Cuarto aniversario de las Juntas de Buen Gobierno
"Seguimos armados
de justicia y dignidad como pueblos"
Gloria Muñoz Ramírez, Morelia, Chiapas. La cotidianidad de la autonomía zapatista se desarrolla en medio de un hostigamiento constante de grupos paramilitares que pretenden arrebatar la tierra recuperada por el EZLN durante el levantamiento armado de 1994. Apenas dos días después de la celebración del cuarto aniversario de la formalización del autogobierno rebelde, en la comunidad de Ba yulumax, en el municipio autónomo Olga Isabel, se produjo una nueva agresión paramilitar que dejó gravemente heridas a dos bases de apoyo zapatistas. La estrategia gubernamental consiste en sembrar el terror en las comunidades, asesinar y dividir a los indígenas, quitarles la tierra y frenar el proceso de construcción de su autonomía.
En el contexto de los festejos por los cuatro años de los Caracoles y de las Juntas de Buen Gobierno, un grupo de autoridades autónomas de la región de Morelia se refirió en entrevista a los problemas más graves que han enfrentado durante todo este periodo y que son, sin duda, los que tienen que ver con la defensa de la tierra y su territorio. "Los problemas agrarios son de por sí lo más difícil. El gobierno está dividiendo al pueblo. Desde 1994 el EZLN recuperamos la tierra. Es nuestra, porque es de nuestros antepasados, por eso decimos recuperar. Pero el gobierno está metiendo la mala idea a los que no son de nuestra organización. Debilita a los compañeros metiendo proyectos del mal gobierno. El gobierno quiere que nos enfrentemos entre indígenas. Tenemos ahorita el problema con hermanos indígenas de la Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (Opddic), que son paramilitares. Es ahí el principal problema, Pero no es nuestra tirada enfrentarnos entre indígenas. Lo que queremos enfrentar es a los de arriba, a los malos gobiernos federal y los malos gobiernos del estado", explican los integrantes de la Junta de Buen Gobierno Corazón del Arcoiris de la Esperanza.
Desde el inicio de este año las autoridades autónomas zapatistas denunciaron la invasión de tierras, violencia, disparos al aire, destrucción de milpas, robo de maíz, golpizas, detenciones y secuestros protagonizados por miembros de la Opddic, brazo armado de una estrategia dirigida por los gobiernos federal y estatal que, de acuerdo a información de la Junta, tiene como objetivo expulsar de su territorio a las bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Aunque las amenazas nunca pararon, las agresiones directas habían disminuido a partir de la detención, en marzo pasado, del dirigente de la Opddic, Pedro Chulín. Sin embargo, justo después de que se celebró el Segundo Encuentro entre los Pueblos Zapatistas y los Pueblos del Mundo (del 20 al 27 de julio), al que acudieron más de dos mil personas de más de treinta países, ocurrieron "los hechos tan brutales e inhumanos por parte de la organización paramilitar Opddic", en la comunidad de Ba yulumax.
Durante el Segundo Encuentro, la comandanta Hortensia resumió la estrategia de los actuales gobiernos federal y estatal: agresiones, persecuciones y amenazas en contra de las bases de apoyo zapatistas en las diferentes comunidades y municipios, además de invasiones y desalojos. "En otra forma de atacar a las comunidades en resistencia" --explicó la comandanta--, "el mal gobierno aprovecha la ignorancia y la pobreza de nuestros pueblos. Bajo engaño y amenaza reparte diversos apoyos económicos. Por ejemplo, las construcciones de pequeñas viviendas, letrinas 'dignas', como dice el gobierno, repartición de alimentos enlatados, y echa a andar sus programas de construcción de carreteras, luz eléctrica y agua potable. Con esos pequeños proyectos tratan de callar y conformar la gente para que no apoyen a la lucha zapatista o que se salgan los que ya están en la lucha".
Fue justo por causa de uno de estos proyectos gubernamentales que en la comunidad de Ba yulumax, miembros de la Opddic atacaron a una familia zapatista que intentaba transitar por una brecha recientemente revestida por el gobierno.
"Ante estos planes de guerra gubernamental" --señaló
Hortensia--, "los compañeros y compañeras en las zonas zapatistas
organizan los diferentes niveles de trabajos para resistir. Para darle
continuidad y fortalecer nuestra lucha por la construcción de nuestra
autonomía vimos necesario reorganizar nuestros trabajos y nuestra
resistencia en todos los niveles: salud, educación, municipios autónomos,
agroecología, sociedades cooperativas de artesanías y de
café, sistema de comunicación, consolidación de nuestros
territorios y acciones políticas pacíficas como movilizaciones
y denuncias públicas cuando son necesarias".
Hace exactamente cuatro años el EZLN inauguró cinco Caracoles, espacios de encuentro político y cultural que serían las sedes de igual número de Juntas de Buen Gobierno, estructuras creadas para organizar, o mejor dicho construir, la autonomía en los pueblos, siguiendo un proceso que arrancó en diciembre de 1994, cuando los zapatistas anunciaron su propia geografía estatal con la demarcación de 38 municipios autónomos (actualmente son más de cuarenta).
Las constantes agresiones y el clima de hostigamiento no han frenado la autonomía de estas comunidades. El trabajo cotidiano consiste no sólo en crear nuevos y autónomos sistemas de salud, educación y comercio, entre otros, sino, como lo explicaron en el Segundo Encuentro entre los Pueblos Zapatistas y los Pueblos del Mundo, también "están pendientes por cualquier problema o provocaciones que puedan suceder en las diferentes comunidades y municipios autónomos por parte de los que son militares, de partidos políticos o con los paramilitares".
Orgullosos y contentos se dicen los zapatistas en este cuarto aniversario. "Se siente todo muy cambiado y que vamos bien", aunque, insisten en la entrevista las autoridades autónomas de Morelia, "cumplir cuatro años es una satisfacción y también son retos. Cumplimos una parte pero iniciamos nuevos pasos, nuevos aprendizajes, de reconocer también nuestras fallas y eso también nos hace sentir más personas, más compañeros en este caminar. Estamos contentos, estamos seguros de los pasos que estamos dando y de lo que queremos en la construcción de nuestra autonomía".
"Nos sentimos fortalecidos" --añaden-- "porque también ha habido una solidaridad nacional e internacional y eso ha permitido mejorar nuestra salud y sobre todo nuestra educación. A los pueblos eso les ha ayudado mucho porque lo que pensamos que íbamos a hacer en más años lo estamos haciendo en poco tiempo".
El reto que enfrentan todos los días estos pueblos no es nada fácil. "Si fuera fácil construir otra forma de gobierno pues esto ya se hubiera acabado. Ha sido bastante difícil, a veces casi imposible. Pero todo es posible en la medida en que uno cree que lo que hace vale".
Contra viento y marea, con los paramilitares encima y rodeados del ejército y de programas contrainsurgentes, "nosotros, los pueblos zapatistas, vamos a seguir con esta lucha en diferentes formas y maneras", señaló el comandante David.
"En estos momentos, en esta etapa de lucha, lo llamamos lucha pacífica y política. Pero esto no quiere decir que hayamos renunciado a nuestras armas. De esta manera, seguimos armados, pero sobre todo de justicia y de dignidad como pueblos. Y por eso vamos a seguir avanzando en la construcción de nuestra autonomía. Y vamos a seguir pues en la comunicación, en la solidaridad y en el apoyo en todo lo que podamos con todos nuestros hermanos que están en lucha", reiteró el comandante tzotzil.