Personas ajenas a la UNAM cuidaban por 10 pesos objetos que no podían introducirse al estadio
Una minitrifulca en Insurgentes y 51 detenidos, saldo del Pumas-América
Pese al pique entre los grupos rivales de animación, elementos de SSP-DF impidieron los zafarranchos
Ampliar la imagen Integrantes de las porras Monumental y Disturbio del América se enfrentaron entre sí afuera del estadio Olímpico Universitario Foto: Marco Peláez
Sin incidentes mayores, salvo una minitrifulca sobre la avenida de los Insurgentes, que dejó 24 detenidos –el total fue de 51 en las inmediaciones del estadio Olímpico Universitario–, fue el saldo antes, durante y después del partido Pumas-América.
Los aficionados comenzaron a llegar dos horas previas al inicio del cotejo y fueron minuciosamente revisados por la policía al ingresar al inmueble para evitar que introdujeran cinturones, envases de cristal, cohetes y cualquier otro objeto que hiciera peligrar la seguridad de los asistentes al inmueble
A las afueras del acceso B, algunas personas ajenas a la UNAM cuidaban, por 10 pesos, las pertenencias que los aficionados no podían introducir al estadio. Ayer acumularon cerca de 300 piezas diversas.
Conforme se acercaba el inicio del duelo, calentado durante la semana en todos los medios de comunicación, no faltó el recibimiento hostil de las porras de Pumas a las de las Aguilas, que llegaron a pie, las cuales fueron objeto de sonoros recordatorios maternos y otras frases no menos agresivas como: “Tu mamá me ama, hijo de la …”.
Un total de 45 autobuses fueron escoltados por la policía capitalina desde el estadio Azteca al de CU, y al término del encuentro regresados a su punto de partida, cuando fueron agredidos por porristas del conjunto universitario, pero no hubo nada que lamentar, salvo los 24 detenidos, remitidos al juzgado cívico.
Dos helicópteros de la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSP-DF) sobrevolaron la zona por más de dos y media horas.
Tempranera puñalada
Cuando todavía no se jugaba ni un minuto, una centena de jóvenes ataviados con playeras, gorros y bufandas de la Rebel, apostados en uno de los pasos a desnivel ante una pantalla de televisión que transmitía el encuentro, recibieron la primera y única puñalada, cuando Efraín Velarde anotó un autogol, aunque 320 segundos después Juan Francisco Palencia les regresó la calma y las ganas de bailar con el de la igualada.
El ambiente de batucada no aminoró y, decididos a seguirse divirtiendo, comenzaron a circular las caguamas, el tabaco y los carrujos de marihuana, que pronto enrojecieron los ojos de los rebeldes que no pudieron ingresar al inmueble por falta de boletos.
Y es que los precios en la infaltable reventa estuvieron fuera del alcance de sus bolsillos, porque los de abajo se ofrecían a 350 y 300 pesos, y los de arriba no bajaron de 150, aunque al minuto 30 del partido ya se conseguían en 100 pesitos.
Al cumplirse el minuto 20 de juego aún era larga la fila de aficionados que esperaban afuera del estadio para ser revisados, lo que provocaba su molestia por el tiempo de retraso.
El resto del encuentro se vivió en calma alrededor del inmueble del Pedregal.
Con el 1-1 final los ánimos no se caldearon demasiado, y aunque los grupos rivales de animación no dejaron de ofenderse y provocarse con señas y silbidos de cinco notas, así como botellas y piedras que llovían por todos lados, los cerca de mil 500 elementos de la SSP-DF evitaron que la situación se saliera de control.
Cuando las ocho camionetas de vidrios oscurecidos en que viajaban los jugadores del América abandonaron el lugar, casi 40 minutos después de terminado el cotejo, el ambiente era de calma.
En total, de acuerdo con el reporte oficial, fueron 51 las personas arrestadas en las inmediaciones del estadio, principalmente por alterar el orden, consumir bebidas alcohólicas en vía pública, reventa y por el estallido de un cohetón frente a la puerta H al término del partido de la jornada tres del torneo Apertura 2007.