Imágenes de una cámara insertada en el yacimiento no revelan señales de vida
Crece la desesperanza en familiares de mineros atrapados en socavón de Utah
Huntington, 12 de agosto. Los familiares de los tres mexicanos y tres estadunidenses atrapados en la mina Conwal, Utah, están perdiendo la esperanza de volver a verlos con vida. Los trabajadores no lograron salir del túnel donde laboraban y alcanzar la superficie cuando el pasado lunes seis se desplomó el techo del socavón, en el cañón Grandall.
Desde entonces cientos de voluntarios y rescatistas, apoyados con toneladas de equipo, intentan localizarlos, aunque los esfuerzos han resultado infructuosos. Según reportes de la prensa local, familiares y compañeros de Kerry Allred, Don Erickson, Carlos Payán, Luis Hernández, Arturo Manuel Sánchez y Brandon Phillips mantenían un moderado optimismo, pero éste ha ido decayendo con el paso de los días. Sus fuerzas empezaron a flaquear, primero, cuando los socorristas intentaron comunicarse con ellos golpeando un taladro que llegó hasta donde se piensa podrían estar y no se obtuvo respuesta. Hoy se vivió otro duro golpe cuando una cámara insertada en un hueco, en el que se creía podrían estar, no mostró ninguna señal de vida.
Ante la posibilidad de que ello no signifique que han muerto, sino que están en otro lugar, los equipos de rescate se dispusieron a abrir un tercer agujero, a unos metros de éste. Existe la probabilidad de que los seis hombres hayan logrado llegar a una galería segura, que quedó bloqueada por el derrumbe pero no se colapsó, por lo cual los voluntarios intentarán llegar a ese lugar.
Aún no se ha establecido qué fue lo que originó el colapso del socavón. Se sabe que el método utilizado es el conocido como "de cuarto y pilar" o "de retirada", que es el más peligroso. Lo que se hace es ir sacando el carbón sosteniendo el techo con pilares de ese material que se dejan atrás. Cuando lo único que queda de la veta son las columnas que se preservaron, éstas son cortadas para sacar el carbón del que se hicieron y el techo se viene abajo, lo cual hace que la operación sea muy riesgosa.
Se sabe que el día de la tragedia se registró un pequeño sismo en la zona. El detalle que no se ha podido aclarar, sin embargo, es si el temblor fue provocado por la actividad minera, con lo cual la compañía que la explota sería responsable del accidente, o si fue un movimiento telúrico natural.
Los familiares de las víctimas están seguros de que cuentan con el apoyo de los pobladores del lugar y de sus compañeros. Debido a que muchos habitantes de Huntington no hablan español y los parientes de los tres mexicanos no hablan inglés, entre ellos se comunican por señas. En la preparatoria que fue habilitada para informar sobre la situación el gesto que más se ha visto en estos días ha sido el poner una mano sobre el corazón y esbozar una media sonrisa en señal de solidaridad, o juntar las manos frente al pecho para decir que rezan por la supervivencia de los seis trabajadores.