Fiscalizarán delitos luego de que ganadores asuman cargos
“Innovaciones” del Código Electoral veracruzano podrían ser letra muerta
Ampliar la imagen Virginia Utrera, dirigente municipal del PAN en el puerto de Veracruz, mostró algunos vales canjeables por dinero en efectivo y artículos básicos y acusó al PRI de imprimirlos y distribuirlos para desestabilizar el ambiente la víspera de la jornada electoral en Veracruz a Foto: Horacio Zamor
Jalapa, Ver., 1º de septiembre. Una vez más las denuncias sobre excesivos gastos de campaña –referencia en el proceso electoral en Veracruz– podrían tener nulo o mínimo efecto, pues el proceso de fiscalización dará los primeros resultados en enero próximo, varios meses después de que los alcaldes que resultarán electos este domingo tomen posesión de sus cargos.
Así, quedarían en letra muerta algunas “innovaciones” del Código Electoral para el estado –como la regulación de precampañas y el propio esquema de auditoría a los gastos partidistas–, que presumen como normas de avanzada, las fuerzas políticas, el árbitro y el gobierno estatales.
La sanción de posibles delitos electorales también parece lejana, pese al choque de poderes entre los gobiernos federal y estatal que tienen especial interés en ganar los comicios.
El paso del huracán Dean por la entidad fue aprovechado por enviados de ambos gobiernos como pretexto para realizar visitas a poblaciones que se convirtieron –según acusaciones mutuas– en actos proselitistas.
El artículo 85 del moderno Código Electoral estatal prohíbe a partidos usar en su favor los programas sociales públicos en la realización de actos de proselitismo; también ordena a los gobiernos estatal y municipal abstenerse de entregar apoyos provenientes de programas sociales, “excepto que se trate de asistencia en protección civil, derivados de una eventualidad o presencia de condiciones de riesgo para la población”.
Esa salvedad fue la luz verde de visitas de funcionarios federales y también del despliegue del gobierno de Fidel Herrera en las zonas afectadas. En la televisión todavía transmiten imágenes de la esposa del mandatario, como presidenta del DIF de Veracruz, ataviada con chamarra y gorra roja (color de la alianza del PRI), cuando reparte despensas envueltas en bolsas rojas, a bordo de camionetas rojas y un largo etcétera de la guerra cromática, bastión del proselitismo local.
Carolina Viveros García, presidenta del Instituto Electoral Veracruzano, justifica las actividades de los funcionarios. La víspera de la jornada electoral señaló que los “incidentes” violentos ocurridos en diversos municipios, “salen del asunto electoral”.