"Siempre hemos mantenido la opción de atacar objetivos ajusticiables": la Casa Blanca
"Peligrosa e irresponsable", una eventual ofensiva de EU: Pakistán
En medio de presiones de Washington, Islamabad asegura haber matado a 35 militantes islámicos
Arrecian combates en Waziristán, zona montañosa donde se refugian miembros de Al Qaeda
Ampliar la imagen Paquistaníes de Miran Shah, área tribal en la frontera con Afganistán, recogen los escombros de una tienda y un puesto de seguridad destruidos por militantes islámicos Foto: Ap
Islamabad, 23 de julio. Pakistán respondió hoy a las amenazas hechas el domingo por los dos más altos funcionarios estadunidenses de inteligencia sobre una posible intervención militar en el país centroasiático, al señalar que cualquier acción militar de Washington en suelo paquistaní sería "peligrosa e irresponsable".
En medio de las presiones del gobierno de Bush, Islamabad informó haber matado a 35 combatientes islámicos en Waziristán, cerca de la frontera con Afganistán.
Los 35 fallecidos de este lunes se suman a otros 19 que según el Ministerio de Defensa fallecieron el fin de semana en Waziristán, donde los choques con el ejército continúan y han dejado también un saldo de siete soldados muertos.
Uno de los responsables de la movilización castrense en la región fronteriza, el mayor general Waheed Arshad, informó que los combates arreciaron la madrugada de este lunes, después que islamitas armados atacaron un puesto de control del ejército con cohetes y fusiles.
Waziristán es una región montañosa donde se refugian militantes de Al Qaeda y el talibán, la organización que gobernó Afganistán hasta la invasión estadunidense de noviembre de 2001. Según un informe de Washington divulgado la semana pasada, los líderes tribales pashtun encubren las actividades de las organizaciones enemigas de Estados Unidos.
De acuerdo con la versión de Washington, en septiembre de 2006 el gobierno de Pervez Musharraf pactó con los líderes tribales su participación en la lucha contra Al Qaeda y el talibán -milicia cada vez más activa-, pero en días pasados renunciaron a la colaboración con el gobierno, por lo que los combatientes islamitas en la región han vuelto a hostigar posiciones del ejército.
El rompimiento ocurrió al mismo tiempo que Musharraf ha tenido que hacer frente a otros conflictos: las protestas contra la destitución del presidente del Tribunal Supremo, Iftikhar Chaudhry, por presiones del mandatario; el enfrentamiento en la Mezquita Roja (Lal Masjid), que terminó con la muerte de unos 70 islamitas armados el 11 de julio; y una serie de sucesivos atentados con explosivos que las organizaciones islámicas del país han perpetrado en venganza, lo que ha dejado decenas de soldados y policías muertos.
Chaudhry fue restituido la semana pasada en su cargo tras superar una batalla judicial de tres meses, pero su regreso llevó hoy a la renuncia del fiscal general, Makhdoom Ali Khan, quien representó los intereses del gobierno durante el litigio y cuyo desempeño fue criticado por otros funcionarios de la administración.
El enfrentamiento con Chaudhry al parecer quedó atrás, con las protestas y los ataques en respuesta al desalojo militar de la Mezquita Roja. Pero las diferencias con Estados Unidos fueron reafirmadas hoy por el vocero de la Casa Blanca, Tony Snow, quien dijo que "siempre hemos mantenido la opción de atacar objetivos ajusticiables".
No obstante, Snow dijo que aunque "se planteó la noción" de que "de alguna forma invadiríamos Pakistán", también "estamos conscientes de que Pakistán es un gobierno soberano y un importante actor en la guerra contra el terrorismo".