Usted está aquí: domingo 15 de julio de 2007 Cultura Colombia debe parir sus muertos para aliviar su pesadilla: Saramago

No será nada fácil, pero cargarlos será mantener la zozobra y el desasosiego, asegura

Colombia debe parir sus muertos para aliviar su pesadilla: Saramago

Charla erudita del Nobel y Laura Restrepo sobre la dignidad y el futuro de la humanidad

Reitera el portugués su falta de esperanza en el porvenir; "el mundo anda pésimo", advierte

MARGARITA SUAREZ ESPECIAL PARA LA JORNADA

Ampliar la imagen "No os pido mucho, pido a vosotros todo", dijo el escritor a los colombianos, a quienes sugirió adoptar una actitud más activa para superar más de 50 años de conflictos fratricidas, que han perturbado la vida de dos generaciones "No os pido mucho, pido a vosotros todo", dijo el escritor a los colombianos, a quienes sugirió adoptar una actitud más activa para superar más de 50 años de conflictos fratricidas, que han perturbado la vida de dos generaciones Foto: Reuters

Santafé de Bogotá, 14 de julio. "La literatura y el poder no se celebran en la misma fiesta", afirmó la escritora colombiana Laura Restrepo, al dar paso al foro El libro como instrumento de paz: diálogo con José Saramago, premio Nobel de Literatura 1998, esta semana en Bogotá, Capital Mundial del Libro 2007.

Saramago abrió aquí su gira para presentar el libro de remembranzas sobre su niñez Las pequeñas memorias, y celebrar el anuncio público -fuera de Portugal- del lanzamiento de la Fundación José Saramago, establecida el 26 de junio pasado y dedicada a promover los derechos humanos, con atención especial a problemas del medio ambiente y el empobrecimiento de la tierra.

La reunión forma parte de las Mesas Literarias organizadas por la alcaldía de Bogotá, dentro de su programa Elogio de la Lectura, y fue auspiciada por la editorial Alfaguara. Esta es la tercera visita del portugués a Colombia.

Luego de guardar un minuto de silencio por los millares de muertos y víctimas de la violencia en Colombia, en cuya memoria se entregaron claveles a los asistentes, Restrepo -premio Alfaguara 2004 e integrante de la Comisión de Paz que impulsó la desmovilización de la guerrilla M-19 en los años 80- entabló un diálogo sencillo y claro sobre la vida y obra de Saramago.

Durante casi dos horas, las dos figuras de la literatura contemporánea y amigos mutuos condujeron a un atento público de casi 5 mil personas mediante juegos de palabras, en portuñol y español, y lecturas puntuales a propósito de aquellos momentos de la vida del autor reflejados en el libro, además de otros temas, como los personajes humildes y valores humanísticos comunes y constantes en la obra de ambos.

Cerraron la noche en medio de un afectuoso, erudito y nunca resuelto debate sobre la dignidad y el futuro de la humanidad. Ella, insistiendo en rescatar las posibilidades de la literatura y el valor y poder trascendental de la dignidad, elemento fundamental en la obra del maestro; él, terco y pesimista, sin visión clara del futuro, presagiando posibles horrores: "el mundo anda pésimo".

Pesimismo del Nobel

Saramago había expresado este pesimismo ante la prensa nacional y extranjera, en sus opiniones acerca del estado actual del mundo, de la inexistencia de la real democracia a escala global y, en particular, de su desesperanza aparente ante la situación colombiana.

Al preguntarle qué podría sugerir a los colombianos, aclaró: "Tenéis que parir vuestros muertos, sacarlos de esta tierra, parirlos de vuestra conciencia. Parirlos no será fácil, pero cargarlos será seguir en la pesadilla que lleva dos generaciones y ha causado 30 mil desaparecidos y más de 3 mil secuestrados. Es algo monstruoso, que se ha vuelto cotidiano, donde se pierde la medida de la realidad.

"La solución no es militar, es una situación empantanada; hay que ir más allá del acuerdo humanitario. Es fácil decir diálogo, pero, ¿cómo se llega a él? Parecieran no estar dispuestos. Los políticos que hagan (su labor), pero lo importante es que la sociedad civil asuma su papel como parte, que los ciudadanos tomen parte activa; dejen de ser espectadores e intervengan."

Enfatizó que la Declaración Universal de los Derechos Hu-manos, que incluye lo social y económico, "tiene que ser la brújula". Si no, no puede haber democracia: "digan la verdad, pierdan la paciencia".

Concede que la tarea no será sencilla luego de 50 años de conflictos fratricidas, donde muchos no saben vivir sino para y por la violencia. Pero como él mismo dijo al anunciar los propósitos de la fundación: "No os pido mucho, pido a vosotros todo".

 
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