Notas sobre nahuatlismos
Chicozapote. Durante mucho tiempo el Diccionario de la Lengua Española (DRAE) asentó, equivocadamente, que el nombre de esta fruta se formaba de la voz española chico y del náhuatl tzápotl, zapote. En la edición de 2001 considera al menos discutible su etimología, pero continúa afirmando el origen español del morfema inicial ''chico". En su Vocabulario en lengua castellana y mexicana de 1555-1571, fray Alonso de Molina registra el nombre xicotzapotl (de xicohtli, abeja grande o jicote, y tzápotl, zapote) como ''puruétano, fruta conocida", de lo que vale más tomar lo de ''fruta conocida" que lo de ''peruétano", pues fray Bernardino de Sahagún informa que ésta era la voz que solían aplicar los españoles al árbol y al fruto del xicotzapotl quizás por intentar alguna comparación de forma, pero no en el sabor del fruto ni en los climas a los que pertenecen los árboles.
El peruétano, informa el DRAE, es un peral silvestre cuyo fruto tiene un sabor acerbo. En cambio, Sahagún precisa que el xicotzáputl o xicotzápotl, el ''zapote del jicote", como él lo traduce, produce frutos que ''son muy dulces, y muy buenos de comer", y agrega que ''házense en tierra caliente". En este sentido va el registro de Rémi Siméon, en su Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, en el siglo XIX. La entrada no deja lugar a dudas: ''xicotzapotl. Sapota achras. Fruto de la familia de los zapotes, dulce en extremo, el más sabroso de todos". Y da como etimologías xicohtli, abeja grande o jicote, y tzápotl, zapote. La razón de llamar a este fruto el ''zapote de los jicotes" es simple: es el de las abejas de miel, ''el zapote de miel".
Molina registra xicohtli como ''abeja grande de miel que horada los árboles" y Sahagún confirma que ''hazen miel, y hazen cuevas en la tierra, donde hacen su miel: es muy buena miel la que hacen". Bien hacían, pues, en llamarle ''zapote de miel" o ''de la abeja" al zapote más dulce de todos. Pero continúa Sahagún explicando que el xicohtli ''pica como abejas y lastiman y hinchase la picadura", de donde lo llama ''el furioso", rasgo que los antiguos mexicanos tomaron en cuenta para designar al látigo también como jicote, porque flagelaba con la punta o pajuela como la picadura de una abeja. De este último caso provino chicote; del otro, chicozapote.
Ahora bien, algunos autores han pensado que chicozapote deriva en verdad de las voces tzictli, chicle, y tzápotl, zapote. Esta propuesta se extendió particularmente a lo largo del siglo XX, a partir quizás de que Cecilio Robelo aceptó en su Diccionario de aztequismos de 1904 tal posibilidad. Sin embargo, la confusión de que parte esta propuesta no es difícil de aclarar. Regresemos, para ello, a Rémi Siméon.
En su Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, Siméon informa, en la entrada de tzápotl, que se conocían varias especies de zapote. El primero que registró fue el ''chictzapotl, del que se extrae una sustancia llamada tzictli o chictli (chicle), que los niños y mujeres tienen la costumbre de mascar". Este pasaje demuestra que Simeón no confundía ni consideraba lo mismo el árbol xicotzápotl o chicozapote, ''zapote de la abeja", el de fruto más dulce y sabroso de todos los zapotes, con el árbol chictzápotl, el ''árbol o zapote del chicle".
En el listado que proporciona Siméon podemos deducir las variadas razones que sustentan las designaciones de los zapotes. En el ''zapote del chicle", por ejemplo, se alude a la resina o látex del árbol, no a un fruto. En cambio, al tliltzápotl o zapote negro, y al iztactzápotl, o zapote blanco, se les llama así precisamente por el color de la pulpa del fruto. Otra cosa ocurrió con el mamey, que es voz arahuaca caribe, ciertamente, pero que en náhuatl fue tezontzápotl, ''zapote de tezontle", a causa de la consistencia y color de su cáscara.
Por tanto, podemos concluir que al chicozapote no se le llamó así por su cáscara, su color o por el látex del árbol, sino por lo dulce del fruto: ''el fruto como miel de abeja". Maximino Martínez, en su Catálogo de nombres vulgares y científicos de plantas mexicanas de 1979, indica, en efecto, que, en algunas regiones de Colima, Tamaulipas y Yucatán se le llama, precisamente, zapote de abejas.