Funcionario asegura que las partes "están negociando directamente en la mesa"
Insiste Gobernación en mantenerse al margen
El gobierno federal permanecerá al margen de operativos policiales o militares en Oaxaca, en la víspera de la fiesta de la Guelaguetza.
De acuerdo con Mario Escárcega Leos, titular de la Unidad de Gobierno de la Secretaría de Gobernación (SG), existe comunicación de esta dependencia con los líderes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y el gobernador Ulises Ruiz, quien dispuso policías en las inmediaciones del sitio de la celebración.
"El asunto lo está manejando el gobierno de Oaxaca. En la SG no es que estemos descuidando el tema o que no nos interese, sino que ellos (las partes involucradas) lo están negociando directamente en la mesa", dijo en entrevista.
Del llamado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que el Estado mexicano solucione "la grave situación" en la entidad, el funcionario dijo que estarán atentos "por si hubiera alguna transgresión a los derechos humanos", y en tal caso "seríamos los primeros en pedir que se investiguen los hechos y se ubique a los responsables".
El viernes, la CIDH manifestó su "profunda preocupación" por la violencia el lunes pasado en la capital oaxaqueña, cuyo saldo oficial fue de 40 detenidos y decenas de heridos.
El organismo recordó al Estado mexicano que debe adoptar las medidas necesarias para resolver esa grave situación.
Escárcega aseguró que toda la guardia en el cerro del Fortín pertenece a la policía estatal y municipal de Oaxaca.
"No está contemplada la entrada de fuerzas federales y menos del Ejército", dijo.
-¿Existe algún nexo de negociación entre la APPO y el gobierno de Ulises Ruiz?
-Sí, hay contactos. Obviamente la APPO tiene una pequeña diferencia con la sección 22 en cuanto a la forma de actuar, pero sí se están viendo los temas.
Escárcega es de los pocos funcionarios que permanecieron en su cargo al término del sexenio foxista y fue uno de los operadores en la negociación del conflicto oaxaqueño, surgido en mayo de 2006.
Con base en ello, se le preguntó si sugeriría una participación federal más activa para evitar que nuevamente se desborde en hechos violentos esta problemática.
"Las circunstancias son diametralmente diferentes, las condiciones no son iguales (a las de 2006). Lo hemos venido diciendo: hay muchos temas que no se pueden arreglar, también hay rencillas, agravios.
"Obviamente estamos muy pendientes para que no se vaya a desbordar, pero, insisto, las condiciones son distintas. Creo que no hay por qué pensar que pudiera repetirse lo del año pasado", aseguró.