Usted está aquí: sábado 25 de agosto de 2007 Sociedad y Justicia El IMSS está “en peligro”, pero no lo dejaremos morir: Calderón

“Moderar sus pretensiones”, demanda representante empresarial a empleados del instituto

El IMSS está “en peligro”, pero no lo dejaremos morir: Calderón

Premiado, hospital donde se denunció discriminación contra un infectado por sida y su mamá

angeles cruz martinez

Ampliar la imagen El Presidente durante la 98 asamblea general del IMSS El Presidente durante la 98 asamblea general del IMSS Foto: José Antonio López

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) “está en peligro, en grave peligro”, remarcó el presidente Felipe Calderón al afirmar que la situación financiera del organismo “no admite más demoras, y no lo dejaremos morir”.

Reconoció el esfuerzo que a diario realizan los trabajadores para prestar servicios a los derechohabientes, a pesar de las carencias, pero también los instó a que sean solidarios con el instituto y con el derecho a la seguridad social de millones de afiliados.

Al participar en la clausura de la 98 asamblea general del instituto –en la que fue notoria la ausencia del secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, Valdemar Gutiérrez–, el mandatario convocó a la solidaridad de los mexicanos, en particular de los empleados del organismo.

Los llamó a actuar con patriotismo y dejó claro que nada debe estar por encima de los derechos de millones de trabajadores a recibir servicios médicos y prestaciones sociales del IMSS.

Ayer, a poco menos de dos meses de que concluya el plazo para la revisión del contrato colectivo de trabajo del IMSS, cuyas negociaciones se iniciaron hace unos días, los representantes de los sectores gubernamental, empresarial y de los trabajadores se pronunciaron en favor de que los empleados del Seguro Social acepten modificaciones en ese documento y en el régimen de jubilaciones y pensiones (RJP).

Deben “moderar sus pretensiones y contribuir a la recuperación y preservación del equilibrio financiero requerido” por el IMSS, aseveró Ismael Plascencia, consejero del sector patronal. Aunque expresó la disposición de los empresarios a colaborar con el instituto, subrayó que en cuanto al cumplimiento en el pago de las cuotas obrero patronales “no permitiremos la amenaza” contra quienes cumplen con esta obligación.

Exigió de los funcionarios del instituto una actitud eficiente y de absoluta transparencia en el manejo de los recursos y los procesos administrativos, en específico, las licitaciones.

“Defender la fuente de trabajo”

En tanto, José Luis Carazo, representante del sector obrero, señaló que tras la reforma legal de 1997 –cuando se individualizaron las pensiones y su administración se dejó en manos de la iniciativa privada– falta que los empleados del Seguro Social “ajusten el RJP a condiciones financieras que lo hagan viable”.

Añadió que se debe modificar el contrato colectivo “a las cambiantes condiciones de la economía”, igual que lo han hecho los demás trabajadores del país.

“Hemos aceptado modificar prestaciones establecidas para defender la fuente de trabajo y hemos participado con los patrones para acordar medidas que vinculen el aumento en prestaciones con la elevación de la productividad y la eficiencia.”

Luego intervino el director del IMSS, Juan Molinar Horcasitas, quien se refirió a los retos financieros, al rezago en infraestructura y a las dificultades laborales y de operación en el organismo.

Resaltó el rezago de la infraestructura médica, pues en poco más de 20 años se perdió 60 por ciento de la capacidad instalada.

Aseguró que se requiere una inversión de 60 mil millones de pesos en los próximos años, y destacó las erogaciones que el organismo realiza en su carácter de patrón y asegurador.

En los pasados 41 años el organismo aportó 213 mil millones para hacer frente a esas obligaciones. Con esa cantidad se hubieran podido construir 260 hospitales o pagar la factura médica por ocho años, señaló.

La situación empeorará porque en los próximos 10 años el IMSS deberá pagar 194 mil millones de pesos a sus trabajadores, “lo cual implica dejar de construir 323 hospitales”, expresó.

Respecto a la revisión contractual en curso, mencionó que tiene dos líneas de negociación. La primera es para acordar con los sindicalizados un mecanismo de remplazo de los trabajadores que se jubilan, y la segunda se refiere a los incentivos económicos que podrían otorgarse a los empleados más eficientes.

Luego Calderón entregó los premios a la calidad en hospitales del IMSS. Uno correspondió al hospital regional número 46 de Jalisco, donde hace unos días se denunció que fueron discriminados una persona con discapacidad que vive con VIH/sida y su mamá.

Al momento de entregarles el reconocimiento, el jefe del Ejecutivo se tomó fotos con cada uno de los premiados, y luego en su discurso destacó su compromiso con el IMSS, como usuario –que, afirmó, ha sido y son varios de sus familiares, empezando por su mamá– y como Presidente.

Subrayó que el instituto sigue siendo pilar fundamental de la seguridad social y durante décadas “empresarios y gobierno han sido solidarios aportando los recursos necesarios para contar con un sistema que beneficie a los trabajadores”.

Enseguida pasó al diagnóstico en el que destacó el “grave peligro” en que se encuentra el organismo. De continuar la situación financiera actual, en tres años el instituto tendrá que usar sus reservas acumuladas “mucho antes de lo previsto y de lo conveniente”.

Si bien expresó su compromiso con el respeto a los derechos de los empleados del instituto, también dijo que por las obligaciones que plantea el RJP y porque en la próxima década se jubilarán más de 162 mil trabajadores, “está en peligro la viabilidad del Seguro Social”.

De seguir así, indicó, no existirán los recursos para hacer nuevas contrataciones y sostener el servicio médico, ni siquiera al nivel actual. Luego hizo un llamado a la “solidaridad de todos los mexicanos con el Seguro Social, y a la solidaridad de los trabajadores del IMSS con los demás trabajadores de México”.

Se trata de actuar con patriotismo y solidaridad, porque “hacer realidad los derechos de los trabajadores implica la existencia de instituciones financieramente viables que den cumplimiento” a la Constitución.

Calderón pidió a los empresarios que asuman una mayor responsabilidad y cumplan puntualmente con el pago de sus cuotas; y a los proveedores, que ofrezcan al instituto mejores precios.

Ordenó a Molinar Horcasitas mejorar los estándares de atención al derechohabiente, así como aplicar medidas de transparencia y rendición de cuentas que garanticen la probidad en el manejo de la institución.

 
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