DESARROLLO SOCIAL
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Remesas a la alza
Ampliar la imagen Para muchas de las comunidades pobres del país las remesas de los migrantes, principalmente de los que se encuentran en Estados Unidos, se han convertido en motor de crecimiento en sus localidades Foto: José Carlo González
Durante 2006, los migrantes que trabajan en el extranjero enviaron más de 62 mil millones de dólares a América Latina y el Caribe, un incremento de 14 por ciento que consolida a la región como el principal receptor de remesas en el mundo. Según un informe sobre flujos de remesas publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las remesas excedieron los flujos de inversión extranjera directa y ayuda exterior a la región por cuarto año consecutivo.
Varias encuestas demuestran que estos fondos se han convertido en motor de crecimiento de muchas economías latinoamericanas, ya que comienzan a utilizarse más allá de los gastos de vida cotidianos. En efecto, de manera creciente, las remesas se utilizan para pagar hipotecas, iniciar pequeños negocios y abrir cuentas bancarias de ahorros.
El BID estima que casi tres cuartas partes de todas las remesas que se envían a América Latina tienen origen en EU (cerca de 45 mil millones de dólares); Europa occidental, sobre todo España (con alrededor de 5 mil mdd), Italia, Portugal y Gran Bretaña, representan 15 por ciento más. Otros flujos notables provienen de Japón y Canadá. El informe resalta que el crecimiento de dos dígitos de las remesas, en años recientes, refleja también un bajo registro previo de estos flujos.
The Economist Intelligence Unit pronostica que en 2007 las remesas seguirán aumentando en la mayoría de los países latinoamericanos, aunque a paso lento. Esto se deberá, en gran parte, a una desaceleración del crecimiento económico estadunidense este año, que pondrá diques al incremento de esos flujos.
Costos de transferencia más bajos
En años recientes, la disminución repentina de los gastos de comisión ha sido uno de los rasgos del mercado de remesas, motivada en parte por el número creciente de instituciones que han entrado al mercado de transferencias de dinero. Por ejemplo, más de 100 organizaciones de transferencia de dinero (OTD) hacen negocio con México en comparación con sólo cinco en 1995. Ante la baja de los gastos de transferencias de la década pasada, trabajadores migrantes utilizan con mayor frecuencia intermediarios financieros formales para remitir sus ahorros, lo que da mayor transparencia a los flujos.
Una mejor supervisión por parte de los bancos centrales ha favorecido también la exactitud de los informes. Los gastos de comisión varían aún de manera amplia entre mercados, pero el costo promedio por transacción descendió de 15 por ciento a mediados de los años noventa a 10% en 2001 y 6% en 2005.
Leyes de EU, obstáculo al crecimiento
Sin embargo, el ambiente regulador estadunidense constriñe la eficiencia del mercado. Las leyes sobre lavado de dinero desalientan a los bancos estadunidenses para ofrecer servicios de remesas, un incentivo para que los migrantes abrieran cuentas bancarias en EU. Una serie de represiones contra los trabajadores indocumentados han dañado también la tendencia de crecimiento de las remesas a través de canales formales: los trabajadores evitan las transferencias por miedo a que su uso los conduzca a ser detectados y deportados.
Las leyes estadunidenses sobre lavado de dinero han provocado también el aumento del costo de envío y frenado su crecimiento adicional. Los bancos que hacen negocios con organizaciones de transferencia de dinero enfrentan un mayor escrutinio y muchos han decidido dejar el mercado antes de absorber los costos extras. A su vez, las OTD batallan por encontrar bancos que se adapten a sus necesidades y, por consiguiente, pagan gastos bancarios más altos. En consecuencia, algunas han cerrado parcial o totalmente sus operaciones.
Asimismo, los bancos latinoamericanos han sido torpes para enganchar como clientes a los receptores de remesas. En México, el mercado más grande de remesas de América Latina, sólo 29 por ciento de los receptores tienen cuentas bancarias. Sin embargo, hay algunas iniciativas alentadoras, como una cámara binacional de compensación automatizada, controlada por el Banco de la Reserva Federal de Atlanta y el Banco de México. Este modelo debería ser secundado por otras partes del sistema de la Reserva Federal y otras agencias gubernamentales.
Mientras tanto, de acuerdo con el BID, es más probable que las remesas desde España ayuden a las familias a salir de la pobreza que las que proceden de EU. Esto porque el sistema bancario español cobra honorarios de transferencia más bajos (entre los más bajos del mundo) y alienta tanto a remitentes como a receptores a abrir cuentas bancarias. Aproximadamente 77% de los trabajadores latinoamericanos que transfieren dinero a su patria tienen cuentas bancarias en España; en EU, sólo 29%.
FUENTE: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya