Analizan en la CENCA el documento base de la reforma electoral
Proponen urnas y votos electrónicos y una cédula de identidad ciudadana
La conveniencia de expedir una cédula de identidad ciudadana en lugar de la credencial de elector, y la viabilidad de utilizar la urna y el voto electrónicos, así como la reducción de tiempos de campaña, se pusieron ayer a debate al comenzar el análisis del documento base para la reforma electoral en la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos (CENCA).
Los senadores Alejandro González Yañez, del PT, y Arturo Nuñez, del PRD, plantearon reflexionar sobre esos temas, en especial el uso de nuevas tecnologías, toda vez que el Instituto Federal Electoral (IFE) tiene una partida aprobada para ampliar el uso de las urnas electrónicas.
Al respecto, Jorge Alcocer, uno de los cinco consejeros para la reforma del Estado, precisó que hay un estudio del Senado de Estados Unidos en el que se precisa que en estos momentos no existe tecnología que asegure al ciento por ciento que no haya hackers o alteración de urnas electrónicas, por lo que esos puntos no se consideran en el documento.
González Yañez destacó que en la nueva legislación comicial la cédula de identidad ciudadana es un asunto fundamental, porque permitiría reducir el costo de todo el aparato electoral, ya que ahora se subsidian incluso actividades del Estado mexicano y de particulares.
Alcocer respondió que en la actualidad hay 75 millones de mexicanos con credencial de elector, por lo que toda modificación en el documento para votar debe asegurar que no se vulneren los principios de certidumbre y confianza que caracterizan al padrón y la cédula de identidad. Se debe hacer una transición ordenada, lo cual es un asunto complejo, toda vez que hay elecciones en 2009 y por eso tampoco está contemplado en el documento, agregó.
Durante la reunión de la CENCA se eligió al diputado panista Diódoro Carrasco como coordinador del grupo de trabajo sobre Democracia y Sistema Electoral. Citó a reunión para hoy, con el propósito de avanzar en la redacción de propuestas.
En el documento base se precisa que la intención es que la nueva reforma electoral contribuya a consolidar lo que se avanzó en 1977 y 2005, para dar respuesta a los problemas y retos que arrojan las recientes experiencias en materia de comicios.
"Se trata de una propuesta para abrir paso a una tercera generación de reformas electorales en las que se reconoce lo avanzado y se trazan medidas de solución para enfrentar deficiencias legales e institucionales, mejorar prácticas y ampliar la transparencia y rendición de cuentas a que deben estar sujetos los partidos políticos y sus candidatos, así como las instituciones que forman el sistema electoral mexicano".