No tomó en cuenta las pequeñas parcelas, aseguran la ANEC y la AMUCSS
Critican al gobierno federal por mal cálculo de pérdidas agrícolas por Dean
La Sagarpa informó afectaciones en 189 mil hectáreas, pero en realidad fueron por lo menos 400 mil, afirman
Subestimó los daños para destinar menos recursos a la emergencia, acusan
Ampliar la imagen Los daños en las parcelas que son destinadas al autoconsumo provocan un impacto social y económico más profundo, dijo la directora de AMUCSS, Isabel Cruz Foto: Notimex
La Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores de Campo (ANEC) y la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS) aseveraron que el gobierno federal ha hecho un cálculo limitado de las pérdidas agrícolas ocasionadas por el huracán Dean, pues por lo menos 400 mil hectáreas de diversos cultivos resultaron afectadas y no 189 mil, como aseguró Alberto Cárdenas Jiménez, titular de la Secretaría de la Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Las autoridades contabilizan hectáreas sembradas con un solo producto –como maíz, frijol, caña de azúcar o frutas–, pero excluyen las zonas de agricultura campesina donde predominan las pequeñas parcelas con cultivos diversificados, ya que pertenecen a comunidades o campesinos pobres que los utilizan básicamente para su autoconsumo, explicó Isabel Cruz Hernández, directora de AMUCCS.
“Esas zonas son las más ignoradas en los cálculos globales siempre que ocurre un desastre natural porque son pequeñas unidades de producción que van de 0.5 a 1.5 hectáreas, pero como representan el único patrimonio y fuente de ingresos de las familias campesinas más pobres, el impacto económico y social es más profundo”, dijo.
Víctor Suárez, secretario ejecutivo de la ANEC, consideró que el gobierno “subestima” los daños causados por el huracán Dean, en gran parte para reducir los recursos destinados a mitigar la emergencia, y calculó que, en conjunto, por lo menos 400 mil hectáreas y 4 millones de campesinos resultaron afectados en los estados de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Puebla, Veracruz e Hidalgo.
Todo ello repercutirá en un incremento de los niveles de desempleo y migración de las zonas rurales ya que, sin cosechas ni animales –muchos murieron ahogados–, las comunidades afectadas no tendrán ingresos y por lo menos pasará un año para que recuperen su capacidad productiva, pero también habrá afectaciones en la economía en general porque se elevará aún más el déficit en la balanza agropecuaria, dado que también se perdieron cosechas destinadas a la exportación, y se elevará la importación de diversos productos, aseguraron Isabel Cruz y Víctor Suárez.
La dirigente de AMUCCS recordó que a consecuencia de los desastres naturales, en el pasado se han registrado dos grandes olas de migración en zonas como la Sierra Norte de Puebla. Por ello, advirtió que Dean podría generar una tercera ola migratoria o expulsión de campesinos, ya que tan sólo en seis municipios de Puebla unas 300 comunidades quedaron devastadas y ahí viven unas 300 mil familias campesinas e indígenas, “y así puede hacerse el recuento de Veracruz, Hidalgo o los otros estados”.
“La migración masiva es un hecho y puede repetirse ahora si no se atienden los daños estructurales que dejó Dean en el campo mexicano: una primera oleada ocurrió en 1979, cuando miles de campesinos se fueron a las ciudades debido a las heladas que dañaron los cultivos de café; veinte años después, en 1999, se dio la segunda, cuando partieron hacia Estados Unidos por las inundaciones ocasionados por las lluvias”, precisó Isabel Cruz.
Urge rehabilitación productiva
En tanto, Víctor Suárez, aseguró que en lo inmediato habrá desabasto de productos como maíz, frijol y algunas frutas a nivel regional, porque de nada sirve que exista una cosecha récord de grano en Sinaloa si no se busca canalizar una parte de ella hacia los estados del sureste, más aún porque las autoridades no han hecho caso de procurar la creación de una reserva estratégica o un banco de alimentos para enfrentar situaciones de emergencia como las ocasionadas por desastres naturales.
El saldo dejado por Dean en el campo mexicano coloca en situación aún más vulnerable al sector agropecuario de cara a la apertura de granos en 2008, como parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por lo que Víctor Suárez hizo un llamado al Congreso de la Unión a que resuelva con urgencia las estancadas leyes de la planeación para soberanía y seguridad alimentaria que están en el Senado, se apruebe el derecho constitucional a la alimentación, así como que instruya al Ejecutivo federal a establecer una reserva estratégica de alimentos.
A la ayuda inmediata que el gobierno y diversas organizaciones brindan a los damnificados de Dean –con alimentos o cobijas, por ejemplo–, “y que puede durar sólo unos días”, debe seguir la más importante, que es la “rehabilitación productiva”, la cual requerirá grandes inversiones porque está enfocada a atender los daños estructurales que dejó el huracán, ya que los suelos perdieron calidad y se dañó la infraestructura, situaciones que, de no atenderse, agravarán la situación de pobreza de los damnificados, sentenció Isabel Cruz.