagaje cultural que hemos ido almacenando. Entonces, una de las cosas que tenemos que hacer es exaltar las grandes figuras y las que han ido trabajando durante tantos años. No sé por qué, pero de repente se pierde la idea de lo que han hecho. Hay artistas que se tienen que seguir consolidando, trabajando. Hay etapas muy fuertes y en el momento que se les dé una relectura a su obra va a ser muy grato.
La muestra se abre con un autorretrato, de 1996, del homenajeado. Destacan varios ejemplares de la serie de obras en papel amate, El hombre del universo y la edad de los polvos y las constelaciones (1992). Aunque el amate muchas veces es visto como algo muy artesanal, Urbieta tomó el papel, lo hizo pulpa, para construirlo de nuevo, apunta el entrevistado.
Entre los artistas invitados, Luciano Spano presenta el políptico Duelo; Alvaro Santiago retrata los rostros que tanto manejó Urbieta; Marisa Lara y Arturo Guerrero participan con dos pinturas que pregonan cambios en su producción; Mario Núnez interpreta a su modo un cuadro del juchiteco, mientras que Rocío Caballero hace alusión a su iconografía.