México SA

Carlos Fernández-Vega

Avanza Brasil

Significativa, la reducción de la desigualdad

Cambió la estructura distributiva

Mejoraron educación y remuneraciones

Llega Lula a México en pos de una "asociación" petrolera, un acuerdo para la producción de biocombustibles (la llamada "diplomacia del etanol") y el incremento del no muy boyante intercambio comercial (cercano a 5 mil 800 millones de dólares en 2006) entre ambos países, los cuales, dichos sea de paso, tienen las dos mayores economías de América Latina, pero con la misma pierna rota, porque siendo las "grandes" de la región (dos terceras partes del PIB latinoamericano), a la vez son las que menor crecimiento reportan desde hace ya muchos años, aunque la mexicana es aún más lerda que la brasileña.

De acuerdo con los más recientes pronósticos de diversos organismos internacionales y regionales, la economía brasileña reportaría un crecimiento de 4.5 por ciento en 2007, y una proporción similar en 2008. La mexicana, en cambio, andaría por 3.2 y 3.7 por ciento, respectivamente.

Si se consideran los resultados de 2004 a 2006 e incluyen las estimaciones 2007-2008 en ambos países, resultaría que la economía brasileña reportaría una tasa anual de 4.26 por ciento de crecimiento en el periodo, mientras la mexicana sólo alcanzaría 3.76 por ciento. De acuerdo con el más reciente reporte del Banco Mundial sobre las principales economías del planeta (medidas por su producto interno bruto), Brasil ocupa la décima posición internacional, contra la décimo tercera de México (aunque en Los Pinos insistían en que era la octava).

Lula estará en el país prácticamente en visita de doctor, porque mañana martes estará en Honduras, para posteriormente viajar a Nicaragua, Jamaica y Panamá, en una gira que le tomará seis días en total. En vía de mientras, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe nos ofrece una pincelada sobre uno de los problemas más lacerantes de Brasil: la significativa reducción de la desigualdad en el país sudamericano en el periodo 2001-2004 constituye un avance importante, y llama la atención porque esta nación es la que ha presentado la mayor concentración del ingreso en la región desde la década pasada.

Para determinar los factores que explican este resultado, el Instituto de Investigación Económica Aplicada de ese país realizó una investigación que abordó los siguientes elementos: características demográficas de las familias, transferencias de ingresos, remuneración de los activos, acceso al trabajo, desempleo y participación en el mercado de trabajo, y distribución de los rendimientos del trabajo.

De los factores analizados, los que menos aportaron a la reducción de la desigualdad fueron el primero, el tercero y el cuarto. Si bien se constata que durante los últimos 20 años se ha reducido la desigualdad demográfica, con una creciente homogeneización de los hogares en lo que respecta a la proporción de adultos, ésta tiene un efecto muy pequeño en el cambio de la estructura distributiva, que se produjo en un periodo corto. Por su parte, la evidencia no muestra una relación significativa entre la remuneración de los activos y la reducción de la concentración del ingreso.

A su vez, aunque los indicadores analizados para el mercado de trabajo evolucionaron favorablemente, dan cuenta de apenas un 3 por ciento del cambio en la estructura distributiva. Ello se debería básicamente a que muchos de los puestos de trabajo generados fueron ocupados por personas de hogares en los que ya había otros ocupados. De esta manera, el cambio de la estructura distributiva reciente se explicaría principalmente por las transferencias del gobierno y la reducción de la desigualdad en los rendimientos del trabajo.

Las transferencias analizadas incluyen las pensiones, los beneficios de prestación continua, los beneficios de Bolsa familia y programas similares, y contribuyen a explicar cerca de un tercio de la reducción en la concentración del ingreso.

Por su parte, la disminución de la desigualdad en los rendimientos del trabajo explica la mitad de la reducción de la disparidad distributiva del ingreso per cápita. La evolución favorable de este factor, que ya se venía manifestando desde 1995 y que en los últimos años mostró una aceleración, se produjo a consecuencia de mejoras tanto en lo que respecta a la desigualdad educacional entre trabajadores como a las diferencias de remuneración por nivel educativo.

Las rebanadas del pastel

De la rapidez, calidad, puntualidad, confiabilidad y efectividad de LFC: "la Compañía de Luz y Fuerza del Centro impide, por negligencia, que los habitantes de nuevas viviendas, ya sea familias reubicadas o quienes poseen un departamento reciente, puedan ocupar sus habitaciones por falta de su atención y servicio. En 2006, en 11 delegaciones del Distrito Federal se construyeron 93 inmuebles, con 3 mil 608 viviendas. De ellas, 69 por ciento (2 mil 231), no cuentan con el servicio eléctrico respectivo, a pesar de haberse realizado todos los trámites y pagos requeridos. Actualmente, en 2007, en nueve delegaciones, donde 55 por ciento de las unidades están habitadas, en 24 inmuebles con 624 viviendas, en 20 conjuntos de los 44 construidos, no hay fluido eléctrico, es decir, en 577 viviendas. Algunos de los problemas se encuentran en las siguientes direcciones: Allende 78, colonia Cuauhtémoc; Mosqueta 17, colonia Guerrero; Colombia 27, Centro, y Lago Ness 21, colonia Ventura Pérez de Alba, delegación Miguel Hidalgo. El gobierno capitalino desembolsa 78 mil 150 pesos por 20 casetas de vigilancia, y mensualmente 13 millones 736 mil pesos por renta de lugares y mantenimiento. ¿No sería correcto que el ingeniero Jorge Gutiérrez Vera, director de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y recién galardonado por su alma mater, el Instituto Politécnico Nacional, hiciera algo al respecto? No hay que olvidar que los pagos para el servicio de ese elemental insumo ya fueron erogados por el gobierno capitalino" (Jorge Meléndez Preciado, [email protected])

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