Momento = eternidad
De principio a fin recorre el disco una brisa suave que se escucha similar al canto de las aves marinas más hermosas de que se tenga memoria en el horizonte donde se juntan cielo y mar; se siente en la piel igual que una gota tibia de sudor que baja desde la nuca hasta los confines del cuerpo; se ve de la misma manera como el ciego Homero observaba a las sirenas que cantaban al oído de Ulises, atado al mástil; se degusta como se saborea un mango manila cuyos jugos escurren por las comisuras de los labios, entre los dedos de las manos, sobre los muslos; se percibe su aroma de la misma manera como un tigre de Bengala se acerca a una flor para recibir su olor a gineceo magnífico. El disco se titula Momento y dura una deliciosa eternidad (Tudo vai terminar/ Tudo era un tormento/ deixe isso tudo passar/ Vem viver este momento). Es la nueva grabación de Bebel Gilberto y contiene 10 canciones 10, siete de ellas siete, de su autoría, una de su tío, el mismísimo Chico Buarque, otra de Cole Porter (Llamen al Portero: Call Porter, je) y otra de (casi) Kassin. Un concepto, una atmósfera, un tono, una palabra recorren también el disco entero: sensualidad. El imperio de los sentidos se torna verdemarelha y los ojos se entornan cuando ella canta (Para todo o sempre/ eu vou guardar o seu lugar/ com todo o encanto/ vou saber lembrar) con todo el encanto, que es único, propio del canto femenino brasileño. Se ve, se escucha, palpa, saborea, olfatea el paraíso por un momento, que basta y sobra para entender la eternidad.
Textos de Pablo Espinosa