Es el primer deceso de un aficionado a causa de un toro en la Plaza México
Murió espectador herido por Pajarito
Antes de la fatídica tarde el empresario García Lavín nunca había asitido a una corrida
Ampliar la imagen Imagen de Pajarito después de caer en el primer tendido Foto: Micphotopres
Víctima de las lesiones que recibió el domingo 29 de enero del año pasado, cuanto el toro Pajarito cayó encima de él en la Plaza México, ayer falleció en su domicilio de la ciudad de Mérida, a la edad de 78 años, el empresario yucateco Andrés García Lavín, que formó emisoras de radio y televisión así como periódicos en el sureste del país.
Aunque no era aficionado a la fiesta brava, el destino lo convirtió en el primer espectador que pierde la vida por culpa de un toro corrido en ese coso, desde que éste abrió sus puertas al público el 5 de febrero de 1946.
Nacido el 24 de agosto de 1929 en el puerto de Progreso, don Andrés era egresado del Instituto Politécnico Nacional donde se graduó como contador público. Fue fundador y director de Televisora de Yucatán, Novedades de Yucatán -hoy Milenio Novedades- y de las estaciones radiofónicas XHGL, XEZ y Radio Mil.
Asimismo creó la Televisora de Cancún, Novedades de Quintana Roo y las emisoras XHROO de Chetumal, lo mismo que el diario Novedades de Campeche, la estación XECAM que transmitía en AM y FM. También fue socio del periódico Novedades de Acapulco y cofundador de la Universidad del Mayab, en Mérida.
Entre otros cargos, fue presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (1981-1983); en 1995 fue nombrado presidente honorario vitalicio de la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR). Fue también presidente del World Press Freedom Committee y del Comité Asesor de Libertad de Expresión de la UNESCO.
Practicó la filantropía por medio de la Fundación García Lavín, "que apoya a familias desamparadas y con limitantes físicas", de acuerdo con el extenso obituario que se dio a conocer ayer.
La carrera del empresario se inició en 1951, año en que tomó posesión de la gerencia del Diario del Sureste, en Mérida. En 1965, asociado con Rómulo O'Farril, fundador del hoy extinto periódico Novedades de la ciudad de México, puso en marcha el diario Novedades de Yucatán. Y para 1968 era propietario de numerosas radioemisoras y televisoras en la península, que más tarde extendería a Chiapas, donde abrió el Canal 7 de Tapachula, para culminar, en 1992, con el lanzamiento del Canal 13 de Cancún.
Además fue vicepresidente del consejo consultivo y presidente del consejo directivo de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión, pero nunca en su larga vida había asistido a una corrida de toros antes de la fatídica tarde del domingo 29 de enero de 2006 en la que, ante la insistencia de su amigo, el también empresario Jalil Xacur, ocupó una barrera de primera fila de sombra en la Plaza México para ver al rejoneador vasco Pablo Hermoso de Mendoza.
Después de presenciar la lidia del primero de la tarde, don Andrés no alcanzó a disfrutar del espectáculo mucho más. Al abrirse la puerta de toriles por segunda ocasión en la tarde, salió Pajarito, un cárdeno claro con más de 500 kilos de peso, de la ganadería de Cuatro Caminos, propiedad de Sergio Hernández Weber, que luego de un breve trote saltó al tendido apoyándose con una de las patas traseras sobre el techo de cemento que cubre uno de los burladeros de prensa en el callejón, para caer sobre los asientos 97 y 98, donde lastimó a la señora Susana Lamm, madre del ganadero Germán Lamm, y a otros espectadores.
Entre éstos, a la antropóloga Julieta Gil Elorduy, de 59 años, a la que le pegó una cornada en el pubis, a Marcela Madariaga y Alejandro Romero, ambos de 39, así como a Gerardo Vatanovich y Esteban Roman, de 40. Por su parte, para salvarse de la bestia que se le venía encima, don Andrés García Lavín, que estaba a punto de cumplir 77 años, se lanzó de cabeza al callejón provocándose fracturas en múltiples huesos. Sin embargo, el daño que se produjo al caer tendría consecuencias irreversibles para su salud, porque después de ser operado en la ciudad de México y trasladado a Mérida, nunca más volvió a levantarse de la cama.
Pero si este empresario es el primer espectador que muere debido a lesiones ocasionadas por un toro en la México, no es el primer ser humano que fallece por lo mismo en ese lugar, donde el 19 de marzo de 1997 pereció el rejoneador Eduardo Funtanet al ser aplastado por su caballo en el centro del redondel.
Pajarito, por su parte, tampoco fue el primer toro que saltó a la zona reservada al público en el embudo de Insurgentes. En 1947, un ejemplar de la ganadería de Piedras Negras escapó de los corrales y subió la rampa que asciende a la calle de Augusto Rodin. Ahí, por increíble que parezca, trepó las escaleras que conducen a las gradas de sombra general, de donde pegó un salto y cayó sobre las butacas de cemento de la fila 23 del mismo tendido de sombra.