Rice, la única que se mantiene en el equipo del presidente desde que llegó al poder en 2001
Renuncia Karl Rove; pierde Bush a su principal estratega político
Recurre el asesor al argumento de los "motivos familiares" para alejarse del gobierno
No descarta ser sometido a investigaciones; "soy Moby Dick y están detrás de mí", dice
Ampliar la imagen El presidente George W. Bush (a la izquierda) se despide de Karl Rove, su principal colaborador, luego de una rueda de prensa ayer en la Casa Blanca para anunciar la renuncia del asesor Foto: Ap
Washington, 13 de agosto. El presidente George W. Bush hizo un paréntesis en su descanso de verano para confirmar la renuncia de su asesor político desde hace 14 años, Karl Rove, lo que dejará al inquilino de la Casa Blanca prácticamente solo en el camino hacia el final de su mandato en enero de 2009, sin el equipo que le acompañó desde las polémicas elecciones de noviembre de 2000, con excepción de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
Con rostros serios, Bush y Rove se presentaron la mañana de este lunes en los jardines de la residencia presidencial para despedirse de medios electrónicos e impresos.
Bush y Rove intercambiaron elogios durante tres minutos y luego de fundirse brevemente en un abrazo dieron la espalda a los reporteros que en ese momento lanzaban preguntas al aire, para las cuales no hubo respuesta.
"Somos amigos desde hace mucho. Seguiremos siendo amigos. Diría que Karl Rove es un querido amigo", dijo Bush acerca del hombre que le ayudó a alcanzar la gubernatura de Texas en 1994, la presidencia en 2000 y la relección en 2004.
Rove alabó el "coraje perspicaz" de Bush y dijo, a propósito de las guerras desatadas por el mandatario en Afganistán (noviembre de 2001) e Irak (marzo de 2003), que el presidente defiende a Estados Unidos de "un enemigo brutal en un peligroso conflicto que determinará el nuevo siglo".
La salida de Rove de la Casa Blanca es la última de una serie de pérdidas de funcionarios cercanos al gobernante, entre las que destacan el ex jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, así como la renuncia obligada al frente del Banco Mundial de su ex subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, dos de los artífices de la invasión a Irak.
Tras la despedida, Bush y Rove subieron a un helicóptero que los trasladó hasta el aeropuerto militar de la capital estadunidense, para abordar la aeronave presidencial, el Air Force One, que los llevó a continuar sus vacaciones veraniegas en su tierra adoptiva, el estado de Texas.
La noticia sobre la renuncia de Rove comenzó a circular desde las cinco de la madrugada en la costa este de Estados Unidos, cuando inició la distribución del diario The Wall Street Journal, el diario de las élites financieras estadunidenses, escogido por el asesor presidencial para dar a conocer que su renuncia será efectiva a partir del 31 de agosto.
"Creo que es el momento", dijo Rove en la entrevista. "Siempre hay algo por lo que uno podría quedarse, pero por mucho que quisiera seguir aquí, tengo que hacerlo por el bien de mi familia", dijo Rove.
Ese mismo argumento sobre la familia fue el que oficialmente ofrecieron otros funcionarios cercanos a Bush que este año se alejaron del gobierno.
Rumsfeld, quien salió del gobierno tras la derrota electoral de los republicanos en noviembre de 2006, dijo que su esposa y sus hijas requerían su atención.
Ideas similares expresaron Dan Bartlett, asesor político; Meghan O'Sullivan, analista de seguridad nacional; Sara Taylor, directora de asuntos políticos; Harriet Miers, asesora en temas jurídicos, y Rob Portman, responsable del presupuesto.
Rove, de 56 años, está casado en segundas nupcias, tiene un hijo de 17 años y piensa llevar a la familia a vivir a Texas.
Cuando tenía 19 años -y justo el día en que preparaban la celebración de Navidad-, Rove fue informado de que el esposo de su madre dejaría para siempre la casa y la familia de cinco miembros. Pero el adolescente de entonces se enteró además de que ese hombre, con quien había vivido toda su vida, no era su verdadero progenitor.
En realidad, su madre le dijo después, su padre y el de su hermano mayor fue un hombre con quien ella tuvo una relación extramarital.
Este lunes, por única vez en su carrera política, Rove dejó que su rostro reflejara sus emociones ante las cámaras, durante el breve lapso en que permaneció en el jardín presidencial.
El funcionaro renunciate, reconocido por aliados y contrarios como un "brillante estratega", ha sido también descrito como un hombre despiadado que ha sabido "jugar sucio" en política.
Uno de los más notables capítulos en ese tipo de juegos políticos sucedió en 2006, cuando se supo que él había tenido la idea de revelar el nombre de una ex integrante de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Valerie Plame, como represalia contra su esposo, el diplomático de carrera Jospeh Wilson, que denunció públicamente que el presidente de Irak, Saddam Hussein, jamás intentó comprar uranio enriquecido al gobierno de Níger.
El gobierno de Bush utilizó esa versión para justificar la invasión que llevó al derrocamiento de Hussein y Wilson escribió en un artículo publicado por la prensa estadunidense que el mandatario manipuló la información de inteligencia para "exagerar la amenaza iraquí".
Las denuncias dieron paso a la apertura de una investigación judicial especial que duró meses hasta que este año un juez desechó el caso contra Rove y el vicepresidente Dick Cheney. En lugar de eso, fue hallado culpable de obstrucción de la justicia el ex jefe de asesores de Cheney, Lewis Scooter Libby, quien sin embargo quedó libre de castigo judicial, luego que Bush perdonó su sentencia de dos años y medio en prisión.
Inmune ante la justicia
Después de esa determinación, en círculos políticos quedó la impresión de que al final de cuentas Rove resultaba inmune ante la justicia y permanecía en el cargo sin mayor daño.
Sin embargo, otro caso judicial pende sobre Rove. Las acusaciones contra el procurador, Alberto Gonzales, en el sentido de que ordenó injustificadamente la destitución de ocho fiscales en oficinas regionales del país, también han salpicado al hasta hoy asesor de Bush.
Este lunes, legisladores demócratas como Patrick Leahy, presidente del Comité de Asuntos Judiciales del Senado, dijo que la salida de Rove no implica que en los próximos meses no pueda ser interrogado con el propósito de saber hasta qué punto estuvo involucrado en la decisión de despedir a los fiscales, a fin de designar a funcionarios afines a los intereses de la Casa Blanca.
Rove aseguró este lunes a The Washington Post -según un despacho en su sitio de Internet- que está consciente de que no estará libre de investigaciones. "Soy Moby Dick y están detrás de mí", sostuvo el asesor político en otra de las frases que le han caracterizado cuando ha permitido que la prensa se le acerque; alguna vez dijo también que "a veces, cuando leo lo que publican sobre mí, sólo me queda tratar de contener la risa".