Pide a los brasileños serenidad y no apresurar juicios
Lula envía mensaje tres días después del accidente aéreo
Brasilia, 20 de julio. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, pidió hoy "serenidad a todos los brasileños para evitar apresuramientos en la atribución de responsabilidades del accidente aéreo del martes", que provocó unos 200 muertos en Sao Paulo, y prometió tomar medidas para evitar nuevas tragedias.
En su primer discurso desde el día del percance, cuya demora le valió numerosas críticas, el mandatario aseveró que "no se puede condenar o absolver a nadie con base en opiniones apresuradas". Subrayó que el Estado trabaja en la investigación de los hechos "con rigor y serenidad, sin precipitaciones".
En un mensaje nacional por radio y televisión, Lula se refirió a las medidas anunciadas horas antes por autoridades del ramo. Dijo que de esa manera, "con otras precauciones que el gobierno irá tomando en los próximos días, estoy seguro de que nuestro sistema aéreo volverá a adecuarse a las necesidades del país".
Con todo, el presidente expresó: "nada de lo que se pueda hacer traerá de nuevo a aquellos que amamos y perdimos", al insistir en que su gobierno está haciendo y hará "hasta lo imposible" para investigar a fondo las causas del accidente. Empero, rechazó las presiones para destituir a algunos de los principales responsables del sector.
Previamente, las críticas contra su gobierno arreciaron luego de que su asesor especial, Marco Aurelio García, fue sorprendido por una televisora haciendo un gesto vulgar y decir "jódete", lo que causó indignación a grado tal que un partido y familiares de las víctimas exigieron su dimisión.
García fue filmado Tv Globo la noche del jueves en su despacho cuando hizo una señal obscena al ver en la televisión que la aerolínea reconocía que la aeronave tenía un desperfecto en uno de los sistemas de frenado, lo cual también fue interpretado como acto de felicidad porque se quita responsabilidad al gobierno.
La hipótesis de una falla mecánica entre las causas de la catástrofe aérea de Sao Paulo ganó terreno este viernes, después de que la compañía brasileña TAM admitió que un sistema de frenado suplementario fue desactivado en el Airbus A320 accidentado. Aunque, dijo, no constituía un problema para el aterrizaje.
El sindicato de pilotos de Brasil apoyó lo anterior al afirmar que la pieza en cuestión no es indispensable en los aterrizajes y que las naves son homologadas sin necesidad del uso del reversor.
El gobierno anunció un paquete de medidas para descongestionar el aeropuerto de Congonhas en Sao Paulo, y dijo que se estudia la posibilidad de entregar la construcción y la administración de algunos aeropuertos del país a capital privado. Además, aprobó que en los nuevos acuerdos bilaterales y multilaterales se distribuyan las rutas de los vuelos internacionales fuera de Sao Paulo.
En medio de esa situación, a tres días del peor percance aéreo en el país, el gobierno rindió homenaje a las principales autoridades del cuestionado ente regulador del sector, al que expertos acusan de inacción frente la crisis.
El vicepresidente José Alencar encabezó el homenaje en la base aérea de Brasilia, donde el presidente de la reguladora Agencia Nacional de Aviación Civil, Milton Zuanazzi, recibió una medalla por sus servicios.