Es 25% más grande que Júpiter y su temperatura diurna es de 2 mil grados centígrados
Detectan vapor de agua en un planeta a 60 años luz de la Tierra
Anuncia la NASA que en agosto lanzará la sonda Phoenix que buscará vida en Marte
Estudiará la capa de hielo que hay en el astro tratando de detectar cambios en su composición
París, 11, de julio. Los científicos han detectado por primera vez huellas de vapor de agua en la atmósfera de un planeta extrasolar, poniendo así de manifiesto que ese elemento esencial para la vida humana existe también muy lejos de la Tierra, según estudio que la revista Nature publicará el jueves.
Mientras tanto, la NASA informó que a comienzos de agosto será lanzada una sonda para estudiar la superficie del planeta Marte, en búsqueda de rastros de vida.
El exoplaneta observado mediante el potente telescopio espacial de rayos infrarrojos Spitzer, que la NASA tiene en órbita desde 2003, es gaseoso, pertenece a la categoría de los "Júpiter calientes" y los astrónomos lo conocen por la nomenclatura HD 189733b.
Se encuentra en la constelación de Vulpecula (Pequeño Zorro), a unos 60 años luz de la Tierra.
Los planetas que están fuera del sistema solar reciben el nombre de "Júpiter calientes" porque se encuentran muy próximos a su estrella, son muy calientes (unos 2 mil grados centígrados en frase diurna y 500 en fase nocturna) y tienen un tamaño comparable al de Júpiter.
El HD 189733b, que es 25 por ciento mayor que Júpiter, gira alrededor de su estrella a una distancia 30 veces inferior a la que separa a la Tierra del Sol.
Fue descubierto en 2005 por un quipo dirigido por la astrónoma Giovanna Tinetti que trabajaba para la Agencia Espacial Europea, el University Collage de Londres y el Instituto de Astrofísica de París.
La gran novedad es que el análisis de las imágenes en infrarrojo tomadas por Spitzer muestra la presencia de agua en la atmósfera de ese exoplaneta.
"Aunque esté lejos de ser habitable y presente un medio ambiente más bien hostil, nuestro descubrimiento prueba que el agua puede ser más común en el universo de lo que pensamos", comentó Tinetti.
El objetivo de los investigadores es encontrar un planeta telúrico (rocoso) con agua.
"Cuando eso se produzca, se dispondrá de una verdadera prueba de la posibilidad de encontrar planetas extrasolares con capacidad de albergar vida. El hallazgo de agua en un gigante gaseoso es un paso importante hacia un descubrimiento de ese tipo", añadió la científica.
La sonda Phoenix, lista para viajar a Marte
Mientras tanto, en Washington, la NASA informó que la sonda Phoenix está lista para ser lanzada a comienzos de agosto para estudiar por primera vez el subsuelo congelado (permafrost) de Marte y detectar en sus planicies árticas posibles formas de vida pasada o presente.
"Nuestra estrategia de búsqueda de agua en Marte dio lugar a una serie de descubrimientos extraordinarios en los años recientes sobre la historia hidrográfica de este planeta"¸ explicó esta semana Doug McCuistion, director del programa de exploración de Marte en la Nasa.
"Phoenix completará nuestra estrategia de exploración marciana intentando por primera vez tocar y analizar el agua de Marte que está en forma de hielo en el suelo", añadió en una presentación ante la prensa.
Los científicos concuerdan actualmente en que Marte -cuya formación se remonta, al igual que la Tierra, a unos 4 mil 600 millones de años- fue muy húmedo en algún momento de su historia, con un vasto océano.
En 2002, la sonda estadounidense Mars Odyssey también encontró signos que respaldan la teoría según la cual vastas extensiones marcianas, incluidas sus planicies árticas, contienen agua congelada a menos de un metro de profundidad.
Otros dos robots estadunidenses, Rover y Spirit, que exploran desde hace más de dos años la superficie de Marte, también encontraron indicios de la presencia de agua en el pasado.
"La sonda espacial Phoenix fue concebida para examinar la historia del hielo del permafrost midiendo cómo el agua líquida modificó la química y la mineralogía del suelo", explicó Peter Smith, de la Universidad de Arizona (sudoeste), uno de los científicos que colaboran con este proyecto.
"Además, nuestros instrumentos pueden evaluar si el medio ambiente polar marciano es una zona habitable para microbios primitivos", añadió.
Con sus dos antenas solares desplegadas, Phoenix mide cinco metros de ancho y 1.52 metros de largo.
Dispone de un brazo robótico de 2.34 metros de largo que cavará en el suelo para alcanzar la capa de hielo que, según los científicos, está apenas a una decena de centímetros de profundidad.
Una cámara y una sonda acopladas al brazo examinarán el suelo y el hielo que detecten.
El brazo tomará muestras con dos instrumentos, que buscarán detectar cualquier sustancia volátil, como el agua y sustancias químicas a base de carbono, ambos elementos esenciales para la vida.
El lanzamiento está previsto para el 3 de agosto, cuando comienza una ventana de tiro de 21 días, desde Cabo Cañaveral.