El embajador confía en que en algún momento se alcanzará la reforma migratoria
Garza: en EU muchos no reconocen la profundidad de la relación con México
Ampliar la imagen Antonio Garza y Eduardo Medina Mora en el festejo estadunidense Foto: Francisco Olvera
Luego de lamentar el fracaso de la reforma migratoria en Estados Unidos, el embajador Antonio O. Garza señaló que los ideales de libertad e igualdad de su país no se habrán alcanzado hasta que aquellos que viven en las sombras -refiriéndose a los millones de migrantes indocumentados- puedan salir y ser reconocidos por la sociedad estadunidense.
En su discurso con motivo del 231 aniversario de la Independencia de Estados Unidos, el diplomático comentó que el rechazo del Senado estadunidense a dicha reforma la semana pasada, le generó un sentimiento de "frustración", debido a que "muchos aún no aprecian" la profundidad de la relación entre México y Estados Unidos. "Ni aprecian lo que México está haciendo para superar los desafíos que enfrenta hoy. Y queda mucho por hacer para que estas personas realmente lo comprendan".
Lamentó que a pesar del compromiso asumido del presidente George W. Bush por impulsar decididamente la reforma migratoria, que también era apoyada por "muchos" en el Senado, y "dos terceras partes" del pueblo estadunidense, no se haya concretado. Aun así, se dijo convencido de que en algún momento se llegará a ese objetivo.
La historia de Estados Unidos, según declaró, es prueba viviente de que hay fortaleza en la diversidad. El país no llegó a ser la nación que es con el sudor de una sola raza, de una sola religión o de una sola cultura, sino que involucró a personas de todas los niveles, de todo el mundo, que trabajaron juntos en lo que Martin Luther King llamó "la red inevitable de la mutualidad" -lo que afecta a uno, nos afecta a todos-, dijo el embajador Garza, quien en esta ocasión no estuvo acompañado por su esposa María Asunción Aramburuzavala, a quien disculpó por motivos de salud.
Insistió en que su país no habrá terminado la labor de regularizar a los trabajadores migrantes ni respondido a los llamados de sus propios ideales "sino hasta que quienes viven en las sombras puedan salir y ser reconocidas. Hasta que todos los corazones acepten lo que ninguna ley puede imponer: amarnos unos a otros, respetarnos unos a otros, apoyarnos unos a otros".
A la residencia estadunidense en México llegaron decenas de invitados, entre ellos embajadores acreditados en el país, empresarios, académicos, ex gobernadores y varios funcionarios públicos del gobierno federal, como el procurador General de la República, Eduardo Medina Mora, y el secretario de Salud, José Angel Córdova Villalobos.
En su participación y antes del brindis, el embajador Garza reconoció el trabajo que le ha costado a Estados Unidos luchar contra la esclavitud, la segregación y la desigualdad de derechos para la mujer.
Pero también aprovechó la ocasión para referirse a actos terroristas que amenazan a los pueblos libres tratando de privarlos de su vida. Inclusive, sin citar nombres de países o personajes, dijo que "algunos en este continente" todavía argumentan que sus pueblos no están preparados para la libertad real y para gozar de las libertades individuales que sus vecinos ya atesoran.
"Y hay otros, más cerca de nosotros, que insisten en que Estados Unidos es diferente y no puede o no debe ser la ciudad de oro sobre los montes, que convoca a las personas del mundo a que hagan realidad sus sueños", indicó.
Momentos antes del brindis, el embajador dijo ver a un México unido, con la visión clara de un país más fuerte y vigorosos. "Veo un México donde cada uno se sienta seguro en casa, que pueda competir con cualquier economía del mundo".