Defienden su propuesta para crear un banco de germoplasma en el país
Exigen productores a la Sagarpa que apruebe ya la siembra de transgénicos
Pide la UNORCA al gobierno que no se deje presionar; "el negocio, para trasnacionales"
La Confederación Nacional de Productores de Maíz de México exigió a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) que apruebe a la brevedad el comienzo de siembras experimentales de maíz transgénico. "Ya no tiene justificación tanto retraso, lo que pedimos es que se evalúe la idoneidad de las semillas biotecnológicas", resaltó.
En clara respuesta a las agrupaciones que han criticado la firma del convenio con Monsanto para crear un banco de germoplasma, manifestó: "los profesionales del miedo y el engaño han sido rebasados por la propuesta de la organización". Agregó que su propuesta es, como establece el Acuerdo Nacional para el Campo, fomentar la investigación y los estudios de análisis de riesgo, bajo estricto control científico, por la liberación de organismos genéticamente modificados para su uso en la agricultura, y establecer mecanismos que salvaguarden la variabilidad genética y la conservación de germoplasma tanto in situ como ex situ.
La organización, integrante de la Confederación Nacional Campesina, invitó a los agricultores que destinan sus parcelas a la siembra de la gramínea a "sumarse a los esfuerzos que se realizan mediante el proyecto maestro de maíces mexicanos en la conservación de las 60 razas del grano y sus criollos".
Sin embargo, para la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) el inicio de la experimentación con maíces transgénicos no debe ser prioridad gubernamental, porque no ayudará a resolver la falta de oferta del grano amarillo.
"Los transgénicos son una amenaza para nuestros recursos genéticos, producto de generaciones de acumulación de experiencia y conocimiento de la naturaleza. La siembra de ese tipo de semillas es sólo negocio para las trasnacionales y otras empresas que pretenden, de esa forma, dar el golpe final en la apropiación de nuestra soberanía alimentaria", expresó Olegario Carrillo Meza, coordinador de la agrupación.
Alberto Gómez Flores, delegado de América del Norte de Vía Campesina, dijo que a la fecha las trasnacionales sólo controlan 10 por ciento de la producción de alimentos, pero su intención es arrasar con la economía campesina.
Agregó que en la pasada reunión de la organización, en la que participaron organizaciones de agricultores de 56 países de Asia, Africa, América y Europa, se acordó resistir y tratar que los temas de la alimentación sin transgénicos y del campo se incorporen a las agendas gubernamentales.
Insistió en que la producción de transgénicos y el surgimiento de los agrocombustibles son asuntos que ya empezaron a analizar los campesinos. "Comprendemos lo que significa el calentamiento global y cuál es la responsabilidad de la agricultura campesina en ese fenómeno, pero estamos conscientes de que no queremos alimentos que no sabemos cuáles serán los efectos en la salud ni tampoco poner en riesgo la producción de alimentos a cambio de generar combustible para las máquinas."