Fidel Castro delegó hace casi un año sus funciones y permanece en convalecencia
Cuba, sin señales sobre cuánto tiempo más seguirá el gobierno provisional
No hay indicios de una posible candidatura para una sexta relección presidencial en 2008
Ampliar la imagen Imagen de hace unos días en La Habana vieja durante los preparativos para la ceremonia del próximo 54 aniversario de la Revolución cubana Foto: Ap
La Habana, 23 de julio. Raúl Castro está a punto de cumplir un año al frente del gobierno de Cuba, sin que haya señales sobre cuánto tiempo más serán provisionales sus funciones o si habrá un nuevo ajuste en el esquema de mando antes de las elecciones generales de 2008, mientras el presidente Fidel Castro permanece recluido en convalecencia, con una mayor presencia simbólica en público, pero sin ofrecer indicios, a su vez, de que vaya a reanudar pronto el ejercicio de sus cargos.
Desde que una hemorragia intestinal obligó al mandatario a delegar temporalmente el poder en su hermano menor, el 31 de julio de 2006, pueden distinguirse al menos tres periodos. En el primero, (julio-diciembre de 2006), el presidente cubano fue visto por televisión en situación delicada. El mismo reveló que al fracasar la primera cirugía tuvo que pasar por "varias" más y que en el estallido de la crisis quedó "entre la vida y la muerte".
En agosto de 2006, dos décadas después de haber salido del primer círculo, el comandante Ramiro Valdés fue designado ministro de la Informática y las Comunicaciones y tres meses más tarde, como parte de la generación de la Sierra Maestra, proclamó a Raúl Castro "cancerbero" (guardián) del sistema político cubano.
El primero de diciembre el vicepresidente Carlos Lage prometió que la dirigencia enfrentaría unida la ausencia de Fidel. Un día después, ante el mayor desfile militar desde 1986, Raúl ratificó la posición de resolver en forma negociada el conflicto con Estados Unidos. El ejercicio del mando se había traspasado con cohesión en la cúpula, sin conmociones internas ni la intervención estadunidense.
Un segundo periodo fue el primer trimestre de 2007, dominado por señales de una recuperación progresiva del paciente. El año nuevo marcó claramente un cambio. Acompañado de Hugo Chávez, Fidel Castro reapareció en imágenes en las que tenía un aspecto mejor que el del semestre anterior.
El tercer ciclo se inició el 29 de marzo, cuando el mandatario empezó a difundir artículos, recibió sucesivamente a dirigentes de China y de Vietnam; al boliviano Evo Morales, al nicaragüense Daniel Ortega y nuevamente a Chávez, y habló 50 minutos en la televisión.
En este periodo los códigos indican que, además de una mejoría en su salud, Castro mantiene una reducida actividad, cuyo límite está marcado por su ausencia de actos públicos desde el 26 de julio de 2006. En lo que va de este año sólo se le ha visto por televisión en dos breves videos y en su intervención del 5 de junio, por lo que su presencia masiva descansa en la publicación de comentarios.
Cuando el mes pasado murió Vilma Espín, la pérdida más notable para la generación histórica de la revolución cubana en más de un cuarto de siglo, Fidel Castro sólo envió coronas a los funerales y difundió un artículo, según el registro público. En mayo advirtió que estaba concentrado en el cuidado médico, la lectura y las publicaciones, señaló la acechanza de sus 80 años de edad y las secuelas de una salud "de la cual abusé". Las señales sugieren que la recuperación no es obligatoriamente una línea recta, sino a que puede tener quiebres y mesetas.
El 18 de junio apareció su Reflexión y Manifiesto para el pueblo de Cuba, donde, en palabras de un experimentado observador extranjero, "trazó sus líneas rojas". Hasta entonces los comentarios rondaban un terreno compacto: economía, conflictos internacionales y Estados Unidos. Castro volvió de lleno a la situación interna del país, con una crítica a la apertura económica de la década pasada y a una repetición de la experiencia.
Una semana después, la Unión de Jóvenes Comunistas hizo público su apoyo al Manifiesto y Castro respondió: "Si los jóvenes fallan, todo fallará. Es mi más profunda convicción que la juventud cubana luchará por impedirlo. Creo en ustedes".
La clave de esos mensajes parece estar en el discurso del 17 de noviembre de 2005 en la Universidad de La Habana, cuando el mandatario expuso su tesis de que el sistema político en la isla puede derrumbarse si persisten la desigualdad, la ineficiencia, la corrupción y el mercado negro. Castro dijo entonces que la Unión Soviética pudo salvarse y que en Cuba la salida tiene dos caminos: primero, la ética (es decir, las convicciones, la persuasión de los demás, la voluntad, la conciencia del deber, la disciplina, la "batalla contra vicios"); luego, una economía basada en el ahorro y el consumo austero. Y dijo que toca a la nueva generación cargar con esa tarea.
Todavía este mes volvió al punto, al recordar la inequidad y su reflejo en el ánimo de la población: "La falta real y visible de igualdad y la carencia de información pertinente da lugar a opiniones críticas, sobre todo en los sectores más necesitados".
Castro ha vuelto a los temas que tenía sobre la mesa antes de la crisis y hasta ofreció hace dos semanas una muestra de que también regresó a observar detalles: en una crítica al despilfarro, en un artículo impugnó a "un distinguido burócrata" (al parecer un funcionario deportivo), que habló en la televisión de aumentar el envío de delegaciones al extranjero.
Más aún: Carlos Valenciaga, asistente de Castro y el jefe del Equipo de Coordinación y Apoyo (un minigabinete presidencial), Manuel Menéndez, han aparecido este mes en primera fila en actos públicos, contra la costumbre, en un gesto que indica la presencia del grupo de trabajo inmediato del mandatario en asuntos relevantes de la agenda nacional.
Valenciaga dijo en un discurso la semana pasada que Castro, personalmente, revisó en detalle la ubicación laboral de más de mil 300 recién graduados de ciencias informáticas.
Son crecientes las señales de actividad política del mandatario, pero aún se desconoce una versión oficial sobre la enfermedad y su evolución, ni queda claro si Castro volverá a ejercer plenamente el mando, una eventualidad que siempre ha estado abierta desde que en la Proclama del 31 de julio de 2006 delegó sus funciones "con carácter provisional" y hasta designó tareas en el equipo de gobierno.
Tampoco hay indicios sobre su eventual candidatura a la sexta relección consecutiva como jefe de Estado y de gobierno. Dentro de tres meses serán los comicios para elegir autoridades municipales. Este será el primer escalón de un proceso que desembocará a principios de 2008 con la elección de gobiernos provinciales y el Parlamento: la antesala de un nuevo mandato presidencial. Las decisiones aguardan.