Gran afluencia en exposiciones sobre Frida y Diego
Vestida a la usuanza de Frida Kahlo, la joven María Villanueva, acompañada de Oscar Fuentes, ataviado como Diego Rivera, desde un banco frente al mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda central orientan en inglés al público extranjero que muestra interés por la pintora.
De acuerdo con Carmen Gaitán, directora del Museo del Mural Diego Rivera, la familia de María vive cerca del recinto y la mamá traía a su hija desde los cinco años a los talleres. Con el tiempo, la ahora estudiante de administración se convirtió en ávida lectora de literatura sobre Diego y Frida.
“Ellos dos son México, son una referencia obligada si quieres saber lo que estaba pasando en su época. Su obra y su vida están muy influidas por su contexto”, señala María Villanueva.
Pero si María se pintó las cejas de ave y se peinó de trenza tuvo que ver con el programa Alas para Frida, que el Museo del Mural Diego Rivera realizó el fin de semana conjuntamente con Alas y raíces, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
El programa consistió en dos talleres, uno para hacer muñecas de trapo con la imagen de Frida y otro para pintar figuras de cartón (judas). También se materializaron los vendedores de dulces, comida y juguetes del famoso mural, y hubo una representación en la que se narraron fragmentos de la vida de Frida y Diego.
Tan buena fue la respuesta del público, que a Carmen Gaitán le gustaría repetir el esfuerzo una vez al mes: “Nos da orgullo que las tradiciones, en vez de morirse por la televisión o Internet, se pueden revivir mediante programas tan ricos como Alas y raíces”.
Filas para ver a Frida
En la explanada del Palacio de Bellas Artes miles de personas siguieron haciendo cola para entrar a ver Frida Kahlo 1907-2007: homenaje nacional. Los holandeses Kees Raat, su esposa Mariene y su hija, fueron los primeros en formarse. Se enteraron del centenario de nacimiento de la pintora y de la exposición por un periódico holandés.
Flora Salas, de Chihuahua, y Francisca López, de Tabasco, también se consideraron afortunadas de poder viajar a la ciudad de México en estas fechas y aprovechar la muestra. Francisco Avila, jefe de Difusión y Comunicación del museo de Bellas Artes, calculó la afluencia extranjera en 30 por ciento del total de visitantes. El sábado 7 la entrada fue de 6 mil 400 personas.
En el barrio de Coyoacán es fácil localizar la Casa Azul por el gentío. También hacen cola, primero para comprar el boleto y después en el jardín para entrar a ver Los tesoros de la Casa Azul, una muestra de los recientes descubrimientos en el donde Frida nació, vivió y murió. El sábado hubo mil 300 visitantes.
La Casa Azul siempre ha sido muy visitada por turistas extranjeros. La alemana Susana Ress se enteró por un boletín informativo en Internet. Quiso visitarla por “curiosidad”, porque le gusta conocer cómo vivían los pintores. Aunque tenía la idea de la pintura de Frida, su interés era conocer la casa.