Abrieron la muestra El amor amoroso de una pareja dispar en el Museo del Estanquillo
''Diego y Frida son dos figuras únicas a las que nunca vencerá la repercusión'', dijo Monsiváis
Ampliar la imagen Dolores del Río y Frida Kahlo, con Rodolfo Usigli, Adolfo Best Maugard y Xavier Villaurrutia, ca. 1943, plata sobre gelatina de autor desconocido perteneciente a la colección de Carlos Monsiváis que se muestra en el recinto de Isabel la Católica 26, Centro Histórico Foto: Cortesía del museo
A 53 años de la muerte de la pintora Frida Khalo (1907-1954) y a 50 del fallecimiento del muralista Diego Rivera (1886-1957), el escritor Carlos Monsiváis aseguró que ambos se convirtieron en referencias estéticas y familiares entre los mexicanos.
Durante la inauguración de la exposición El amor amoroso de una pareja dispar, en el Museo del Estanquillo, Monsiváis dijo que además de artistas, ambos pintores son agregados a la idea esencial de una sociedad y de un país.
''No son símbolos, sino grandes referencias que incluyen simbología, historia y la descripción admirativa de quienes los contemplan'', expresó el cronista.
De acuerdo con Monsiváis, ''Diego y Frida son dos obras tumultuosas, dos contradicciones de lógica impecable, dos figuras únicas a las que nunca vencerá la repercusión''.
El escritor destacó que la familiaridad de los pintores se expresa en los jóvenes que crecieron viendo a Diego en todas las manifestaciones, tanto en los libros de texto, como en portadas de libros y exposiciones.
Mientras que en el caso de Frida, señaló, ''ser una figura que se repite a sí misma, compulsivamente, representa una obra que sigue creciente''.
Sorprendido por la respuesta que ha tenido la exposición Frida: homenaje nacional en el Museo del Palacio de Bellas Artes, Monsiváis calificó como una ''antropofagia amistosa familiar'' la exposición que ha recibido miles de visitantes.
''La pintura de Diego y Frida le siguen diciendo cosas a los jóvenes y la prueba es la asistencia mayoritaria juvenil a las exposiciones, pues se piensa que el arte tiene edad, entonces hay una discriminación de punto de partida'', expresó. Asimismo refirió, en torno a El amor amoroso de una pareja dispar, que éste es un homenaje humilde y laico. Explicó que es humilde porque la muestra representa la oportunidad de ver las razones, las causas y la inevitabilidad de la fama de dos pintores y a la vez dos esposos de naturaleza descaradamente viva.
''El adjetivo siempre tiene acento, así es la República y así lo entendieron en su vida y en su obra Diego Rivera y Frida Khalo. Lo que aquí se ve es la parte familiar, pero en Bellas Artes y la Casa Azul no puede compenetrarse de lo que significó ese descubrimiento y las seis décadas que llevaron a incorporar la obra de ambos'', dijo.
Destacó que desde 1954, año de la muerte de Kahlo, su obra es reconocida pero extraña y de alguna manera marginal, mientras ahora es central.
Monsiváis se refirió a los pintores como un juego de espejos multiplicadores, como una pareja que no creyó en la fidelidad monogámica, sino en la libertad objetiva.
De igual forma aseguró que es falso que Diego esté opacado por las exposiciones dedicadas a la pintora. ''Si fuese así, no tendría caso celebrar a Frida. Este es un momento de Frida, ya vendrá el de Diego: nunca se opacan, se complementan y eso ayuda mucho'', agregó.
Dividida en cuatro núcleos temáticos, la exposición en el Museo del Estanquillo está conformada por 54 piezas, entre dibujos, caricaturas, grabados, figurillas de metal y hasta una casa de muñecas que retoma algunos de los elementos más significativos de la Caza Azul de Coyoacán.
Dicha muestra se suma al homenaje de quien es una de las máximas exponentes del autorretrato en México, en ocasión de su centenario.
En la muestra, que concluirá el 5 de noviembre, destaca la réplica de las esquinas de Londres y Allende, donde se ubica la casa de Frida en Coyoacán, en cuyo interior se instaló la casa de muñecas.