Debe mantenerse como el principal partido de izquierda
Superar conflictos internos, reto del congreso del PRD
Modificar estatutos y evitar alianzas con el PRI, otros temas
Ampliar la imagen Foro del PRD en el museo Corpus Christi Foto: Cristina Rodríguez /Archivo
El reto que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) enfrenta en estos momentos es, de acuerdo con diversas corrientes que lo conforman, modificar su línea política y estatutos para superar los conflictos internos que le agobian -como es la disputa por posiciones y candidaturas sin respeto a la legalidad y la institucionalidad-, así como evitar que deje de ser la opción como principal partido de izquierda en el país.
Ante ello, de acuerdo con las propuestas que se plantean para su décimo Congreso Nacional, a realizarse de jueves a domingo próximos, requiere rediseñar una estrategia de acumulación de fuerzas político-electorales, evitando -prácticamente por consenso- las alianzas con el PRI, tener una relación más cercana con sus gobiernos y refrendar su papel de izquierda transformadora.
En los diversos planteamientos que hasta hoy han hecho Nueva Izquierda; Movimiento por la Democracia; Izquierda Democrática Nacional; Movimiento Cívico; Izquierda Social; Alternativa Democrática Nacional; Izquierda en Movimiento, y el grupo de Camilo Valenzuela, hay coincidencia sobre la crisis institucional que se vive y la necesidad de alcanzar la unidad.
Alternativa Democrática Nacional, con el senador Héctor Bautista a la cabeza, resalta que es necesario recuperar cómo el PRD -en su fundación- construyó mecanismos de coexistencia y contrapesos que permitieron el equilibrio de fuerzas. Entonces, sostiene, ''se fortaleció la unidad interna para enfrentar al salinismo (después del fraude electoral de 1988), pero las circunstancias han cambiado radicalmente y ahora urge encontrar los canales que permitan la salida política a la crisis interna actual'', para hacer frente al gobierno de Felipe Calderón y el avance de la derecha.
Más aún, dice el Movimiento Cívico, cuando ''la resistencia contra el fraude (de las pasadas elecciones presidenciales) y la imposición ilegítima de Felipe Calderón marca el inicio de una nueva etapa de la lucha política''. Y advierte: ''El bloque social dominante se reagrupa, cierra filas en torno a Calderón y busca darse solidez con base en la amenaza del uso de la fuerza y de la orquestación de una campaña propagandística. Para ello cuenta con el Ejército y con los medios de comunicación, particularmente los monopolios televisivos, además del activismo de la jerarquía religiosa y de los grupos empresariales''.
Movimiento por la democracia, señala en ese sentido el riesgo de que la transformación del PAN de partido en el gobierno a mayoritario ''se daría mediante la derrota del PRD y el control del movimiento social, bajo la hegemonía directa de la coalición de poderes que lo llevó (ilegalmente) a la Presidencia. Se trataría -insiste- de una sociedad polarizada al extremo, con vías políticas democráticas muy delgadas que propiciarían la violencia institucional y la represión constante a los movimientos populares''.
En tanto, el grupo que encabeza Camilo Valenzuela plantea como ineludible exigencia ''redimensionar a fondo los instrumentos organizativos de la lucha, porque los que hemos construido como movimiento político-social y como partido desde 1988, no sólo han mostrado limitaciones para emplazar a los vendepatria del gobierno y darle a México un desarrollo soberano con justicia social y democracia, sino que tampoco han permitido enfrentar y contener las políticas entreguistas y antipopulares que durante los últimos 25 años han profundizado la explotación, pobreza y emigración, hasta socavar peligrosamente las bases sociales de sustentación de la nación mexicana''.
Tanto Izquierda Social -de Martí Batres- como Izquierda Democrática Nacional -de Dolores Padierna- plantean que la unidad de las izquierdas se vuelve un objetivo estratégico, por lo cual se manifiestan por redefinir el papel del Frente Amplio Progresista. El principal activo político del PRD, según la corriente bejaranista, lo representa Andrés Manuel López Obrador, y propone, al igual que el grupo de Batres, reconocer que la Convención Nacional Democrática es el referente en torno al cual se están aglutinando la mayoría de los ciudadanos, organismos políticos, organizaciones civiles y sociales, ''interesados y dispuestos a participar en la realización de un cambio verdadero en nuestro país''.
Nueva Izquierda, de Jesús Ortega y Jesús Zambrano, apuesta por una estrategia que impulse el programa político perredista, consolide el crecimiento electoral obtenido en las elecciones de 2006, ''evite nuestro aislamiento político, detenga las pretensiones de la derecha para enquistarse en el poder y convertirse en la corriente política hegemónica''. Mientras, Izquierda en Movimiento plantea que es fundamental un acuerdo político entre las expresiones que integran al PRD, para contar con nuevas formas de organización y con una dirección que integre la pluralidad del partido, sus corrientes de opinión y liderazgos.
Ayer Andrés Manuel López Obrador confirmó a la dirigencia nacional del partido que sí acudirá el jueves próximo a la inauguración del congreso nacional, lo cual propiciará cambios en su gira por Veracruz. Se aclaró, no obstante, que con Cuauhtémoc Cárdenas ni siquiera han acordado una reunión, porque éste se encuentra fuera del país.
Navarrete descarta fractura
Por otra parte, en la capital de Colima, el coordinador de la bancada del PRD en el Senado, Carlos Navarrete, descartó riesgos de fractura en el partido rumbo a su décimo congreso nacional extraordinario, y dijo que los liderazgos en el sol azteca, como el de Andrés Manuel López Obrador, deben fortalecerse porque han posicionado a dicho instituto político en un buen nivel de aceptación entre los ciudadanos.
El legislador dio a conocer a los empresarios colimenses la propuesta de reforma fiscal del Frente Amplio Progresista (FAP), y advirtió que si el gobierno federal acepta los puntos medulares de dicha propuesta, los diputados perredistas votarán en favor de la reforma, pero de lo contrario, advirtió, rechazarán la propuesta de Felipe Calderón.
Durante la presentación de la propuesta de reforma fiscal ante dirigentes de la Confederación Patronal de la República Mexicana y de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación, Navarrete dijo que los puntos medulares que el PRD pretende se incluyan son: reducción de 100 mil millones de pesos en gasto corriente; desaparición de regímenes especiales de manera que todos los contribuyentes paguen hasta 28 por ciento del impuesto sobre la renta, y la propuesta del presupuesto anual de 2008.