El vicepresidente Francisco Santos los acusó de apoyar a las FARC y el ELN
Culpan líderes sindicales colombianos al gobierno de amago de paramilitares
Exigen que el Estado proteja a dirigentes amenazados por un grupo ultraderechista
Santa Fe de Bogotá, 11 de agosto. Un grupo de líderes sindicales colombianos acusó al vicepresidente Francisco Santos de haberles puesto "una lápida en la espalda" al decir que apoyaban a las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Los dirigentes denunciaron también que ya comenzaron a recibir amenazas de muerte del grupo paramilitar Aguilas Negras.
El presidente del Sindicato de Trabajadores de las Empresas Municipales de la ciudad de Cali (Sintraemcali), Jorge Vélez, manifestó que a él y a otros dirigentes obreros que participaron en el seminario Problemas de la revolución en América Latina, que se celebró en Quito, Ecuador, a principios de julio, les llegó un correo electrónico, en el cual el grupo de extrema derecha Aguilas Negras los declara "objetivo militar" y les da "30 días para abandonar el país o de lo contrario serán dados de baja en el lugar donde se encuentren".
Según Vélez, sin embargo, está claro que no respalda "a las FARC ni al ELN", y las declaraciones de Santos pusieron en riesgo su vida y la de otros sindicalistas. El líder obrero exigió al gobierno que proteja a los dirigentes amenazados, integrantes del Sintraemcali, el Sindicato de Trabajadores de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá y el Sindicato de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia, y responsabilizó "única y exclusivamente al vicepresidente Santos, al asesor presidencial José Obdulio Gaviria y al presidente de la República, Alvaro Uribe, de cualquier situación" que afecte su integridad física y moral.
Vélez aseguró también que denunciará lo ocurrido ante el Partido Demócrata estadunidense, que condicionó la firma del tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Colombia a que se investiguen los crímenes perpetrados contra los sindicalistas por los grupos paramilitares de ultraderecha, en algunos casos por encargo de compañías de Estados Unidos.