Decreta el presidente brasileño tres días de luto en memoria de los 200 muertos
Ordena Lula investigar las causas del accidente en aeropuerto de Sao Paulo
Lo primero será determinar si la pista que había sido reparada se reabrió sin estar lista
Brasilia, 18 de julio. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ordenó hoy una investigación para identificar las causas del accidente en el que un avión se estrelló el martes en el aeropuerto de Congonhas en Sao Paulo, con saldo estimado en al menos 200 muertos, y decretó luto de tres días en memoria de las víctimas.
El objetivo de la pesquisa se encamina a determinar el estado en que se encontraba la pista del aeropuerto, que estaba mojado por la lluvia e hizo derrapar al Airbus 320 de la compañía brasileña TAM, que cruzó una concurrida avenida y chocó contra una gasolinería y un almacén de la propia compañía, lo que provocó un estallido.
Se trata de determinar si la pista, que fue reparada este año, fue reabierta el pasado 30 de junio en forma precipitada. Asimismo, se buscará aclarar si ha habido "responsabilidad de algún organismo público", confirmó el ministro de Justicia, Tarso Genro.
En lo que se considera la peor tragedia aérea en Brasil, Lula comenzó a recibir fuertes presiones de la oposición y expertos que alegan que la pista no estaba en condiciones de operar bajo lluvia. Legisladores indignados exigieron al gobierno garantizar la seguridad de los pasajeros y resolver "la "crisis aérea" del país luego de dos percances en 10 meses.
Expertos afirmaron que la catástrofe que enluta a Brasil fue consecuencia de la inacción del gobierno ante una crisis del sector que prevalece desde hace meses, mientras que la Orden de Abogados de Brasil reclamó la dimisión de los responsables por lo que calificaron de "infierno aéreo".
El gobierno salió al paso de las críticas con llamados a la tranquilidad de los usuarios aéreos, al señalar que los dos últimos accidentes no son motivo para tener miedo a volar. El ministro de Relaciones Institucionales, Walfrido Mares Guía, dijo que no se puede poner en duda la seguridad aérea brasileña.
Las autoridades de aeronáutica local, que consideraron prematuro especular sobre las causas de la tragedia, dieron por hecho que no hay sobrevivientes al señalar que murieron los 186 ocupantes del avión, que se suman a otras 16 personas fallecidas y 12 heridos que estaban en tierra.
Las llamas del accidente fueron contenidas hasta la madrugada del miércoles, mientras los rescatistas habían recuperado 165 cuerpos, entre ellos decenas carbonizados, cuyos cajones sin nombre aguardaban apilados. Afuera, los familiares lloraban, y la compañía TAM dijo que prestará apoyo a los deudos y que ha comenzado a contactarlas para el pago de indemnizaciones.
El aeropuerto de Congonhas reabrió hoy sus operaciones con ciertas restricciones, pero la Fiscalía pidió su cierre.
En tanto, numerosos gobiernos de América Latina y Europa, así como Estados Unidos y el papa Benedicto XVI enviaron sus condolencias a Brasil y las familias afectadas.
Cuatro investigadores europeos y cinco expertos de Airbus fueron enviados a Sao Paulo para participar en las investigaciones. A su vez, la aerolínea brasileña TAM descartó que la pista del aeropuerto de Congonhas no estuviera en condiciones, y afirmó que el avión accidentado "estaba en perfectas condiciones" para operar.