Usted está aquí: viernes 10 de agosto de 2007 Mundo Expertos predicen nuevos récords globales de temperaturas máximas

Caos en varios países por el calentamiento del planeta

Expertos predicen nuevos récords globales de temperaturas máximas

DPA, AFP, REUTERS

Washington, 9 de agosto. En la próxima década habrá nuevos récords de temperaturas máximas. Al menos la mitad de los años entre 2010 y 2014 serán más cálidos que 1998, cuando se registraron las hasta ahora mayores temperaturas, pronosticaron expertos del Centro Hadley, en Exeter, Gran Bretaña, con base en un nuevo modelo climático.

Los expertos han pronosticado desde hace tiempo una tendencia general al calentamiento a lo largo del siglo XXI, potenciada por el efecto invernadero, pero este nuevo estudio, difundido en la revista científica estadunidense Science en su edición de este viernes, es mucho más específico en cuanto a lo que probablemente ocurrirá durante la década que comenzó en 2005.

Para hacer ese tipo de predicción, los investigadores crearon un modelo informático que tiene en cuenta fenómenos naturales como el patrón de viento de El Niño en el océano Pacífico y otras fluctuaciones que afectan corrientes y temperaturas.

Un pronóstico para la próxima década es particularmente práctico, ya que durante ese periodo el clima podría estar más condicionado por esos cambios naturales que por el calentamiento global causado por los humanos, explicó telefónicamente el autor del estudio, Douglas Smith.

Por lo pronto, una inusual nevada en los valles de la zona central de Chile transformaron a esta nación -una faja de unos mil 500 kilómetros de norte a sur- en espectáculo para la población, al tiempo que dirigentes gremiales advirtieron de hecatombe en el agro debido a la destrucción de cosechas por la onda polar, reportó Enrique Gutiérrez, corresponsal de La Jornada.

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, se vio obligada a citar a una reunión de emergencia de su gabinete ministerial para adoptar nuevas medidas en apoyo a los diversos sectores afectados por el frente frío que golpea a gran parte del país.

En otro punto del planeta, al menos 17 turistas británicos y un marino ruso resultaron heridos a causa de los bloques de hielo que se desprendieron de un glaciar en el archipiélago noruego de Svalbard, en pleno corazón del Artico.

Las autoridades noruegas informaron que el navío ruso Alexei Marichev transportaba a cerca de 50 turistas y 19 marinos, y se encontraba cerca del glaciar Horn cuando los bloques se desprendieron a causa del deshielo.

El fenómeno "provocó al parecer grandes olas y una lluvia de trozos de hielo que proyectó a los ocupantes del navío contra las paredes", dijo Elisabeth Bjoerge Loevold, gobernadora provisional de Svalbard.

Los turistas son todos de nacionalidad británica y la tripulación es rusa en su casi totalidad, precisó Jan Tommervold, el número dos de la policía de Svalbard.

Mientras, las autoridades suizas impusieron el estado de alerta a causa de las intensas lluvias de los últimos días, que amenazan con desbordar el río Rin, lo que afectaría el sur de Alemania.

El nivel de alerta fue aumentado desde la noche del miércoles a su máximo grado en las regiones de los Prealpes, Chablais y los Alpes de Vaudois y Friburgo.

La ciudad norteña de Basilea, en la frontera con Francia y Alemania, aumentó la alarma durante la noche al amenazar el Rin con desbordarse.

"Al parecer el Rin no va a desbordarse en el curso del día, pero aún está a sólo 30 centímetros de sobrepasar sus márgenes, así que es imposible un pronóstico completo", dijo Marco Greiner, líder del grupo de crisis por inundación de Basilea.

En Asia, el mal tiempo ha cobrado la vida de más de 2 mil personas desde junio a causa de las inundaciones provocadas por las peores lluvias monzónicas de las últimas décadas en India, Bangladesh y Nepal, donde han dejado a su paso daños valorados en cientos de millones de dólares.

Ante la magnitud de la catástrofe climática asiática, Naciones Unidas y la Cruz Roja estimaron en varios millones de dólares el monto de la ayuda indispensable para socorrer a unos 28 millones de desplazados que padecen hambre y sed.

 
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