Usted está aquí: viernes 3 de agosto de 2007 Estados El poder del miedo y la seducción

El poder del miedo y la seducción

Antonio Heras, y Alonso Urrutia

Tijuana, BC, 2 de agosto. Una voz pausada, didáctica y paternal describe lo que parece ser la ruta al paraíso. En el espot, la presencia ubicua del candidato: en una fábrica, habla de desarrollo industrial; en escuelas, de mejor educación. En instituciones de salud, en el campo... en todos lados aparece Jorge Hank, candidato de la alianza Para que Vivas Mejor, como un maestro que explica la forma mágica en que transformará la entidad.

En años recientes, ha pasado de la consolidación de su poder económico en Baja California al asalto al poder político. ''En realidad -describe Salvador Morales, dirigente panista- Hank compró la franquicia del PRI, que ya no valía nada''. Millones de pesos fluyeron a un priísmo maltrecho política y financieramente tras 18 años de estar en la oposición, luego de aquella elección que fue vista como el arranque de las concertacesiones salinistas, en 1989.

Quienes están cerca de Hank no lo tratan como líder; ''lo veneran como a un patrón''. Es el poder que seduce, corrompe y somete. Aun a la Iglesia.

Cuentan que un alto jerarca católico llamó hace días a Eduardo Martínez Palomera, el único priísta ingenuo que quiso disputar a Hank la postulación, para tratar de sumarlo a la candidatura. ''Eduardo, es tiempo de perdonar'', le dijo para tratar de concretar el golpe mediático e incorporar a quien cuestionó las maniobras del tricolor para abrirle paso al empresario.

Hank ha aprovechado las numerosas versiones sobre su persona para convertirlas en una especie de leyenda: que si ingiere brebajes extraños con extractos de penes de animales; que considera a la mujer su ''animal favorito''; que si está ligado al crimen organizado y al asesinato de un periodista. Nada le hace mella, ni la guerra sucia panista. Ni siquiera siente la necesidad de rechazar que está ligado con el narcotráfico. ''¿Para qué? -dice con desparpajo-. Que lo prueben. Tarda uno más en aclarar''.

¿Excéntrico? Se le ha preguntado a su esposa, María Helvia Amaya, sobre los brebajes y su extraña relación con los animales. ''Jorge dice las cosas así, pero no es excentricidad''.

Lo que para cualquier político serían acusaciones demoledoras para sus aspiracines, en Hank se vuelven parte de su personalidad.

El dirigente panista resume: ''Si algún candidato panista importara pieles exóticas, ingiriera brebajes con penes de aninales, asegurara que la mujer es su animal favorito y a la vez externara que quiere reencarnar en mujer no lo bajarían de depravado y maricón''. De Hank, solo se dice simplemente que es excéntrico.

''¿Qué más se puede decir de Hank? Nada. Eso lo sacaron hace tres años, cuando ganó la alcaldía de Tijuana y no le afectó. Su efecto mediático y político ya se diluyó. Quien va a votar por Hank ya sabe eso'', señala Victor Alejandro Espinoza, investigador de El Colegio de la Frontera Norte, y añade: ''Hank es un fenómeno, como lo fue (Ernesto) Ruffo en 1989. Ha favorecido un repunte en el PRI, cuyas bases han pasado de la vergüenza de ser priístas a una especie de renovado orgullo'', todo alentado por una torpe y mal asesorada campaña del PAN y de su gobernador, Eugenio Elorduy.

Hank ha colocado amigos y allegados en puestos claves, ha cooptado y hecho a un lado a diversos personajes: el secretario general del sindicato de trabajadores de los centros de apuestas, Mario Madrigal, es ahora el dirigente del PRI, y quien operó su designación, Ignacio Honold Morales (a quien le encargó la alcaldía de Tijuana) maneja varias empresas del candidato.

La siembra de hankistas llega hasta el Instituto Estatal Electoral. Su coordinador de campaña, el senador priísta Fernando Castro estuvo ligado al gobernador Eugenio Elorduy, pero Hank le cambió la vida en tres años.

Con su dinero por delante y la premisa de su padre, Carlos Hank, quien afirmaba que ''un político pobre es un pobre político'', ha logrado abrir las puertas de la política. Ha creado una red de apoyo en partidos, gobierno y autoridades electorales.

Su avance contrasta con el vacío que le ha hecho la dirigencia nacional priísta. Pareciera que ésta no desea asociar el ''nuevo'' PRI a un personaje como Hank, que lo mismo beca estudiantes o ayuda a ancianos que opera millonarios negocios y no aclara sus supuestas relaciones con actividades turbias.

Es una estrategia que oscila entre el miedo y la seducción, resumen sus adversarios.

 
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