Serán equivalentes a un cuarto del total mundial en 2030, revela estudio de Cepal
Acaparará AL inversiones para energía por 267 mil mdd
No se lograrán modelos integrados de producción y distribución, prevé
Los gigantes del petróleo elevan sus inversiones ante el declive en generación y las dificultades en extracción
Ampliar la imagen Trabajadores limpian un conducto que transporta aceite en el campo petrolero de la bahía de Prudhoe, en el norte de Alaska. Casi un año después de que la petrolera BP detuvo operaciones por la rotura de un oleoducto, que contaminó la zona con el derrame de un millón de litros de petróleo, la empresa asegura que los trabajos de mantenimiento y una inversión de 250 millones de dólares le permitirán retomar actividades completamente el próximo año Foto: Ap
Santiago, 30 de julio. América Latina acaparará inversiones energéticas por 267 mil millones de dólares hasta 2030, según proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Los recursos garantizarán la seguridad en el suministro energético, y ampliarán la producción de fuentes renovables, que hoy representan un cuarto del total en la región, dijo a Dpa el director de la División de Recursos Naturales de Cepal, Fernando Sánchez-Albavera.
Brasil atraerá un cuarto de esos flujos, mientras en Bolivia, Colombia, Perú, Venezuela y Ecuador los montos finales dependerán de las inversiones en exploración que realicen hoy los gobiernos y los sectores privados.
En el caso de Argentina, la situación dependerá de las señales de precios, que hoy desmotivan la inversión en prospecciones gasíferas, según Sánchez-Albavera.
Por su parte, las nacionalizaciones en Bolivia y Venezuela no generarán una fuga de capitales a largo plazo, prevé el experto. ''Los precios siguen siendo muy atractivos'', dijo, y añadió que el petróleo aún está por debajo de su valor real de 1980.
Las inversiones, que equivaldrán a 7 por ciento del total mundial en 2030, facilitarán una mayor interconexión regional, pero no necesariamente una integración de los sistemas energéticos, anticipó Sánchez-Albavera.
Sobre lo mismo, explicó que los países de Latinoamérica están tendiendo a crear soluciones autárquicas, que garanticen su seguridad geopolítica, antes que buscar opciones que los hagan excesivamente dependientes de sus vecinos.
En esa perspectiva, sostuvo que las eventuales ventas de gas o petróleo entre países limítrofes no derivará en modelos integrados de producción y distribución de energía, ''donde un brasileño, por ejemplo, pueda comprar electricidad que venga desde Chile''. Apuntó que también hay barreras geográficas que dificultan la integración, por lo que recomendó buscar soluciones pragmáticas ''proyecto a proyecto''.
Pero las inversiones también deberán dirigirse a mejorar la sostenibilidad y el ahorro, debido a la preocupación por el cambio climático.
En esa línea, un informe de Cepal sobre Energías renovables en América Latina reveló que la región acapara casi la mitad de los proyectos de bonos de carbono a nivel mundial, con una presencia predominante de México y Brasil.
En este sentido, será importante mantener políticas de ahorro energético, aprovechando el bajo consumo per cápita en la región. Hoy los latinoamericanos consumen en promedio cinco veces menos que un habitante de la OCDE, que agrupa a las 30 economías más desarrolladas.
En ese esfuerzo, los países deberán sopesar medidas que restrinjan el uso de vehículos, fomenten el transporte público, mejoren el diseño urbano y fomenten la construcción de viviendas que incentiven el ahorro energético, concluyó.
Gigantes en transición
Las tres petroleras más grandes del mundo que cotizan en bolsa elevaron sus inversiones para este año en miles de millones de dólares, pero el gasto adicional aún debe resultar en un aumento de producción.
Desde Londres se informa que Exxon Mobil, Royal Dutch Shell Plc y BP Plc registraron declives de producción en el segundo trimestre, pese a que tienen previsto un gasto total por 61 mil millones de dólares en 2007, 5.5 por ciento más que lo invertido en 2006.
''Las gigantes pasan por una transición en la que están gastando gran cantidad para revigorizar sus carteras'', expuso Jason Kenney, analista de petróleo de ING en Edimburgo. ''Toma tiempo'', agregó.
La caída en el suministro refleja el declive de la producción de yacimientos en regiones petroleras maduras como el Mar del Norte; la violencia en Nigeria, que ha reducido la producción de algunas compañías, y el lento acceso a nuevas fuentes.
Las firmas petroleras obtienen parte de su producción de naciones pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), pero el mayor exportador mundial, Arabia Saudita, no permite el acceso de inversionistas extranjeros a sus yacimientos petrolíferos.
Los miembros de la OPEP, cuyas industrias petroleras son gestionadas por firmas estatales, albergan tres cuartas partes de las reservas probadas del mundo, y 10 de los 12 integrantes están sujetos a cuotas de producción.
Además de las interrupciones en Nigeria, que han recortado la producción de Shell y otras compañías, Venezuela y Rusia adoptaron medidas para obtener mayor control en los yacimientos de crudo y gas operados por compañías foráneas.
Muchos recursos están ubicados en lugares donde la extracción es técnicamente más difícil, como debajo de las aguas que transforman en hielo durante el invierno frente a la isla rusa de Sakhalin, o en regiones políticamente volátiles como Oriente Medio.
''Hay menos acceso y menos de esos hidrocarburos'', dijo el presidente ejecutivo de Shell, Jeroen van der Veer, cuando la compañía reportó la semana pasada sus resultados financieros. ''Los nuevos suministros provendrán de proyectos más complejos, en lugares lejanos, muy fríos, con regímenes políticos diferentes. Usualmente son proyectos de gran escala, con riesgos'', agregó.
Shell dio a conocer la semana pasada una caída de 2 por ciento en su producción de petróleo y gas durante el segundo trimestre, con lo que se ubicó en 3 mil 178 millones de barriles equivalentes de petróleo.
Exxon, la única de las tres que aumentó la producción el año pasado, mostró un declive de uno por ciento en su producción, a 4.12 millones de barriles equivalentes de petróleo. Mientras, el suministro de BP se redujo en 5 por ciento, a 3.8 millones de barriles equivalentes de petróleo.
Exxon precisó que el suministro cayó debido a los declives en yacimientos petrolíferos maduros, los recortes en la producción de la OPEP y la menor demanda europea de gas natural.
Shell recortó sus previsiones sobre la producción del año, y dijo que se ubicaría en el piso del rango previsto anteriormente de entre 3.3 y 3.5 millones de barriles equivalentes de petróleo.
BP espera una reducción en su producción de 2007. El nuevo presidente ejecutivo de la compañía, Tony Hayward, está trabajando para modificar las operaciones del corporativo, y sostuvo la semana pasada que el actual desempeño operativo ''no es lo suficientemente bueno''.
Las compañías están aumentando el gasto tras años de subinversión, mientras la creciente demanda ayudó a impulsar los precios. La mayor parte del incremento en las inversiones es absorbido por los altos costos de las plataformas, del acero y los salarios.
Exxon prevé que la inversión de capital crezca un leve 0.5 por ciento en 2007, mientras Shell y BP planean incrementos mayores hasta de 9.5 y 6.5 por ciento, respectivamente.