La contradictoria información oficial vuelve aún más confuso el despliegue militar
Catea el Ejército viviendas en Neza, en busca de guerrilleros del EPR
Ampliar la imagen En la imagen se aprecian los destrozos que supuestamente fueron causados por soldados en un departamento de la colonia El Sol, de Nezahualcóyotl Foto: René Ramón Alvarado
Nezahualcóyotl, Mex., 2 de agosto. En busca de presuntos integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR), más de 150 elementos del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes) del Ejército Mexicano catearon la madrugada de este jueves cuatro casas y un edificio de diez departamentos en la colonia El Sol de este municipio, según fuentes gubernamentales.
Sin embargo, la Procuraduría General de la República (PGR) informó que la operación formó parte de los cateos que se realizaron en 20 domicilios de la ciudad de México y la zona conurbada, en los cuales participaron efectivos militares y miembros de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, como parte de pesquisas relacionadas con secuestro, delincuencia organizada y narcotráfico.
A pesar de que otras fuentes gubernamentales señalaron que los cateos en Neza tuvieron que ver con la búsqueda y detención de integrantes del EPR, funcionarios de la Dirección General de Comunicación Social de la PGR indicaron que estas acciones, en las que se revisaron al menos nueve viviendas, tienen relación con la investigación de un secuestro.
Según la PGR, en uno de los cateos que se realizó en la zona del Pedregal, en la ciudad de México, y se detuvo a una mujer y se decomisaron varias armas de fuego y droga. Supuestamente la participación militar fue a solicitud del Ministerio Público Federal.
En la colonia El Sol, del municipio de Nezahualcóyotl, el operativo se inició alrededor de las 6:30 horas y concluyó poco más de una hora después con el arribo de los representantes de los medios de comunicación al único asentamiento humano localizado en los terrenos que conforman la franja del bordo de Xochiaca.
Los militares, quienes portaban pasamontañas y cubrieron los números de serie de los camiones y camionetas oficiales de traslado de personal, tomaron nota de los nombres y la ocupación de cada uno de los hombres, mujeres y niños que habitan esos inmuebles.
Además, les tomaron fotografías y se llevaron teléfonos celulares y credenciales de elector -entre otros documentos- de algunos de los propietarios de las viviendas.
Fuentes extraoficiales revelaron que los soldados no buscaban armas o droga, lo cual fue corroborado por los propietarios de los inmuebles cateados, quienes coincidieron en señalar que "más bien parecía que buscaban personas o documentos".
Algunos de los afectados comentaron que los soldados querían saber si tenían algún sobrenombre.
Las mismas fuentes no oficiales consideraron que por el comportamiento de los Gafes probablemente buscaban a presuntos guerrilleros del EPR.
José Luis Castillo García, profesor de primaria, visiblemente asustado narró que los militares se llevaron de su casa identificaciones oficiales, tarjetas de crédito y dinero en efectivo. El mentor, quien vive en el edificio ubicado en el número 186 de la Sexta Avenida -donde en total fueron cateados diez departamentos-, denunció que los soldados nunca mostraron orden de cateo.
Los militares separaron a hombres, mujeres y niños. En una hoja en blanco elaboraron una lista con los nombres de cada uno de los ocupantes, documento que, por cierto, olvidaron al momento de dejar el lugar.
En esta hoja, en la cual el profesor José Luis es el séptimo de la lista, aparecen en total los nombres completos de 11 hombres y 12 mujeres, de los cuales ocho son menores de edad.
Raúl Aguilar, quien vive en el número 73 de la calle 38, relató que los militares rompieron la chapa de la puerta de su casa alrededor de las 6:45 horas.
"Al parecer buscan algo o a alguien", porque hurgaron en cada una de las recámaras e incluso "recorrieron hasta la azotea". A este vecino y dos integrantes más de su familia los tiraron en el suelo con las manos en la nuca y además les tomaron fotografías.
En la vivienda ubicada en el número 147 de la calle 30 ingresó el mayor número de Gafes, sostuvo Nancy Espejel Martínez, quien contó más de 30.
Dijo que les pidieron de inmediato los datos personales de cada uno de los seis integrantes de la familia, incluso de su hija de apenas 6 años.
Vicente Villaseñor Ojeda, propietario de la vivienda, narró que además de sus nombres los militares les exigían que proporcionaran sus apodos.
"Insistían en los apodos, nos sacaron fotos y luego nos pasaron a la sala y otra vez nos sacaron fotografías", detalló.
Este comerciante, quien vende tacos en un local del mercado Las Torres, aseguró que "se llevaron los celulares de mi hijo y mi nuera, y un dinero que tenían en el buró".
Los soldados, coincidieron todos los entrevistados, impidieron la salida de los vecinos de las viviendas aledañas e incluso encañonaron con rifles de asalto a los tripulantes de las patrullas 172, 516 y 833 de la Policía Municipal para que se retiraran del lugar.
Por su parte, Alberto Villaseñor comentó que los militares "no llevaban orden de cateo y nunca se identificaron. En los camiones en que iban estaba tapado el número. Nunca les vimos la cara, pues todos estaban encapuchados".
Dora María Galván, quien estaba de visita en la vivienda ubicada en el número 71 de la calle 38, sufrió una crisis nerviosa y requirió atención médica tras el retiro de las fuerzas armadas.
Si bien todos los afectados tenían la intención de presentar la denuncia correspondiente, hasta el cierre de esta edición la familia Villaseñor era la única que inició la averiguación previa NEZA/III/5693/07 por los delitos de allanamiento de morada y daño en bienes, en contra de quien resulte responsable.
Ninguna autoridad, federal, estatal o municipal ofreció una postura oficial, pero, fuentes extraoficiales aseguraron que se trató de una brigada de Gafes.
Su objetivo, opinaron, no eran armas o droga; se enfocaron a conocer la identidad, los sobrenombres y a buscar personas y documentos en las cinco viviendas ubicadas en las calles 30 y 38 y las avenidas Víctor y Sexta.