Juan Carlos de la Cruz, La Chona, negociaba con narcos colombianos el envío de cocaína
Importante operador del cártel del Golfo, uno de los detenidos en Polanco
Ampliar la imagen Juan Carlos de la Cruz, La Chona, ya fue puesto a disposición de la PGR Foto: Notimex
Uno de los principales operadores del cártel del Golfo y encargado del trasiego de droga en la zona de Tampico, Tamaulipas, Juan Carlos de la Cruz Reyna, El JC o La Chona, fue capturado junto con otros ocho delincuentes por efectivos militares la tarde del pasado martes en el restaurante Rincón Argentino, que se localiza en la colonia Polanco de la ciudad de México, cuando negociaba el envío de cocaína con narcotraficantes colombianos.
La Chona es uno de los principales enlaces de Eduardo Costilla, El Coss, y de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, líderes de una facción del cártel del Golfo, con organizaciones colombianas, además de ser encargado de recibir los cargamentos en la zona de Tampico y el norte de Veracruz, para luego trasladarlos hacia la zona fronteriza de Matamoros y Nuevo Laredo, desde donde se envían hacia Estados Unidos, de acuerdo con información obtenida de fuentes gubernamentales.
Los funcionarios entrevistados especularon que esto confirma que en el Distrito Federal operan todos los cárteles de la droga, y que el del Golfo había desplazado a parte importante de su organización a la capital mexicana para negociar de manera directa con grupos colombianos el arribo de droga a territorio mexicano, luego de que parte de su estructura operativa ha sido afectada desde la extradición de Osiel Cárdenas Guillén a Estados Unidos, en enero pasado.
De acuerdo con la información recabada, al menos 60 efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) capacitados en operaciones especiales participaron en la captura de La Chona en el restaurante que se localiza en la colonia Polanco, inclusive, indicaron las fuentes, un grupo de ellos ya estaba en el lugar antes de que llegara el narcotraficante en compañía de tres escoltas y los colombianos.
La operación, que según la Procuraduría General de la República (PGR) se desarrolló por parte de Ministerio Público Federal con “apoyo del Ejército”, habría sido ejecutada de manera íntegra por personal castrense, que durante varios meses había dado seguimiento a De la Cruz Reyna, y que hasta después de varias horas de detención en el Campo Militar número Uno fue entregado a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).
Posteriormente, en un comunicado de prensa, la PGR confirmó lo dicho por las fuentes consultadas, de que la detención fue obra de una acción exclusiva de personal castrense. La dependencia federal aseguró que Juan Carlos de la Cruz Reyna “quedó a disposición de la PGR, tras su detención la tarde de ayer por elementos de la Sedena en el marco de la Campaña Permanente Contra el Narcotráfico y el Combate Integral a la Delincuencia Organizada.
“En el operativo en apoyo de la PGR, que se realizó en un restaurante ubicado en la colonia Polanco del Distrito Federal, se detuvo además a Carlos Martín García Altamirano, Héctor Hugo Alvarado Ugarte y José Eduardo Garza Galaviz”, los tres escoltas de La Chona, y también fueron aprehendidos: “James Sánchez Cristancho, Tulio Enrique Jaramillo Collazos y Carlos Alfonso Betancourt Escobar, de nacionalidad colombiana”.
Luego de esa operación “se detuvo a Mauricio Mayer del Bosque y a Jesús Alejandro García Enríquez, integrantes de la célula delictiva de Juan Carlos de la Cruz, a quienes se les decomisó 100 mil pesos y 300 mil dólares, aproximadamente, así como un fusil AK 47”, aunque la dependencia no precisó el lugar de la captura.
La PGR indicó que “a raíz de la detención de Luis Reyes Enríquez, El Rex, el 24 de junio del 2007, en Atotonilco el Grande, Hidalgo, De la Cruz Reyna fue designado por la organización de Cárdenas Guillén para coordinar el envío y recepción de cocaína entre las organizaciones de narcotraficantes de Centro y Sudamérica” y, por ello, “se encontraba en la ciudad de México”.
La Chona, antes de convertirse en narcotraficante, trabajó como agente de la Policía Ministerial del estado de Tamaulipas, a la vez que se desempeñaba como sicario de Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss.
Posteriormente colaboró como madrina en la PGR, hasta que se convirtió en uno de los hombres de confianza de Osiel Cárdenas Guillén, quien posteriormente lo nombró “responsable” de la plaza de Tampico, Tamaulipas, para controlar la recepción y tráfico de droga en el sur de ese estado y el norte de Veracruz.
Según la PGR, logró “conformar una estructura aproximada de 300 personas, entre ellos integrantes de diversas corporaciones policiacas municipales”, que lo ayudaban a proteger la recepción y traslado de cargamentos de droga en la zona.