Se requiere "cirugía mayor", según los priístas
La propuesta de reforma fiscal del presidente Felipe Calderón podría verse sometida "a una cirugía mayor" o inclusive ser sustituida por otra si no incorpora elementos como la simplificación en el pago de impuestos; un sentido federalista que otorgue a los gobernadores voz y voto para determinar la orientación del gasto y garantice a los estados -entre otros aspectos- la participación al ciento por ciento del impuesto sobre la renta (ISR) captado localmente; la formación de un grupo especial que dé seguimiento al gasto público y un efectivo apoyo a infraestructura, salud, educación, deporte y cultura, advirtieron legisladores y mandatarios emanados del PRI.
En tanto, el coordinador de los diputados federales del PAN, Héctor Larios, adelantó que cualquier propuesta de adición o reforma a la iniciativa debe pasar, primero, la "prueba de viabilidad técnica".
Ayer por la mañana los priístas se reunieron con el secretario general del tricolor, Jesús Murillo Karam, y con el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, responsable del área económica de la Conferencia Nacional de Gobernadores, quienes analizaron detalladamente la propuesta del Ejecutivo federal, a la que hicieron observaciones.
Respecto de la llamada Contribución Empresarial a Tasa Unica (CETU), los priístas señalaron que tiene un efecto negativo en lo que toca al empleo y a la maquila. Esto último, explicaron, debido a la no deducibilidad del trabajo, aunque reconocieron dos efectos positivos: la acreditación del ISR retenido a terceros y el crédito al empleo para trabajadores, con un impuesto sobre la renta menor a 19 por ciento.
Según los priístas, la CETU afecta también a las empresas exportadoras, particularmente a la maquila, que tiene un impuesto de 0.80 por ciento y que podría incrementarse hasta 8 por ciento.
En cuanto al Impuesto Contra la Informalidad (ICI), que sugiere una tasa de 2 por ciento a los depósitos que excedan los 20 mil pesos al mes en una misma institución, los priístas consideran que existe un problema para quienes pudieran presentar pérdidas fiscales por varios años, o cuyo ISR pudiera ser menor al impuesto retenido.
Finalmente, señalaron que se debe analizar la alternativa de gravar las ganancias por enajenación de valores, las operaciones de bolsa relativas a cambio de control y propiedad accionaria, así como las transacciones bancarias, ya que el efecto recaudatorio podría ascender a dos puntos del producto interno bruto, además de que se trataría de un impuesto que ya es aplicado en otros países.