El programa piloto, auspiciado por el CNCA y la Sedena, comienza en La Paz
Los militares llevarán la lectura a las comunidades afectadas por desastres naturales
Por primera vez, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) colaborará con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para instalar salas de lectura en las comunidades afectadas por desastres naturales, en el contexto de la aplicación del plan DN-III.
Este viernes se llevará a cabo un simulacro de cómo funcionaría dicho plan, en el Instituto Tecnológico Regional de La Paz, Baja California Sur, entidad que por su ubicación geográfica es más proclive a verse afectada por huracanes y ciclones. Allí se pondrá en marcha este programa piloto.
Biblioteca itinerante
La iniciativa surgió del general Juan José Cruz Bailón, comandante de la tercera zona militar, adscrita a La Paz, con la idea de que la lectura sea un factor de solaz y enriquecimiento cultural para las personas que deben permanecer durante varios días en los albergues.
Con la colaboración de la Dirección General de Publicaciones del CNCA y el Instituto Sudcaliforniano de Cultura (ISC), se formaron 17 salas de lectura con un acervo total de 4 mil 300 títulos.
Asimismo, se impartieron cursos de capacitación a los integrantes de los grupos encargados de instalar los módulos en las zonas afectadas.
La oferta literaria estará compuesta por novela, cuento, poesía, ensayo y libros de historia, subdivididos en tres grupos: para lectores infantiles, para adultos que recién se acercan a la lectura, y para lectores ''expertos".
Los volúmenes estarán disponibles tanto en las 17 salas para la población en general, como en cuatro unidades habitacionales para los soldados y sus familiares.
El programa está diseñado para que los libros puedan ser transportados en las mochilas de los efectivos militares, en una especie de biblioteca itinerante, y se realicen también lecturas en voz alta, aun cuando no haya energía eléctrica o se esté en un espacio reducido.
En entrevista, la directora de Promoción Editorial y Fomento a la Lectura del CNCA, Tatiana Nogueira, explicó que este programa ''nos dará oportunidad de acercarnos a comunidades con muchas carencias", a donde sólo llega el Ejército cuando se aplica el plan DN-III.
Alimentación del espíritu
El hecho de que las fuerzas armadas hayan propuesto este esquema indica que ''están preocupados por satisfacer la necesidad humana de alimentar el espíritu, más allá de cubrir las necesidades básicas de las personas que permanecen en los albergues. Esto nos ha permitido crear un lazo que nunca se había establecido entre una institución cultural y una militar", señaló la funcionaria.
Para Nogueira, el hecho de que la Sedena se interese en este programa no tiene que ver con ''limpiar la imagen" de los uniformados ante la opinión pública, luego de los abusos denunciados en las zonas recientemente militarizadas a raíz de la lucha contra el narcotráfico, sino una muestra de que se están reforzando ''las herramientas y valores que los soldados ya tienen".
A manera de ejemplo de lo que se pretende con este plan, recordó que una reportera de la estación de radio Formato 21 fue a Cancún de vacaciones, justo cuando el huracán Vilma azotó ese centro turístico. En el refugio, donde permaneció durante cinco días, la periodista comenzó a contar historias, lo que relajó a las personas que allí pernoctaban en los peores momentos del meteoro.
La posibilidad de que este esquema de fomento a la lectura se aplique en otros estados o independientemente del plan DN-III será evaluada por las autoridades militares en función de cómo se desarrolle en la primera etapa.