El documental de Gregorio Carlos Rocha se exhibe en la Cineteca Nacional
Acme & Co, viaje de lo real a lo imaginario sobre Pancho Villa
"Intento reflexionar sobre cómo nos acostumbramos a la simulación", dice el cineasta
¿Qué imagen quería dar Pancho Villa de sí mismo? ¿Qué imagen quería dar Hollywood del caudillo? ¿Cómo eran las proyecciones de cine de aquella época en los pueblos del norte de nuestro país?
El documental Acme & Co (2006, filmada en 16mm), que actualmente se exhibe en la Cineteca Nacional, presenta este mundo y logra viajar de un nivel a otro: de lo ficticio a lo real, del pasado al presente, de la pantalla a lo que está en la pantalla de la pantalla.
"Acme & Co intenta ser una reflexión sobre la cultura de simulación, de cómo estamos acostumbrados a ella", dijo, en entrevista con este diario, Gregorio Carlos Rocha Valverde, director de la cinta. "Es muy diferente la historia de lo real a la de lo imaginario. Me importa más la historia de cómo fue representado".
El otro elemento que está presente en la cinta es la apropiación: va mostrando cómo unos cineastas se apropian de elementos de otros, hasta llegar a él, que también lo hace, y lo admite.
Todo comenzó mientras filmaba Los rollos perdidos de Pancho Villa (2003), documental que narra la búsqueda de la película The Life of General Villa, producida a raíz de un contrato entre el caudillo y Mutual Film Company, en 1914. Esto lo llevó a la historia de Félix Padilla y su hijo Edmundo, exhibidores de cine mudo, con una cámara marca Acme, y creadores de la cinta La venganza de Pancho Villa (armada con fragmentos de diferentes películas).
A partir del material de la cinta, de pláticas con integrantes de la familia Padilla, con los antiguos dueños de los cines pueblerinos (eran empresas familiares) y con una mujer que aún recuerda cómo eran aquellas funciones, Rocha Valverde va tejiendo un valioso documento histórico que reconstruye la vida de Pancho Villa y del cine de principios del siglo XX.
Rescató del olvido los testimonios de quienes manejaban los cines en pueblos en la región de La Laguna, Coahuila. Visitó los abandonados cines y sacó a la luz sus proyectores, dormidos bajo gruesas capas de polvo. En ese sentido, Acme & Co es una especie de "película-museo". (Rocha es también, por cierto, restaurador de aparatos de cine: "Sin querer pasé de investigador a restaurador".)
Más allá del rescate de la memoria, está este cruzar la frontera entre lo que ocurrió, lo que querían proyectar que ocurrió, y lo que el director ahora imagina que podría haber ocurrido.
Un par de momentos ejemplifican esto último: Rocha montó una escena de algo que podría haber ocurrido cuando Pancho Villa aún era Doroteo Arango, con actores locales, "al estilo de los Padilla, uno rascuache"; y otro, cuando escenifica una visita de los Padilla a los supuestos Estudios Paramount.
Eso sí, Rocha no intenta engañar, el espectador siempre sabe cuándo es una simulación suya y fue respetuoso de lo que los familiares de la familia Padilla pensaban que había ocurrido.
Incluso, en varios momentos no está seguro de qué sucedió en realidad y comparte sus dudas con el espectador, al, que la cinta termina haciéndole una interrogante.
Itinerario
Acme & Co se presentó por primera vez en el Festival de Guadalajara el año pasado. Luego hizo una gira por dos o tres lugares en Coahuila y estuvo en diversos festivales, por ejemplo, en España, Colombia, Estados Unidos y Cuba. Pero no es sino hasta ahora que tiene una corrida en algún cine.
Ya es sabido que uno de los problemas fundamentales al que se enfrentan los cineastas mexicanos es la distribución. Y el cine producido por el Estado no es la excepción (cuando es coproductor, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) se reserva la distribución, como es el caso con Acme & Co).
Rocha opinó que una alternativa (que ya se está pensando) sería "abrir salas digitales", con lugares para 50 o 100 personas, con boletos de bajo costo. Por otro lado, sugirió que las televisoras deberían jugar un papel mayor y más claro en exhibir documentales: "Que se transparenten las políticas de adquisición de Canal 11 y Canal 22".
Imcine "hace promoción y lo hace bien, pero no atiende a los mercados", por lo cual Rocha propuso que podría dar mayor libertad al cineasta a la hora de la distribución.