Vivir a un paso del precipicio
En riesgo por las lluvias, cientos de familias en Magdalena Contreras
Ampliar la imagen El peligro no distingue entre ricos y pobres que viven al borde de las numerosas barrancas que hay en la delegación Foto: Marco Peláez
Asentadas en una pendiente del paraje conocido como Ixtlahualtongo, delegación Magdalena Contreras, se encuentran unas 450 familias de escasos recursos, que desde hace más de dos décadas levantaron aquí sus hogares, a pesar del riesgo en que se encuentran cada temporada de lluvias.
A diferencia de otros asentamientos irregulares, no se trata de invasores o paracaidistas, sino de gente que adquirió sus terrenos con contratos de compraventa y que prefiere sortear -con cualquier recurso- las precipitaciones pluviales antes que abandonar sus viviendas.
Cuatro de estas familias han sido ya notificadas por personal de Protección Civil para que desalojen sus viviendas, pero lejos de aceptar han optado por apuntalar las construcciones con costaleras y abrir canales en la tierra para el paso del agua, aun cuando una de ellas, el año pasado, resultó afectada por un deslizamiento de tierra.
En un recorrido por el lugar, el subdirector de Protección Civil en Magdalena Contreras, Ignacio Torres, explicó que sólo la mitad de la superficie de este paraje resultó beneficiada con el cambio de uso del suelo en el plan de desarrollo urbano de la demarcación, porque el resto se encuentra en un área de conservación ecológica, lo que imposibilita la ejecución de obras para mitigar riesgos.
De hecho, indicó que se inició un proceso para la reubicación de sus habitantes, pero las autoridades se han enfrentado a la resistencia de los mismos.
Es justamente esta zona, ubicada en la parte alta de la delegación, en la frontera con Tlalpan, la que registra la mayor vulnerabilidad durante la época de lluvias. No obstante, con el paso del tiempo sus moradores han consolidado este asentamiento.
Ellos mismos han trazado y abierto sus propios caminos. Uno de ellos, conocido como el "pocito de agua", que atraviesa el caserío, es usado para el suministro de los servicios básicos de luz y agua mediante instalaciones clandestinas.
A diferencia de otras demarcaciones, en Magdalena Contreras los riesgos durante esta temporada no conocen de estatus económico.
Lo mismo se encuentran en peligro los habitantes de asentamientos irregulares, en el área rural, que aquellos ubicados en barrancas urbanizadas, con casas de lujo de tres pisos, techos de dos aguas y extensos patios, cuyos moradores no han respetado los límites de su propiedad y se han extendido hacia las laderas.
En situación de alto riesgo se encuentran por lo menos 23 casas en la barranca de Texcalatlaco. Una de ellas es la ubicada en la esquina de la avenida San Jerónimo y la calle Guerrero, colonia San Bernabé Ocotepec, que ya fue desalojada, luego de que parte de sus cimientos se colapsó.
De acuerdo con información de Protección Civil, en todo el territorio delegacional se han detectado 347 familias en sitios vulnerables, asentadas en las laderas de las barrancas Texcalatlaco, Teximoloya, Anzaldo y La Coyotera, así como 80 más que viven en parajes irregulares de Ixtlahualtongo, Tierra Colorada y El Ocotal.
Como una medida preventiva, desde principios de este mes personal de esta dependencia inició la notificación de riesgo a los habitantes, quienes están obligados por ley a desocupar sus hogares. Pero "pobres y ricos" se niegan a hacerlo.
El último recurso es el uso de la fuerza pública, pero "apelamos a la cooperación voluntaria de la gente, porque se trata de velar por su propia integridad física", agregó al recordar que hace cuatro años, producto de un deslave, una persona perdió la vida.