Aprobar la remoción de consejeros es aceptar que hubo fraude, dice Ugalde
“Quieren cambiar reformas por nuestras cabezas”
Ampliar la imagen El presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde Foto: Cristina Rodríguez
“Si el Congreso aprueba la remoción de los consejeros electorales estaría aceptando que, políticamente hablando, hubo fraude electoral en 2006, porque no se podría entender de otra manera por qué tenemos que irnos cuando hemos cumplido de manera legal con nuestra responsabilidad”, sostuvo el presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde.
Sostuvo que si el Congreso pretende removerlos, la vía constitucional para hacerlo es instrumentar un juicio político contra los consejeros, porque estos cargos son inamovibles e irrenunciables. Subrayó que por esa razón los funcionarios electorales no tienen previsto renunciar.
Ante la inminencia del anuncio de la iniciativa de reforma electoral que precipitaría la salida de los consejeros, Ugalde reprochó a los partidos “estar presionando y condicionando la aprobación de una reforma fiscal a cambio de las cabezas” de los funcionarios del instituto. También lamentó que para aprobar una reforma fiscal se ponga en entredicho la autonomía del IFE y se cambien “fichas fiscales por electorales”.
En reunión de consejeros, Ugalde había reconocido lo que para muchos ya era inevitable, y que su “ingenuidad” no le había permitido asumir: la salida de consejeros. Luego, en entrevista colectiva dijo que los partidos eligieron el escenario más grave para la discusión sobre la salida de los consejeros: una reforma electoral cuyo contenido central aún no se conoce.
Incluso, se dice que algunos consejeros han comenzado a moverse para buscar preservar su cargo. La siembra de nombres “consensuados” para su salida sólo es expresión de “fuego amigo” en el instituto.
Durante el día, en entrevistas por separado, los consejeros electorales dejaron en claro que no tienen la intención de presentar su renuncia al cargo. Virgilio Andrade enfatizó que las designaciones constitucionales son irrenunciables, por lo que históricamente las renovaciones en el IFE se han dado en un contexto de reformas electorales de fondo.
La postura dista de la fijada públicamente por Ugalde, quien destacó que paradójicamente ahora la autoridad electoral está siendo juzgada y castigada por los partidos, invirtiéndose los papeles de la democracia electoral. “ este paso vamos a consentir que los partidos políticos se autorregulen, se autovigilen”, comentó el presidente del instituto, para quien el tema es poner en riesgo la autonomía del órgano electoral.
Por su parte, la consejera Lourdes López destacó que la autonomía del instituto se encuentra consagrada en la Constitución. Destacó que los órganos legislativos tienen la facultad de realizar las adecuaciones al sistema electoral, aunque dijo que existen temas más sustantivos en la agenda electoral que centrarla en cambiar a los consejeros.
Ugalde aseveró que los argumentos para removerlos se han sustentado en dos causas: un presunto fraude electoral y la pérdida de confianza en el IFE. En el primer caso, a su juicio, ha quedado documentado y avalado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que la elección (de 2006) “fue legal y transparente, y por lo tanto el argumento de que hubo fraude y de que los consejeros nos tenemos que ir es insostenible; hacerlo sería cometer (sic) una mentira histórica”.
Por lo que hace a la credibilidad, el consejero presidente se amparó en las encuestas según las cuales el IFE goza de la confianza de 60 por ciento de los ciudadanos, tres veces mayor, enfatizó, de la que gozan los partidos y los legisladores.
Si de lo que se trata es de que se perdió la confianza de los partidos, entonces se estaría convirtiendo al instituto en un rehén de los mismos partidos políticos, y ya se sabe cuál es la ruta: que no se sancione, que no se les castigue y no se les vigile, que son las funciones de la autoridad electoral. “Me parece que es el escenario más grave, porque se convierte a los consejeros en rehenes de los partidos” y por tanto los próximos consejeros van a llegar amedrentados e intimidados para mantener su chamba”.
La postura de los otros funcionarios del instituto, si bien menos estridente, mantuvo la posición de que no habrá renuncia. Durante la presentación de las conclusiones de los foros y consultas que hizo el IFE para la reforma electoral, Alejandra Latapí señaló que en el documento final no se incluyeron las propuestas de remoción, porque fueron “irrelevantes” y muy pocas.
Anticipó que no tiene la intención de renunciar y que, por el contrario, está obligada a defender la autonomía del IFE.