A un año de los comicios presidenciales, enfrenta el dilema de aliarse con el PRI
El PRD apuesta a superar su crisis interna y poder encarar a la derecha
El sol azteca se propone acumular fuerzas rumbo a las elecciones intermedias de 2009
Ampliar la imagen Simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, durante la marcha del domingo pasado hacia el Zócalo Foto: Carlos Ramos Mamahua
Tras las elecciones presidenciales de 2006, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se apresta a transformarse, para "superar la crisis de institucionalidad partidaria" que las diversas corrientes que lo integran reconocen que vive.
Una de las discusiones por venir es determinar si requiere una alianza electoral con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en estados donde no logra consolidar en su totalidad las coaliciones con sus aliados, los partidos del Trabajo (PT) y Convergencia, o enfrenta riesgo ante el avance de Acción Nacional, incluidas entidades donde el PRD gobierna.
Sin embargo, reconocen, y así quedó plasmado en uno de los documentos base para la discusión rumbo a su décimo Congreso Nacional Extraordinario, a celebrarse en agosto próximo, donde los delegados del partido pretenden realizar los cambios, que esa coalición "puede traer graves riesgos" para el partido.
Entre ellos, "contaminarse del desprestigio priísta y adquirir ese costo; en algunas regiones perder votos en lugar de ganarlos; en otras, ganarlos a costa de perder identidad y caer presos de los intereses del PRI; apoyar una alianza con determinados acuerdos y que éstos sean desconocidos posteriormente por ese partido; o que el PRD se subordine al PRI y no al revés, en función del poder corruptor del dinero".
Con la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, el sol azteca logró consolidar la coalición Por el Bien de Todos con el PT y Convergencia, alianza que hasta la fecha continúa, pero ahora llamada Frente Amplio Progresista (FAP).
Aunque, de cara a los 14 comicios que este año habrá en el país para renovar alcaldías, congresos estatales y gubernaturas, el FAP no integró alianzas en los primeros estados donde hubo elecciones: Yucatán, Zacatecas, Chihuahua y Durango.
Movimiento pacífico y de resistencia
En este proceso también surge la Convención Nacional Democrática (CND), integrada por organizaciones civiles, sociales y miles de simpatizantes de López Obrador. Se define como movimiento pacífico y de resistencia, que se dotó, tras su primera asamblea, de una plataforma básica articulada en cinco grandes temas: combate a la pobreza y desigualdad; defensa de las instituciones y el patrimonio público; derecho a la información y los derechos de los ciudadanos; combate a la corrupción y la impunidad, y rescate y depuración de las instituciones.
De aquí surge el aval para que el ex candidato Andrés Manuel López Obrador fuera nombrado "presidente legítimo de México", el 20 de noviembre del año pasado, y también de la CND resultan los más de un millón de afiliados a su "gobierno".
El perredista se ha mantenido como el "dirigente más importante del movimiento, capaz de convocar a nuevas jornadas de luchas y movilizaciones", cita el documento, parte del análisis entre los diversos grupos perredistas, como fue el plantón que, para evitar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desechara las pruebas "de fraude electoral" que presentó la coalición, tras la jornada del 2 de julio, se instaló sobre Paseo de la Reforma, con la participación de miles de personas.
Del balance hecho rumbo al Congreso Nacional, resalta además la propuesta de que el PRD consolide "una gran alianza contra la derecha", y se acepta que, si bien el conjunto de fuerzas que integran al partido va desde el movimiento social hasta lo políticamente diverso, "pues abarca desde el centro democrático hasta la izquierda radical, esta diversidad puede y debe conducirse con una estrategia común".
Para ello, se insiste, requiere de la "unidad de acción de las fuerzas políticas del movimiento democrático y popular"; supone que "no haya exclusión de ninguna; que sea tomada la representatividad de todos y que todos tengan injerencia en las decisiones políticas", y que el partido "desarrolle una estrategia de acumulación de fuerzas" rumbo a las elecciones intermedias de 2009, "que permita que la izquierda se consolide como la primera fuerza electoral en el país".