La obra realizada en Argentina no sufrió deterioro de importancia y será restaurada
Ejercicio plástico, de Siqueiros, resistió 16 años de encierro, confirman expertos
Decisiva, la intervención de Cristina Fernández de Kirchner en el rescate del mural
Ampliar la imagen Detalle de la obra de Siqueiros, pintada en los años 30 del siglo pasado Foto: Yazmín Ortega Cortés
Buenos Aires, 28 de julio. Y se hizo la luz. Finalmente, el mural Ejercicio plástico, de David Alfaro Siqueiros, volvió a ver los destellos del sol en un día frío, después de 16 años de encierro en un contenedor en San Justo, a 30 kilómetros al oeste de esta capital. La obra está firme, resistió a todo, incluida su propia y mágica leyenda.
El mural fragmentado y abandonado en un lote baldío sigue dentro de las estructuras grises de los contenedores, pero continúa peleando contra el tiempo, como si quisiera asegurarse una parte de la eternidad, a pesar de las sombras. Para alivio de los expertos, la obra no sufrió deterioros importantes y podrá ser felizmente restaurada.
Rodeado de leyendas, misterios, amores, desamores y problemas judiciales, el mural pintado por el artista mexicano en los años 30 del siglo pasado -en la bodega de una casona en las afueras de Buenos Aires- ha recorrido una extraña saga, que ahora no sólo interesa a los gobiernos de México y Argentina, y a artistas plásticos de ambos países, sino a escritores que advierten la magia de esta historia extraña y sugerente. Para muchos es "la novela de Siqueiros".
Ayer, un grupo de expertos evaluó las condiciones de la obra y las posibilidades de restauración, y comprobó su enorme resistencia, que incluye el intento de una familia que ocupó la casa para borrarla.
No se pudo. "Siqueiros sigue resistiendo", dicen aquí. Ahora se espera que el tema sea abordado por ambos gobiernos durante la visita que realizará el presidente Néstor Kirchner a México la semana próxima y que se tome un acuerdo.
Para que el mural vuelva a estar vivo se necesita que la justicia actúe rápidamente y autorice la restauración, cuyos gastos tendrán que sufragar ambos países.
Para recuperarlo, también debe buscarse un espacio similar al que fue pintado y la ayuda de artistas locales. Sacarlo del contenedor representará un gran momento para el arte latinoamericano. Los restauradores deberán recuperar los colores perdidos y la textura de la obra.
Fue el mexicano Manuel Serrano quien trabajó en el desmonte del mural en 1989, ayudado por el restaurador Guitima, quien dijo a medios locales que la obra ha resistido gracias a la técnica con que fue pintada, como si Siqueiros intuyera el destino que iba a tener.
La técnica usada por el Coronelazo permitió trabajar con silicato sobre cemento coloreado e hizo posible que resistiera la intemperie, la humedad, las sombras y el embate del hombre. Los expertos también destacaron la importancia del trabajo de Serrano.
De alguna manera, Ejercicio plástico ha sido rescatada por la fuerza de amores e intereses artísticos que se enfrentaron al mundo de los negocios, al mercantilismo y a las miserias humanas.
El factor Kirchner
El viaje ayer hacia la localidad de San Justo fue tenso -relatan algunos restauradores-, porque había temores sobre lo sucedido en los cuatro años recientes, después de la inspección de 2003. Aunque el mayor deterioro se nota en el color y hay algunas grietas y roces típicos de la humedad, todo puede ser reconstruido.
También hay otras situaciones que se entretejen en esta última parte de la historia. Una de ellas es la decisión de la senadora Cristina Fernández de Kirchner, esposa del presidente y candidata a la presidencia en los comicios de octubre, quien se comprometió a salvar de la obra "al costo que fuera".
Al regresar de su visita a México, Fernández de Kirchner estaba convencida de que no podía dejarse pasar más tiempo y solicitó a los funcionarios de Cultura de su país que trabajaran para salvar el mural de Siqueiros "ya". Esta decisión movilizó a diversas áreas, como la de Justicia (comercial, en este caso) para que se otorgara un permiso al Estado argentino y pudiera restaurarse y exhibirse la obra, que está en disputa desde hace tiempo.
Los expertos coinciden en que Ejercicio plástico es una de las grandes obras de América Latina, y es urgente que se libere del increíble encierro al que fue sometida por intereses ajenos al arte. También coinciden en señalar que no se puede dejar pasar más tiempo.
En agosto de 2002, la justicia argentina decidió que el mural de Siqueiros fuera restaurado y exhibido en la Biblioteca Nacional en Buenos Aires, justo cuando se cumplían 69 años de una vergonzante disputa legal.
Pintado en 1933, con la colaboración de pintores argentinos, como Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo y Juan Carlos Castagnino, Ejercicio plástico es considerada como una extraordinaria obra de la vanguardia artística de América Latina.
En 2002 llevaba 10 años en un contenedor al aire libre, lo que generó su mayor deterioro. Esto forzó su traslado a un sitio menos hostil, mientras los especialistas de la Fundación Siqueiros ofrecían su colaboración para salvar la obra cuya propiedad se disputaban una empresa de arte en quiebra y el Estado argentino.
La desidia, el desconocimiento, la burocracia, la lluvia, la humedad y el frío -o el calor- no pudieron derrotar el maravilloso mundo que Siqueiros encerró en aquellas paredes, que debían ser iluminadas para verlo.
Esas paredes fueron cortadas en pedazos en 1990 y trasladados a un encierro sin gloria, sin luces y lejos de su propia naturaleza: los ojos ávidos de quienes pudieran mirar los colores, los trazos, su brillo y voluptuosidad.
Para muchos, como el arquitecto Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980, y otros artistas argentinos y personajes mexicanos que nunca abandonaron su reclamo para salvar la obra, ha comenzado "el tiempo de la recuperación de una memoria" enredada en los laberintos del realismo mágico.
Pero, sobre todo, será un acto de justicia en favor "del derecho de los pueblos a ver una obra que jamás debió ser encerrada por intereses mezquinos, porque es
esencia de la humanidad y la vida", señala Pérez Esquivel.
La crítica de arte Ana Martínez Quijano escribió en 1996 que "los desnudos personajes pueden observarse hoy en todo su esplendor. Figuras incrustadas por
medio del escorzo, puños apretados, pies rotundos que se aplastan con fuerza, sensuales cuerpos femeninos ondulantes que aprietan sus senos, sus vientres, sus piernas, ejerciendo la mayor presión posible contra su límite, el muro.
"Todas las figuras miran fijamente al virtual espectador con la intención evidente de desestabilizarlo e integrarlo, creando un efecto movilizador, de placer o repudio, como queda demostrado al conocer la historia de las vicisitudes del mural. El objetivo de Siqueiros, al menos en parte, se ha cumplido".
El propio Siqueiros lo había dicho en 1935: es "una pintura monumental dinámica para un espectador dinámico".