El grupo Tres Puntillas perpetró un asesinato en Acapulco
Opera banda de sicarios colombianos en México, Venezuela y Ecuador
Santafé de Bogotá, 8 de julio. La banda de sicarios colombiana Tres Puntillas es la responsable de varios asesinatos en México, Venezuela, Ecuador y España, entre otras naciones, concluyó el Cuerpo Técnico de Investigación de Colombia (CTI), informó hoy el diario El Tiempo de ese país.
Gracias a la aprehensión de varios integrantes de esa organización criminal se sabe que sus miembros son responsables de al menos dos centenares de muertes, entre ellas la del ex capitán de policía y presunto narcotraficante Jaime Pispi Pineda. El ex oficial fue asesinado de 12 disparos en Acapulco, Guerrero, por haber traicionado al jefe de las Tres Puntillas y estar trabajando para su enemigo, Diego Montoya Sánchez. El crimen se llevó a cabo de tal forma que, cuando ocurrió, las autoridades mexicanas tuvieron que basarse en reportes de la prensa colombiana para investigar el caso.
México no fue el único país donde se llevaron a cabo asesinatos de este tipo. Las Tres Puntillas (clavos), al parecer, también han matado gente en España, Brasil, Venezuela, Ecuador, Panamá y Estados Unidos. En pago por estos encargos internacionales, quien los realizaba, según el testimonio de uno de los sicarios detenidos, recibía un viaje de placer por el Caribe para él y toda su familia.
Al grupo se le atribuye también el asesinato del futbolista Albeiro El Palomo Usuriaga, que fue baleado en un barrio de Cali por un niño de 15 años. En su momento se desconocía el móvil, pero un informe confidencial sobre las Tres Puntillas indica que su muerte "fue por asuntos sentimentales y Usuriaga desconocía los hechos" por los que perdió la vida.
La investigación del CTI podría también resolver uno de los misterios más afamados de Colombia, el de qué sucedió con Jaime Orijuela, secuestrado en 2001 y cuyo paraedero se desconoce hasta ahora. Las autoridades creían que había sido vendido a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que hasta hoy seguía en su poder, pero todo indica que, después que fue secuestrado por las Tres Puntillas, Orijuela se negó a pagar su rescate. La organización decidió entonces ejecutarlo y lo enterró en un estacionamiento subterráneo, señaló El Tiempo.
Colombia se sacudió hoy por otro asesinato, aunque éste no tiene relación con esta banda y el cadáver no tiene las tres puntillas que son el sello de la organización. Se trata del ex candidato a concejal Antonio Colorado, acribillado por pistoleros no identificados en la ciudad de Sevilla, en el departamento del Valle del Cauca.
El hecho ocurrió luego que, el viernes pasado, presuntos integrantes de las FARC asesinaron a la alcaldesa del municipio de San José del Palmar, Blanca Inés Marín.
También este domingo, el vocero de las FARC, Raúl Reyes, advirtió que "la totalidad de los rehenes" que dicha organización tiene en su poder "está expuesta a los efectos del fuego cruzado" que se puede producir por las incursiones del ejército cuando intenta rescatar a los cautivos.