Fija las bases de una reforma fiscal alternativa
Reducir gasto corriente y acabar con privilegios, propone el FAP
El Frente Amplio Progresista (FAP) propone en su anteproyecto de reforma fiscal y hacendaria, discutido el martes por la noche y que será presentado el próximo domingo, reducir en cien mil millones de pesos el gasto corriente, etiquetar al ciento por ciento la inversión en infraestructura, energía y desarrollo; terminar con privilegios y tratamientos especiales en el sistema recaudatorio, además de combatir la corrupción.
De acuerdo con el documento, cuya copia obra en poder de este diario, los partidos que integran el FAP -de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia-, plantearon que es necesario impulsar un gasto productivo social y suficiente, capaz de impulsar el crecimiento y la generación del empleo.
Así, promoverá una reforma hacendaria de fondo, que combata, en primer lugar, la "elusión y evasión que llevan a cabo los grandes consorcios en materia del impuesto sobre la renta (ISR), y que no incluya nuevos gravámenes para las clases medias y los sectores de menores ingresos de la población".
Con ello, se opone a "los impuestos que busca establecer el gobierno (calderonista), como el de la gasolina, pues elevarían de inmediato el costo de la vida, y también la contribución empresarial a tasa única", por estar en contra de las clases medias y las pequeñas y medianas empresas.
Según el FAP, resulta imperativo corregir el "carácter regresivo y omiso" del ISR, para que, "con la garantía de un ingreso vital exento -del orden de cinco salarios mínimos-, se aplique una tarifa única progresiva a todos los ingresos acumulados que obtenga una persona física, independientemente de su naturaleza (salarios, honorarios, dividendos, rentas, regalías, intereses), durante un ejercicio fiscal".
Es decir, "contar con un gasto público que garantice la prestación de los derechos sociales y contribuya a la generación de empleo y a un sistema tributario que asegure la progresividad de todos los ciudadanos".
También considera "indispensable" brindar facultades al Congreso de la Unión para que conozca quién paga impuestos y cuáles son los montos, que el Servicio de Administración Tributaria rinda cuentas a la Auditoría Superior de la Federación, y que la Cámara de Diputados apruebe el establecimiento de criterios y metas de gasto público de inversión plurianual.
Asimismo, "liberar a Petróleos Mexicanos de su responsabilidad de financiar el gasto corriente del gobierno", para que en un plazo de cinco años el organismo descentralizado pueda "retener una proporción suficiente de sus ingresos para su operación y crecimiento"; convertir el ISR en la columna vertebral del sistema impositivo; derogar el régimen de consolidación fiscal; gravar las ganancias de personas físicas por enajenación de acciones en bolsas de valores, y eliminar la deducción del costo de adquisición de terrenos y de bienes nuevos de activo fijo.
De igual manera, fijar un pago definitivo de 35 por ciento sobre dividendos o utilidades, limitar facultades discrecionales del Poder Ejecutivo para otorgar subsidios, estímulos, regímenes especiales y asignación del gasto, además de regular la publicidad gubernamental.
"Nuestra propuesta para fortalecer la hacienda pública -sostiene el FAP- es muy superior a la del proyecto de Calderón", que plantea "un IVA disfrazado, al pretender aumentar la recaudación a expensas del sector productivo, la clase media y las pequeñas y medianas empresas"; va en contra de la creación de nuevos empleos e inclusive pone en riesgo los existentes; no estimulará el crecimiento; no ofrece un "compromiso serio de reducción del gasto corriente ni redistribución de los nuevos ingresos; debilita al federalismo, mantiene intocable la discrecionalidad" de Hacienda y, sobre todo, no beneficia a los pobres.