A la mitad del foro
Cuadratura de la parábola
La marcha de los sonámbulos da vuelta sobre sí misma y los del infantilismo democrático debaten las probabilidades de que haya o no Informe presidencial el primero de septiembre; y sobre los artilugios para tomar la tribuna, gesticulaciones bravuconas como prólogo a la civilidad simulada, como repetición enloquecida del perro que persigue su propia cola.
Primer Informe de Felipe Calderón Hinojosa. Imposible eludir la locura del método que nos condujo al patético espectáculo de Vicente Fox, trémulo y pálido a las puertas del salón de plenos del Congreso. Entregó el informe escrito, pero sin asistir a la apertura de sesiones del Congreso de la Unión, como exige la Constitución. Se quedó en el pasillo, ante legisladores improvisados como empleados de oficialía de partes. Y Vicente Fox salió de escena como villano de ópera. Entre cajas, tal como Felipe Calderón entró al pleno para protestar el cargo de titular del Poder Ejecutivo de la Unión.
La inquieta fracción panista propuso cambio por ensalmo. Informe a dos tiempos: envío por escrito primero, y semanas más tarde asistencia del mandatario para comparecer en parodia de régimen parlamentario. Debates que opacarían los de la asamblea de la Revolución Francesa, donde jacobinos y ultramontanos oyeron a Dantón, a Mirabeau, a Robespierre, a Marat. Hasta que se impuso el terror y la restauración real siguió a las glorias napoleónicas. ¿Qué hiciste durante el terror?, preguntarían al abate Sieyès: "¡sobreviví!".
En 1997, nuestro vuelco sin vuelos de tragedia. La cuadratura de la parábola que en voz de Porfirio Muñoz Ledo resultó eulogía de fueros feudales, escenificación pomposa del clásico: A rey muerto, rey puesto. Pero el muerto era presidente involuntario. Y el repuesto tardaría tres años: a presidencialismo autoritario bien muerto, rey de burlas para concluir la demolición de instituciones que emprendió el priato tardío a nombre de la modernidad, y la democracia como fin y no como medio. Se acabó la hegemonía de los que presumían haber tomado el poder con las armas y lo entregaron mansamente, sin sobresaltos, salvo los de la empleomanía que avizoró y acuñó el doctor Mora.
No hay tiempo para presentar y aprobar la reforma constitucional que divida en dos tiempos la obligación de informar que la Constitución impone a un solo individuo, en quien deposita el Supremo Poder Ejecutivo de la Unión. Porfirio Muñoz Ledo, Penélope de la reforma del Estado, sobrevivió, aunque aquí no hubo terror sino comedia de errores. Felipe Calderón usa retórica guerrera en busca de la cuadratura de la parábola. Pero resurge la fantasmal guerrilla del EPR y envía comunicados en los que asegura que las bombas no son para perjudicar a Pemex, que más daño le han hecho los gobiernos de PRI y PAN, corruptos administradores de los veneros que nos escrituró el diablo. Y vuelve el perro a perseguir su propia cola.
Rubicundo, sin la palidez proverbial del puritano, insólito reflejo de Robespierre el incorruptible, Germán Martínez anuncia satisfecho la sentencia de la Secretaría de la Función Pública, que inhabilitó por 10 años al ex director general de Pemex, Raúl Muñoz Leos, así como a Juan Carlos Soriano, ex abogado general de la empresa. Impuso a cada uno 862 millones de pesos de inconmensurable multa. Mala hora para instalar comités de salud pública. Los dueños del dinero se oponen a la propuesta CETU, el Presidente ofrece revisarla y reducirla atentamente. Agustín Carstens vuelve a la computadora. El PRD presenta su propia iniciativa fiscal. Y el PRI exige que sea paralela a las reformas de Pemex.
La pésima estrategia de ganar tiempo con procesos penales a funcionarios del sexenio anterior, se le revirtió al desgobierno de Fox. Felipe Calderón fue secretario de Energía. Sabe que no pudieron probar que ni uno solo de los indiciados fuera culpable de delito alguno. En lo electoral, el IFE impuso al PRI una multa de mil millones de pesos. Pero el costo de mantener a Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana bajo amenaza no resultó en parálisis de Pemex, gracias al sentido común y la convicción de que la empresa y el petróleo son propiedad de la nación. Aunque les cueste trabajo reconocerlo a los santurrones que no se bajan de la banqueta, empeñados en acabar con el sindicalismo y trastrocar las leyes laborales del país.
Y aunque padecen todavía los efectos del despilfarro foxiano de miles de millones de dólares obtenidos por Pemex en los años de alzas formidables en el precio del crudo, brotan tímidos intentos de imitar el turbio accionar de Fox. Entonces, como hoy, la economía estancada, no se creaban empleos. (Un informe de la Cepal expone el fracaso de la modernización en marcha hacia el siglo XXI). En 2000, los asesores del bono democrático aconsejaron seguir los pasos de Ernesto Zedillo: al encarcelar a Raúl Salinas ganó dos años, mientras llegaba el alivio temporalero; órale, si encarcelamos peces gordos, la opinión pública, los poderes mediáticos, se distraerán. Y además de PAN ofrecen circo. En dos pistas, con Espino montado en el yunque y escupiendo para arriba.
Estamos ante la cuadratura de la parábola. El PRD hace elecciones internas tan fraudulentas como las que atribuye al IFE. Y se busca el consenso para desaparecer el IFE. Las parábolas politiqueras que al cuadrarse transforman federalismo en centralismo, izquierda en derecha, y la transición en vueltas a la noria. Los que condenaban el autoritarismo presidencial siguen en el limbo. Hoy demandan más poder para el Presidente. Y someten la división de poderes al litigio permanente ante las sentencias de la Suprema Corte que debiera ser Corte Suprema.
Jesús Ortega es Sísifo ante el cerro de las izquierdas: empuja la roca de su ambición de mando y en cuanto avizora la cumbre la ve rodar hasta abajo. Una y otra vez. Desde las alturas, entre las nubes, reina Andrés Manuel López Obrador, "presidente legítimo", predicador peregrino, voz que clama en el desierto, no el que vendrá después, sino por él mismo, ajeno a que su reino no es de esta tierra. Por eso, Carlos Navarrete y Javier González Garza preparan la fiesta del no informe y afirman que es un acto sin la menor importancia.
Y el PRI asiste a la culminación de la parábola del alacrán y la rana. Va a ganar en Baja California y se va a hundir a la mitad del río, porque hará gobernador a Jorge Hank Rhon. Al de las apuestas, a quien Roberto Madrazo entregó el PRI estatal. La política se hace con dinero. Y alguien tenía que hacerse cargo del gasto. Jorge Hank no es siquiera político para arroparse en el dicho de su padre: "un político pobre es un pobre político". Pobre no es. Tampoco político. Hay retoños que ni siquiera dan moras. Alto precio por recuperar Baja California, donde los panistas "en la práctica no han sabido responder". Está en la naturaleza de ambos.
Del poder y la cuadratura de la parábola hablamos. Globalidad de verdad única, vuelco interior y la revolución sometida por la reacción. Inesperadamente, recuperó la voz Beatriz Paredes: "me opongo a que se invadan los ejidos, que se malbaraten las parcelas y que se queden los campesinos con unos meses de ilusión por unos cuantos billetes y toda una vida de amargura". Voz de pitonisa. Voz de la tierra. Origen es destino.