Plática íntima del compañero del escultor con la periodista Elena Poniatowska
Marek Keller sigue organizándole la vida a Juan Soriano; prepara más exposiciones
El sábado 18, fecha del cumpleaños del pintor, clausurarán su muestra Santo y seña
Ampliar la imagen Marek Keller y Elena Poniatowska, la noche del miércoles en el Museo Soumaya, antes de la conversación que sostuvieron alrededor de la vida y obra de Juan Soriano Foto: Marco Peláez
Con motivo de la clausura de la exposición Juan Soriano: santo y seña, en el Museo Soumaya, que se llevará acabo el sábado 18 de agosto, fecha del cumpleaños del pintor y escultor fallecido en febrero de 2005, acto en el cual se le cantarán Las mañanitas, el miércoles pasado Elena Poniatowska, autora de la biografía, Juan Soriano: niño de mil años, entrevistó a Marek Keller, compañero del artista.
Una pregunta, sobre la ida de Soriano a Europa, y cómo eso lo convirtió en la persona que hoy conocemos, permitió a Marek referirse a su relación con el artista.
Cabe apuntar que la conversación en el recinto de San Angel se planteó como ''íntima'', ya que los sillones utilizados bien podrían haber salido de la sala de la casa de Soriano, en la calle Amsterdam.
Luego Marek Keller sacó de su maleta tres retratos: uno de Juan, con Elena; otro de él con el homenajeado y el tercero de la última Navidad de Soriano. También trajo la medalla que Juan recibió por el Premio Velázquez de las Artes Plásticas 2005. Todo fue colocado en la pequeña mesa enfrente de los sillones.
''Si Juan no hubiera salido, habría sido otra persona, porque esas borracheras, esos cabarets y su amigo íntimo Pedro Coronel, con quien salía, en el fondo no creo que hayan sido buenas influencias. Lo podían haber aplastado. Esa salida al gran mundo, al mismo tiempo le ayudó a apreciar de verdad el lugar de donde venía", dijo Keller.
''¿Qué piensas que hiciste por Juan, además de organizarle la vida, no te digo que el cerebro, pero hacerlo consciente de su talento, de lo que podía lograr?", quiso saber Poniatowska. ''Alguien de la Galería de Arte Mexicano, de Inés Amor -contestó el ex bailarín polaco-, me contó que un día les llegó una carta de París, de un desconocido llamado Marek Keller, en la cual se decía: ustedes deben a Juan Soriano tanto dinero, por favor, mándenle un cheque. Fue algo increíble para ellos, porque a Juan no le interesaban esas cosas.
''Cuando nos conocimos, era un artista con nombre, no lo hice. Pero todo lo que llegaba de dinero salía muy rápido. ¿Qué hice? Organicé todo esto. No soy un creador, pero sí un organizador. Organicé la casa para que Juan no tuviera que preocuparse de lo diario. Hacía todo, menos ayudar a pintar. En esto me quise meter una vez, pero no me lo permitió."
Eran preguntas que a lo mejor no se atrevía a hacer el público que acudió a la plática, por ejemplo, ¿cómo conociste a Juan? Marek contestó que en casa de Sergio Pitol, que había estado en Polonia, pero en ese entonces era agregado cultural de México en Francia. Agregó, sin embargo, que al hacerle la misma pregunta a Soriano, si éste se percataba de un cierto tono de morbo, sobre todo tratándose de señoras, ya tenía preparada la respuesta: ''Nos conocimos en un sauna".
''Para ti, ¿cuáles fueron los momentos geniales de Juan? Juan simplemente era un genio. Y, con su vida diaria me lo enseñaba todo el tiempo. Era limpio como persona, tan perfecto, aunque me dicen algunas personas que de más joven era tremendo. Lo conocí mucho más tranquilo. Entonces, no hubo momentos de pico, sino una constancia maravillosa de un hombre ejemplar."
Marek Keller sigue organizándole la vida a Soriano. Ayer partió para Polonia donde trabaja en un jardín escultórico de su obra. Anuncia para septiembre una exposición en la India, que viajará a Corea del Sur, Japón y Hong Kong. Y en febrero de 2008 abrirá una muestra en el Museo de Arte de Filadelfia, junto a una de Frida Kahlo.