Los más de mil millones de pesos faltantes sirven para hacerlo autofinanciable, dijo
Sin el fraude de Herrerías, Veracruz pudo ser de los mejores: Yunes
El caso se encuentra en la congeladora
Los 5 millones de dólares que dio el gobierno de Querétaro para la fianza de los Gallos Blancos, continúan en la FMF, pese al descenso del club
Codearse con el Barcelona, Milán, Manchester United o Real Madrid es algo que podría alcanzar el Veracruz, según el diputado Miguel Angel Yunes Márquez. Lo único que necesita es que el empresario Rafael Herrerías y socios le regresen los mil 372 millones 154 mil pesos que le birlaron al gobierno del estado.
"Cuando se haga justicia y se recuperen las enormes cantidades de recursos defraudadas, nuestro equipo podría tener recursos para autofinanciarse y convertirse en el mejor de México y uno de los del mundo", manifestó Yunes Márquez el 13 de noviembre de 2006.
El presidente de la Comisión Permanente de Vigilancia del Honorable Congreso del Estado anunció ese día que la cantidad referida era por multas y daño patrimonial al fideicomiso que administró el club, y que el gobierno estaba obligado a recuperarla.
Además de Herrerías, ex presidente del club, también están involucrados en el fraude Mauricio Rodríguez Elorduy y Simón Pedro Téllez, ex vicepresidente y secretario, respectivamente, así como Juan Francisco Amieva Huerta, ex secretario de Finanzas, y Carlos Sosa Lagunes en su carácter de director del Instituto Veracruzano del Deporte.
El legislador le recordó "al mandatario estatal y a los servidores públicos de la Secretaría de Finanzas y Planeación que si mantienen su decisión de no actuar contra los responsables de este fraude, podrían incurrir en responsabilidad directa de tipo patrimonial, administrativo e inclusive penal".
El caso, no obstante, continúa en la congeladora.
La faena
Desde que empezaron las acusaciones, Herrerías se cobijó en que las cuentas del fideicomiso eran claras, pero al mismo tiempo no descartaba traspasar 80 por ciento de sus acciones para que el gobierno del estado se quedara completamente con el equipo.
Lo anterior lo comentó el 18 de febrero de 2005, y cinco días después el Congreso local ordenó la disolución del fideicomiso, con el argumento de que sólo beneficiaba al empresario taurino. El 28 de ese mismo mes, el gobierno de Fidel Herrera anunció que Herrerías le cedió voluntariamente sus acciones.
Esa era la versión oficial, aunque Herrerías no había terminado su faena. En una entrevista con el periódico La Crónica (1º de marzo de 2005) dijo que invirtió "cerca de 60 millones de dólares en el equipo durante los tres años que estuve", mientras el gobierno "cerca de 301 millones de pesos".
Y para saber "si fue un negocio redondo o no" debía esperar a vender las cartas de jugadores como la del brasileño Kléber, Leandro Romagnoli, Angel Morales, Lucas Ayala, Pablo Quatrocchi, Jorge Bernal y Gustavo Biscayzacú. Además "tengo que esperar a que el gobierno de Veracruz me pague", señaló.
La fidelmanía
Tener nuevamente la responsabilidad del equipo ha provocado dolores de cabeza al gobernador Fidel Herrera.
"Lo que quiero es que haya futbol y no ir a sufrir en cada partido, en cada gol, no me lo merezco..." (Medio Tiempo, 5 de abril de 2007), confesó el mandatario estatal cuando buscaba alianza con Jesús Martínez, dueño del Pachuca, o con Televisión Azteca.
Puntualizó que "agarraría más fácil el beis, le sé más". Y vaya que si tenía razón, porque el año pasado tuvo que recurrir hasta a Guillermo Lara.
Dicho promotor "ha sido co-partícipe en la administración fraudulenta de los bienes de esta institución", según recordó, el 30 de enero de 1996, el entonces secretario de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), Edgardo Codesal, cuando rechazaron la petición de Tigres para que Lara los representara.
En lo deportivo dan tumbos con el club Veracruz, pero en lo político sí que le sacan jugo. Por mandato del gobernador Herrera, trascendió, la directiva del equipo facilita cientos de boletos para los partidos del equipo a los candidatos de la alianza Fidelidad por Veracruz, encabezada por el PRI, a los alcaldes de Veracruz y Boca del Río, Jon Rementería Sempé y Adrián Avila Estrada.
También, como estrategia, las porras que acuden gratuitamente a los encuentros fueron uniformadas de color rojo, más por el cromo que identifica a los candidatos al tricolor que por el color de los escualos.
Y en los niveles de reservas de los Tiburones Rojos y escuelas de futbol para niños se crearon ligas denominadas Fidelidad, en alusión al nombre del gobernador, y con slogans del PRI que rezan: "El PRI, fiel a ti", así como la alianza Fidelidad por Veracruz, integrada por el PRI, PASD y PVEM.
El artículo cuarto de los estatutos de la FMF ("La federación y sus afiliados permanecerán ajenos a toda cuestión de carácter racial, política y religiosa") son letra muerta para ellos.
Cuál es la prisa
En pleno proceso electoral, el gobierno de Querétaro anunció el 9 de junio de 2006 que había firmado "un acuerdo de compra" del equipo Gallos Blancos con el empresario Axel Bulle.
Oficialmente se trataba de evitar que se vendiera el club a gente de otra entidad. Sin embargo, se debió a que la FMF dudaba del origen para el financiamiento del equipo y por eso puso todo tipo de trabas.
El gobierno fue el único que aseguró la fianza de 5 millones de dólares para que el club queretano pudiera participar en la temporada, pero descendió a la primera A y siguen sin reclamarla.
El director general del patronato, el priísta Edgardo Rocha, indicó que "esa fianza continúa depositada en la FMF, garantizando que los Gallos Blancos sigan participando en un torneo como la primera A".
Por su parte, el presidente de la Comisión de Hacienda de la 55 Legislatura local, Ricardo Martínez Rojas, emanado del Partido Acción Nacional (PAN), comentó que lo concerniente al recurso público que destinó el gobierno al Querétaro, "todavía no está auditado porque no le ha tocado el tiempo" de que la Entidad Superior de Fiscalización del Poder Legislativo del estado lo realice.
Como presidente de la referida comisión, Martínez tiene la facultad de solicitar información y pedir al órgano de fiscalización que audite esa cuenta pública, situación de la que dijo "no es de mi interés" hacerlo porque ese asunto no lo tiene registrado en su "agenda de prioridades".
(Con información de Mariana Chávez y Andrés T. Morales, corresponsales)