La exposición, que se presenta en la Galería Epson, se centra en naturalezas muertas
Celebra Agustín Estrada tres décadas de fotógrafo con Treinta sin darme cuenta
El fotógrafo Agustín Estrada (México, D.F., 1957) festeja sus tres décadas de carrera con la exposición Treinta sin darme cuenta, compuesta por 50 imágenes, inaugurada en la Galería Epson, bulevar Manuel Ávila Camacho 389, colonia Irrigación. Aunque Estrada no toma fotos para exhibir y vender, el hito le pareció una buena oportunidad para mostrar una selección de su trabajo personal, que se remonta a 1981.
Describe su trabajo diario como la “reproducción de obra, cosas muy técnicas”. Por ejemplo, participó en la digitalización del recién publicado catálogo de la Fototeca en Pachuca. Para el Sistema Nacional de Fototecas ha trabajado como asesor en la restructuración del sistema automatizado de consulta (Pachuca, Hidalgo 2002-03), de donde es parte del consejo consultivo. Aunque en los años recientes ha cambiado para hacer cosas más de diseño que de fotografía.
La muestra en la Galería Epson gira en torno a un tema que el expositor ha trabajado durante más de 20 años: la naturaleza muerta. Si en un principio usaba una cámara de película o analógica, ahora todo es digital. Es decir, antes construía las imágenes en su estudio y luego las fotografiaba. Ahora, fotografía los objetos que dibuja en la computadora.
El trabajo de Estrada tiene la particularidad de mezclar el dibujo con la fotografía. Originalmente, dibujaba y después fotografiaba elementos –chiles, frutas, flores, hojas, objetos envueltos como un pescado, unos tenedores o un nopal–, sobre los dibujos. Ahora, fotografía los objetos que dibuja en la computadora.
En su trabajo personal Estrada se preocupa más por la forma que por el contenido. En realidad, no le importa con qué trabaja, porque también ha usado piedras o formas humanas. Lo que le gusta es cómo se distribuyen las formas en el espacio. Ahora que juntó sus fotos se dio cuenta que a lo largo de 20 años ha hecho cosas en la misma línea.
Los formatos varían desde tamaño carta hasta un metro por 1.5. “Me interesa mucho –dice el entrevistado– respetar el tamaño de la obra. En la fotografía, sobre todo hoy día, es muy fácil imprimir cosas muy grandes. Pero no me interesa eso, me parece que cada cosa tiene su tamaño”.
Estrada agrega que la serie de fotos exhibidas “desde el principio fueron pensadas no sólo para ser impresas sino también para ser vistas en un tamaño particular. Cada imagen tiene un cierto rango de tamaño para que se pueda apreciar correctamente y de esta forma cada impresión se convierte en un objeto fotográfico que muchos apreciamos como tal.
“Por otra parte, algunas de las imágenes en esta muestra fueron, desde su concepción, pensadas para ser impresas con tecnología digital, otras, en cambio, han sido reinterpretadas en esta ocasión, debido a lo que es posible hacer con la tecnología actual.”
Cuando trabaja en computadora procede de la siguiente forma: “Normalmente fotografío todo por separado. Por ejemplo, en el caso de los tres chiles (imagen usada para la invitación a la inauguración de la muestra) están fotografiados por separado, luego, armo todo, o sea, uso las piezas como rompecabezas. Antes era más complejo porque tenía que pensar desde antes cual era casi la composición final. De hecho, antes de fotografiar tenía que dibujar, poner los objetos, iluminar y fotografiarlos.
“Ahora no. Fotografío los objetos por separado y ya después creo los fondos que parecen dibujados a mano, pero ahora están hechos totalmente en photoshop. Ya no son dibujados realmente, aunque a veces para algunas piezas dibujo algunas cosas, las escaneo y después las uso para hacer fondos de las fotos”.
Estrada ha escrito: “Mi primer trabajo como fotógrafo fue en 1977. En esa época imprimía, literalmente, cientos de fotos a la semana, la mayoría en blanco y negro.
“Probablemente, es por esta razón que siempre me ha gustado ver la fotografía impresa. La impresión es la versión final y una interpretación personal de la imagen.”