Agradece el ibérico "gran" apoyo contra ETA y el abrigo a los niños de Morelia
Pactan Calderón y Rodríguez Zapatero colaboración contra el terrorismo
"México me ha dado todo: nacionalidad, hijos, amistades", expresa la dirigente de los asilados
Por la "gran" colaboración que México ha brindado a España en su lucha contra la organización armada vasca ETA y por el abrigo que dio hace 70 años a 450 niños que llegaron huyendo de la guerra, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, agradeció ampliamente al presidente Felipe Calderón.
Temas disímbolos. Uno de seguridad y de extradiciones y otro relativo a la política de asilo que ha caracterizado al pueblo mexicano fueron el núcleo de primer encuentro oficial que sostuvieron ambos mandatarios.
Día terso tuvo Calderón cuando el socialista inició formalmente su visita de Estado, después que en la jornada anterior le habían llovido reclamos de los empresarios españoles por la iniciativa de reforma fiscal.
Palacio Nacional fue escenario de una emotiva ceremonia que reunió a cerca de 60 de los llamados niños de Morelia, como aún se les llama a aquellos ancianos que hace siete décadas desembarcaron en el puerto de Veracruz y luego fueron trasladados a Morelia, donde encontraron refugio.
La jornada que el Presidente mexicano dedicó a su visitante comenzó temprano con la ceremonia de recepción oficial en el patio de Palacio Nacional, que fue muy concurrida. El peso de la relación de siglos con España se podía apreciar tanto en los cientos de personas que se asomaban desde la parte alta del recinto como en una reducida protesta afuera.
Desde su discurso de bienvenida, el michoacano se comprometió a apoyar al gobierno de España en su lucha contra el terrorismo, lo que finalmente quedó asentado en la declaración de asociación estratégica que suscribieron ambos mandatarios y que establece la cooperación operativa para detectar lavado de activos, financiamiento al terrorismo, delincuencia y narcotráfico.
Sin dar detalles más concretos sobre los alcances de la colaboración en esa materia, Rodríguez Zapatero refirió que se trataba de una voluntad compartida en la lucha contra el terrorismo, en particular a la actividad de ETA.
Al preguntársele a Calderón si eso implica ampliar los alcances de los convenios de extradición de integrantes de la organización separatista vasca a España, señaló que los mecanismos existentes son eficaces aunque susceptibles de perfeccionamiento.
Antes de la reunión entre los presidentes, que a diferencia de las otras visitas de Estado se llevó a cabo en Palacio Nacional y no en la residencia de Los Pinos, se dio un momento emotivo, complementado por el hecho de que este año se cumplen tres décadas de las relaciones México-España.
Reunidos en el salón Tesorería decenas de hombres y mujeres ya encanecidos, pero orgullosos de ser llamados aún niños de Morelia asistieron a una ceremonia en que se recordó su llegada a México en 1937.
El gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, nieto del presidente mexicano que acogió a aquellos infantes, fue el portavoz del saludo de su abuela Amalia Sólórzano de Cárdenas, quien por razones de salud no pudo estar presente.
Como michoacano, Calderón recordó que creció escuchando hablar de los niños españoles que llegaron a México perseguidos por la insensatez de la guerra y gracias a las gestiones de doña Amalia. Agradeció así las aportaciones que este grupo de exiliados hizo al país y que se reflejó en la filosofía, el arte y en el mundo empresarial.
Enjugándose las lágrimas, Amparo Batanero García, presidenta de la Asociación Niños de Morelia, expresó su gratitud a México y elogió a Rodríguez Zapatero, porque tras décadas de lucha, en 2005 las cortes españolas reconocieron la deuda histórica que tenía España con ellos al tiempo que se regulaban las prestaciones económicas y sanitarias para los más desfavorecidos.
Sin embargo, la mayoría de ellos no vivió para gozar de este reconocimiento, porque en la actualidad sobreviven unos 100 de los 450 que llegaron a México.
Al final de la ceremonia, los mandatarios saludaron a aquellos que no ocultaban su emoción de rememorar ese día en que llegaron a Veracruz. "México me lo ha dado todo: nacionalidad, hijos, amistades", explicaba Batanero.
Los mandatarios concluyeron sus actividades con una cena, a la que asistieron empresarios como Carlos Slim, legisladores y dirigentes de partidos, como la priísta Beatriz Paredes. No asistió Manuel Espino, líder del PAN, lo que pareció lógico tras sus declaraciones en enero pasado contra la política de Madrid en relación con ETA, precisamente la víspera de la visita de Calderón a España.
Para evitar que los invitados fueran afectados por manifestantes que se apostaron en el Zócalo para expresar su repudio al español, la policía y el Estado Mayor Presidencial cerraron calles, lo que alteró el tránsito. Ello no evitó que a la llegada de los invitados se escucharan gritos de "¡Gorrones!"